♠ Capítulo 1 ♠

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—No me puedo creer que tengamos que reparar otro hueso en menos de un mes.

—Éstos días no han sido nada fáciles, pero al menos las cosas no son tan tranquilas como antes.

—Quiero ir a por una bebidaaaaa...

Las voces de varios de mis compañeros podían ser escuchadas por toda la sala. Es cierto que éste mes ya era el segundo reparamiento de hueso pero, era nuestro trabajo y no podíamos permitir cometer fisuras. Decidí dejar de distraerme en las conversaciones y seguí desempaquetando vitamina D. Todavía había alguna para el hueso del falange proximal  del dedo meñique, por lo que decidimos dividirnos en grupos por esta vez y transportar las vitaminas. En conclusión, era momento de ponerse en marcha e ir hacia el falange intermedio derecho.
Me acerco a mi compañera de al lado la cual no parece muy ocupada.

—Iré a dar la vitamina D al otro equipo, por lo que si me necesitáis estaré allí.—le doy una pequeña sonrisa y me despido de ella. Mientras cojo una transpoleta y coloco las cajas una a una. No sé como los glóbulos rojos pueden con esto. 

—Bien, ten cuidado por ahí, suelen tener bastantes batallas contra bacterias. No me gustaría perderte (t/n), eres la estrella de nuestro grupo.—me sonrojo un poco por el elogio.

—¿Tu crees...?

—Anda, ves a llevar esas vitaminas antes de que los del otro equipo tengan problemas y después hablamos.

—Por supuesto.—me despido con la mano y me pongo en marcha por las venas. Me detengo un segundo para ver el mapa. Muchas de las zonas que se mostraban no las había visitado debido a que no eran necesarias, por lo que pensé que quizás debería pasarme a visitarlas cuando tuviera tiempo libre. 

—Ah...—una chica suspira a mi lado—Otra vez no...—más bien se lamenta a mi lado. Su vestimenta era puramente roja, podría haber dudado, pero su sombrero coqueto daba más que por sentado que era un glóbulo rojo, aunque a decir verdad, nunca había visto uno con cabello del mismo color que su vestimenta. Me podía sentir incluso afortunada de haber visto a ese eritrocito. Pero dejando eso a lado, ahora estaba entre ayudarla o no. Por la caja que llevaba en las manos, era obvio que iba a transportar oxigeno, ¿pero qué problema podría tener que se le haya repetido? Entretando yo intentaba averiguar su problema, la eritrocio se me adelantó a hablarme.—Disculpa...—sus ojos se abren en sorpresa al verme.—¡Ah! ¿Tu no eres un osteoblasto?—Pregunta excitada.—Nunca había visto a uno en persona.—Parece que no era la única que se sentía con suerte hoy.

—Yo tampoco había visto un eritrocito pelirrojo.—Intento responder con la misma simpatía, pero sólo consigo avergonzarla.

—¿E-en serio?—se rasca la cabeza modestamente pero recupera su compostura poco después.—Bueno, en realidad ésto no es de lo que quería hablar ¡A-ah! ¡Aunque no digo que no me guste o algo!—suelta un pequeño 'ahem'.—¿Te importaría indicarme hasta los pulmones? 

—Oh, claro. De todas maneras no están muy lejos de donde voy.—No quería parecer maleducada, ni mucho menos, sin embargo, no podía evitar pensar que, era un poco raro que un eritrocito no supiera el camino a un lugar de tanta importancia como los pulmones.

—Muchas gracias, me has salvado.—me responde con lagrimitas.
Después de la pequeña escena, el camino se vuelve algo silencioso. Nunca había estado con otra célula diferente a mi, por lo que no sabía de qué deberíamos hablar.

—¿Los eritrocitos teneis un nombre específico para cada uno?—intento sacar tema de conversación. Ella parecía estar bastante tranquila, y hasta con una sonrisa en su rostro, pero en mi caso, prefería conocer mejor a las células del resto del organismo.

—Oh, por supuesto, a mi me conocen como AE3803, es un placer.—Ladea su cabeza a un lado mientras sonríe. Los eritrocitos eran tiernos.

—Nosotros no tenemos nombres tan formales, por lo que me las ingenié para crear un nombre único. Me puedes llamar (t/n).

—Parece algo complicado de aprender, pero no quiero olvidarme de ti, así que me lo estudiaré.—Frunce su ceño con aspiración.

—Hay un método de no olvidar nunca algo, observa.—con la mano que tenía libre y no sostenía la carreta, simuló que escribo mi nombre en su -pronto sonrojada- mejilla a medida que una infantil sonrisa se forma en mi rostro.

—G-gracias, ahora seguro que no lo olvidaré.—Parece que la hice algo más contenta.
Por el resto del viaje, estuvimos hablando mucho más de lo que imaginamos, solo con escuchar una función que hacía uno provocaba más  curiosidad por conocernos. Por desgracia, lo bueno se hace corto y llegamos a los pulmones.

—Parece que ésta es tu parada.—le indico. Eritrocito refunfuña un poco mirando al suelo.

—¿Volveremos a vernos?

—Por supuesto. Normalmente no trabajo por las mañanas, así que te buscaré.—le doy una señal de 'ok' que parece reconfortarla e dar una ligera sonrisa.

—¡Por supuesto! Bien, entonces nos vemos mañana.

—Hasta mañana eritrocito.—me despido de ella y me embarco una vez más por las venas hasta llegar a la mano derecha, donde posiblemente sea recibida con quejas por llegar algo tarde.
El área de los pulmones parecía estar muy ocupada, por lo que salir de allí fue un reto, el área del corazón no debía estar lejos de donde estaba, porque sino el tráfico de hoy no parecía muy veloz. Con paso rápido constante, llegar hasta el brazo fue un trayecto corto dentro de lo que cabía, pero ahora tocaba ir algo mas lento debido a la delgadez de las futuras venas. Menos mal que no me había tocado reparar, el espacio que teníamos era tan diminuto y, además, también era ocupado por otras células, no obstante, normalmente no había problemas, y eso se notaba con la paz del ambiente.

—Disculpar, tengo una entrega de Vitamina D. Soy (t/n) del proyecto de la izquierda.—alzo mi voz para obtener respuesta de alguien.

—Ah, (t/n), gracias por la entrega, nos quedábamos sin ella ya.—el líder observa el carro y sonríe satisfecho.—Esto será más que suficiente por lo que ¿Por qué no vas a tomarte un descanso?

—No rechacare la oferta. Seguir trabajando así de bien.—Me retiro del lugar de trabajo para no molestar y me acerco a la máquina de refrescos más cercana del área. Una vez me decanto por un té de melocotón, me siento en el banco de al lado y suelto un suspiro. Hoy estaba siendo un buen día.

Me pregunto qué tal le habrá ido a ese eritrocito—pienso mientras miro al cielo y a su vez, se me viene la pregunta de si los eritrocitos eran igual de tiernos que ella.

¿Me lo parece a mí o hace más calor?

『Círculo de déjà vu』- Cells at work [reverse harem] x readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora