ALFA I

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El BIC estaba hasta el tope de papeleo, Lisbon quería arrancarse los cabellos, la alfa miraba alrededor, su furia crecía más y más.

- ¿Dónde está Jane? – pregunto a Van Pelt, la pelirroja beta se encogió de hombros – esto es el colmo, cuando se le necesita de verdad nunca está presente.

- Jefa, creo que su celo está cerca, ya sabes cómo se pone, busca un lugar para hacer su madriguera y no sale de ahí hasta después que pasa su calor – Rigsby hablo desde su cubículo, tratando de apaciguar a la alfa de la manada

- ¿Dónde está Cho? – la morena alfa, busco con la mirada al alfa asiático

El olor a cerezos y cerveza reposada inundo el lugar, Kimball Cho, a pesar de ser un alfa, nunca mostraba su estatus, más bien, Lisbon sospechaba que amaba hacerse pasar por un beta.

- Lo siento, llego tarde – dijo con monotonía

- Bien al parecer hoy no contaremos con Jane así que a trabajar – Teresa se fue a su oficina y a llamo a Patrick.

El omega en medio de jadeos, informo a su mejor amiga que el supresor ya estaba haciendo efecto y que en dos días estaría de vuelta a la rutina, ningún celo le impediría trabajar, aunque no necesitara hacerlo.

Todos en la oficina trabajaban sin parar.

Una nueva escena del crimen se le asignó al BIC, Van Pelt y Rigsby fueron a casa del sospechoso a hablar con la esposa. Teresa hablaba con el testigo mientras Cho interrogaba a los vecinos.

Todos concordaban en algo, el tipo era una mierda de persona, un alfa déspota y machista, nadie lo extrañaría, ni siquiera la omega que tenía por pareja.

Después de seguir pistas falsas, por fin dieron con el asesino, un joven omega que se encargaba del correo del vecindario, había sufrido abusas por parte del alfa desde hacía dos años, producto de esos abusos había nacido el pequeño alfa que criaba la esposa del occiso.

Cuando el equipo llego a la oficina, fueron recibidos por el olor del té de rosas que Jane siempre tomaba, el omega estaba acostado en su sillón y miro con determinación al alfa macho del equipo.

- Lamento no haberlos ayudado, pero ahora que estoy mejor, vamos a cenar, yo invito – dijo Jane tomando a Grace y a Teresa de los brazos.

Rigsby y Cho los siguieron hasta el restaurante. La cena fue amena y después se fueron a un karaoke, Jane no perdió la oportunidad y se sentó en el regazo del asiático.

- Jane, bájate – Kimball podía oler la rosa mosqueta que desprendía el omega, su aroma natural – es incomodo

- Oh vamos Cho, solo será un rato, me siento con frio – dijo Patrick

- ¿Por qué no le dices a Lisbon que te abrace?, es hembra produce más calor – Jane sonrio

- Eso que huelo son celos – Cho solo le dedico una mirada indiferente

- Solo bájate – el alfa se puso de pie, provocando que Jane cayera al piso – me voy quede de verme con alguien.

No vieron a Kimball en una semana.

Jane era un experto en el manejo y control de la mente humana, pero nunca había logrado entrar en la mente de ese alfa.

Todos los alfas con los que había tratado, tanto profesional como sentimentalmente, tenían algo en común, eran dominantes y siempre remarcaban su dominio a las otras estirpes, pero Cho era un alfa que al parecer disfrutaba de una vida sencilla sin hacer alarde de cuanto poder podía ejercer.

Patrick sonrio, el dejaría ver que Kimball Cho era como los demás alfas.

Un mes después, el equipo viajo fuera de Sacramento para ayudar al FBI con un caso cerrado años atrás, pero que tenía el mismo modus operandi.

La agencia federal había cubierto los gastos, pero reservaron tres habitaciones en vez de cuatro.

Como Van Pelt y Rigsby eran pareja se quedaron en una habitación, Teresa quería privacidad y tomo una para ella sola, eso dejaba a Cho y a Jane en las misma habitación, un alfa y un omega.

Jane había salido con las chicas y Rigsby se había quedado con Cho hablando del caso, cuando el asiático se tocó el pecho y empezó a ver todo en colores monocromáticos, el beta se dio cuenta que su amigo había entrado en la primera etapa del celo, Cho no sabía por qué se había adelantado.

Su cuerpo empezó a liberar sus feromonas en busca de algún omega dispuesto a pasar con él su celo, a duras penas le pudo decir al beta donde estaban sus medicinas.

Teresa y Grace venían felices mientras Jane cargaba sus comprar, cuando un delicioso aroma hizo ronronear al omega, la morena alfa trato de bloquearle el paso, Cho percibió el aroma a agua de rosas y Patrick al cerezo japonés en plena primavera, el beta en la habitación salió rápidamente apreciando su vida, vinculado o no, él era macho y ante un alfa, eso significaba competencia.

La puerta se cerró en la cara de la alfa y compañía.

El calor corporal de Cho fue creciendo cada vez más en comparación con el calor del omega rubio, las irises azules se volvieron negras por la excitación.

La entrada de Jane se abría y cerraba por la anticipación, su cuerpo vibraba ante la idea de ser violado y violentado por aquel alfa.

El omega en Patrick salió a jugar, provocando al alfa cerca de la superficie del asiático.

Un rugido salió desde lo más profundo de moreno, su alfa listo para cortejar al omega.

ALPHA (TWO-SHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora