ALPHA (TWO-SHOT)

ALFA II

El cuerpo de Jane se agitaba de anticipación, la expresión estoica del siempre calmado alfa cambio, mirada salvaje y depredadora, el rubio omega sentía cosquillas en su bajo vientre, su entrada contrayéndose húmeda y lista para recibir atención.

El alfa sonrio, provocando escalofríos en el omega, Kimball temblaba, queriendo controlar sus bajos instintos que le gritaban que se apareara con aquel dispuesto omega, sus más salvajes pensamientos exigían llenar al otro hombre con su simiente, quería verlo preñado, cargando con orgullo a su cachorro.

Patrick estaba a la espera, su febril cuerpo erizado ante la idea de compartir el celo de ese alfa.

Cho se despojó de su humanidad, y dejo que el alfa dentro de él tomara el control.

El moreno subió a la cama donde el dispuesto oji azul le esperaba con los brazos abiertos. Jane se acostó de lado mirando de frente al alfa, ambos perdidos en los ojos del otro, el mentalista lamio el rostro del detective, el alfa dejo que el omega tomara el control, Jane beso castamente a Cho, el hombre abrió la boca invitando al omega a una guerra oral.

Los besos fueron ganando fuerza, Jane sentía que en cualquier momento su cuerpo caería laxo, el alfa coloco su rodilla en la entrepierna del rubio, provocando que este último gimiera por el roce.

Cho tomo el rostro de Jane entre sus grandes y pálidas manos y beso con dedicación y delicadeza aquella piel, tersa y bañada por el sol. Con mucha precisión el alfa posiciono encima del omega, su lengua lamia aquella unión entre el cuello y el hombro, la vena palpitante llamaba al alfa, un solo pensamiento cruzaba en la mente de ambos, la marca.

El detective del BIC bajo sus besos húmedos al pecho del contrario, beso y dedico tiempo a los pequeños botones marrones del omega, siguió su camino hasta llegar al ombligo, provocando risas en medio del calor abrasador del celo, fue bajando hasta llegar al valle de risos que ocultaban la erección de omega.

La lengua del alfa, jugó con la rendija del glande de su pareja, el líquido pre seminal tenía un aroma a flores, un olor característico de este omega, ningún otro u otra lo tenía, el alfa sabía que este omega era el indicado.

Un olor más fuerte y concentrado lo llamo, la humedad del conducto anal, olía como sabia, dulce, Jane apretó las sabanas entre sus puños, mientras la experta boca del asiático torturaba su pene, sus dedos jugaban con su ansiosa entrada.

- ¿Te gusta omega? – la voz ronca del alfa, se escuchó entre la bruma, Jane solo podía contestar con asentimientos y negaciones – contéstale a tu alfa, ¿Te gusta?

- Por...favor – el omega suplicaba

- ¿Por favor qué? – el alfa torturaba al omega

- No... quiero... dedos, quiero el tuyo enterrado en mi – Jane se sacudía en desesperación

- Mi lindo omega ¿Quieres la polla de tu alfa? ¿Quieres a mis crías en ti?

- Rápido, ponlo dentro...YAAAA – el omega estaba desesperado, ese alfa solo lo torturaba sin piedad

- Sería cómodo hacerlo por atrás, pero quiero que veas el rostro del alfa al que le servirás toda tu vida

Sacando sus dedos del interior del hombre, beso y mordió los muslos internos del omega.

De una solo estocada se forzó a entrar en el omega. Jane grito por el escozor, había pasado algo de tiempo, sus músculos anales, se aferraban a esa polla gruesa y venosa en su interior.

- Mue...vete – pidió entre dientes, a pesar de la lubricación, el alfa se tomó su tiempo.

El alfa comenzó un suave vaivén, un ritmo lento primero y luego se dejo llevar. El omega gemía sin sentido, perdido en su placer, el alfa embestía duro, profundo, marcando un ritmo agotador, sudor perlado cubría el cuerpo de ambos, Jane arañaba la ancha y fuerte espalda de Kimball.