Manos.

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Acariciaba mi pecho con aquellas suaves manos, arrebatandome suspiros, incluso gemidos mientras intentabamos hacerlo por ultima vez antes de emprender de nuevo aquel maldito viaje.

Lo odiaba, y era sincero.

Odiaba a aquel tipo.

Odiaba a aquella niña.

Era como si nos separaran y luego nos dejaban a la suerte.

Tirar a matar, lo odiaba tambien.
Aquella frase...un pequeño recuerdo volvió a mi cabeza, aquel recuerdo, ese día, en esa emboscada.

Jadeé, separandome un poco.

-¿Que pasa?.

-Espera...

Recuperé la respiración, y luego, pase mis manos por aquel encaje, sacandolo. Quería observarlo, quería admirarlo por un momento, para olvidar aquello.

-Fue...un fantasma.

-¿Estás bien?

-Mientras que esté aqui...contigo.

Lo abrazé, tan fuerte, tan cerca, aunque aquellas lagrimas salían sin consentimiento, quería sentirlo, aqui, de verdad, junto a mi.

Esto era real.

Ya no fantasmas.

Estaba harto de ellos.

Lo arropé en mis brazos, lanzandolo a la cama, viendolo allí, listo para recibirme, estaba seguro de una cosa. Tan solo de una.

Iba a disfrutarlo tanto como podría.

Iba a amarlo.

Protegerlo.

Tanto, incluso si mi vida terminaba.

No lo dejaría ir.

Jamás.

Bad Dreams. (Bruabba) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora