10. Castigo

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Your body
Is in the temple

Of the Holy Ghost



Templo del Deseo



Nunca antes lo habían atado. Pete estaba a punto de abrirle la puerta de su sumisión, una cesión de poder que el gótico apenas conocía. Mike disfrutaba haciéndolo esperar. Jugaba con su voluntad de la misma manera que jugueteaba con las cintas de seda entre sus dedos. Pete saboreaba la incertidumbre, arqueado en la posición indicada. Aguardaba con impaciencia el momento en que el chico vampiro lo inmovilizara. Pete lanzó una mirada hacia la escalera, ansioso por subir a la habitación, pero no se movieron de donde estaban.

Sin darle tregua, Mike volvió a estrecharlo contra la puerta de entrada. Por un momento, sólo existieron las respiraciones entrecortadas, la humedad de sus lenguas batallando en un duelo de criaturas sin control, y la erección presionando su abdomen. Un beso lánguido, lascivo, provocó que Pete jadeara sin control.

De pronto, todo resquicio de igualdad en la guerra despareció. Mike lo agarró con fuerza de las muñecas y le lanzó una mirada de advertencia, inclinando la balanza a su favor.

-Sabes que te has ganado un castigo.

Pete permaneció en silencio y se mordió el labio en un intento de ocultar el placer, tintado de cierto temor, que le causaban sus palabras. Asintió sin decir nada, clavando sus ojos pardos en los de Mike, que le miraban oscuros y llenos de determinación.

-Quédate quieto -ordenó.

Su voz se vistió de esa autoridad que empezaba a generar en Pete el impulso irracional de complacerlo. Y obedeció. Se esforzó en permanecer inmóvil pese a que Mike ya lo había soltado, pese a que sus manos clamaban por acariciar su cuerpo y anhelaba sentirse penetrado.

El tacto casi líquido de la seda fría sobre sus muslos le erizó la piel. Mike deslizó la suave tela por su pelvis, con lentitud premeditada. Ascendió por su abdomen, y rozó sus pezones. Después, siguió por su cuello y Pete ladeó la cabeza, suspirando excitado, a la espera de su próximo movimiento.

-Quieto -insistió Mike, al ver que temblaba. Continuó su camino por el delicado interior de sus brazos, y le rodeó las muñecas con las cintas. Pete forcejeó, intentó separar las manos, pero la tela se clavó en su piel. Mike esbozó una sonrisa torcida al comprobar su lucha y tiró de los extremos de las cintas para acercarlo a él.

Pete inhaló con violencia cuando, inesperadamente, él abrió la puerta de entrada. Una bocanada de aire gélido colisionó en un contraste brutal con el calor de su cuerpo. Se preguntó, atemorizado por un segundo, dónde pensaba llevarlo. Ni siquiera habían salido de aquel vestíbulo. Pero Mike volvió a cerrar y las ataduras quedaron enganchadas entre el marco y la puerta. Ahora, los brazos de Pete colgaban de ellos y, sorprendido, volvió a forcejear. No consiguió nada. La adrenalina inundó su torrente sanguíneo. Estaba inmovilizado por completo.

-No vas a ir a ninguna parte -susurró Mike.

El saberse indefenso, junto a la voz de terciopelo y la sonrisa perversa de Mike lo excitaron aún más. Frotó sus muslos uno contra otro en un intento de calmar el deseo. El chico vamp percibió el gesto y deslizó una mano cálida por su piel hasta curvarla con fuerza contra su entrepierna. Pete exhaló un gemido de alivio y cerró los ojos. Era exactamente lo que necesitaba.

-Me fascina ver lo mojado que estás. Pero ahora vas a sufrir -murmuró, acariciando con dedos firmes y suaves el miembro erecto de Pete, a la vez que su otra mano comenzaba a tocar su entrada. -Antes de que termine contigo vas a suplicar, Pete. Antes de que se acabe la noche, te aseguro que vas a rogar que te haga mío, per se. -Mike hizo una pausa, intensificando el trabajo de su mano, para recalcar el significado de sus palabras. Sus labios adquirieron un gesto depredador.

Kinktober EdF - [Mike x Pete (Pike)] Gothween🎃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora