Parte 1

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JeonGguk yacía en el cómodo sofá de su departamento mientras disfrutaba de un partido de béisbol junto a un paquete de frituras en sus bronceadas manos.

El lado izquierdo del sofá se hundió mientras oía un suspiro, SeokJin había tomado el pequeño espacio que quedaba a su lado.

Suspirando, el mayor llevó los pies a la pequeña mesa frente a ellos.

— Estoy agotado, JiSung acaba de renunciar por un asunto urgente con su familia y necesita volver a su ciudad natal, EunWoo renunció la semana pasada. Ya no me queda personal y tengo los pasajes para mañana temprano. —tirando la cabeza hacía atrás, el pelirubio miró a su hermano pequeño—. ¿Crees que podrí--

JeonGguk, cortando la pregunta de su hermano mayor, se giró para verlo mientras pronunciaba.

— ¿Yo? ¿Por qué no se lo pides a NamJoon? —frunciendo levemente el ceño, devolvió su vista a la pantalla.

— Pero si ni siquiera me has dejado terminar la pregunta. —abriendo los ojos exageradamente, el pelirubio contenía el impulso de soltar una carcajada.

JeonGguk lo conocía más que nadie y sabía cuales eran sus intenciones desde el momento en el que mencionó que carecía de empleados en la pastelería.

— Hyung, sé lo que vas a pedirme. ¿Que trabaje para ti? No, sabes que no tengo ni la más mínima idea de cómo hornear un pastel.

— Pero puedes aprender, por favor Gukkie, sabes que no puedo contratar a alguien de un día para otro y que debe tener experiencia, necesito al menos una semana para contratar a alguien. No puedo contratar a alguien así como así, no después de lo de JiSoo. —SeokJin se sentó recto dejando sus manos entrelazadas frente al pelinegro en forma de súplica—. Sólo será un corto tiempo hasta que regrese de mi viaje y encuentre por lo menos dos personas que se encarguen, además te pagaré como a cualquier empleado.

— Esto es peor que si contrataras a alguien sin experiencia, ¿sabes? No va a funcionar. ¿No entiendes que no sé hornear un jodido pastel?

— Punto uno, cuida tu boca JeonGguk. Y dos, tengo a TaeHyung, él va a enseñarte todo lo que haga falta.

— ¿Quién es? —ahora SeokJin tenía completamente la atención del más pequeño, sus ojos fijos en él.

— Es el único empleado que queda en la tienda.

— Pero dijiste que ya no te quedaba personal en la tienda. —Jeon estaba confundido, su hermano había mencionado algo distinto hace sólo minutos atrás.

— Bueno, es lo mismo, sólo hay una persona. —encogiendo sus hombros, SeokJin sonrió inocentemente.

— No, no es lo mismo, es una persona y tú dijiste que no quedaba nadie.

— ¿Vas a hacer un escándalo de esto? Por favor, sólo sé un buen hermano menor y ayúdame.

— Será sólo por un corto tiempo, no más.
También, no me hago responsable de lo que vaya a suceder en la cocina ni con los pasteles.

— Eres.. -SeokJin suspiró derrotado, a la vez sintiéndose aliviado de que su hermano cediera tan rápido—. Está bien. Mañana a las 10:00 de la mañana en punto, voy a explicarte un poco todo antes de irme. Llevarás uniforme, estará en el pequeño baño que hay detrás de la tienda.

— Bien. Entonces, me iré primero, mañana será un largo día.. —JeonGguk se levantó del sofá mientras sacudía los restos de patatas fritas en su ropa.
Se dió una corta ducha para luego recostarse en su cama.

Él lo decía enserio, sería un largo día, nunca había horneado un pastel ni tampoco sabía hacer bombones.

SeokJin siempre había soñado con tener su propia pastelería, JeonGguk recordaba como su hermano mayor le hacía pequeños postres y cupcakes como postre junto a su almuerzo cuando él iba a la escuela secundaria.

Solía convidar a su reducido grupo de amigos y a la mayoría le encantaban y hacían buenos comentarios respectos a los postres.

Cuando a SeokJin se le presentó la oportunidad y obtuvo el dinero suficiente después de un tiempo, había comprado lo que hoy sería llamada Kim Bakes.

Llevaba más de dos años en ese negocio, JeonGguk ayudaba haciendo los pedidos previamente anotados por el mayor e incluso ayudaba con la administración del lugar, SeokJin era quien se encargaba de los pasteles y postres en la tienda; claro, él no estaba solo horneando todos los días, él tenía ayuda por parte del personal que se dividía en estar en la cocina y en la caja de la tienda.

JeonGguk sabía cocinar, sí, pero jamás tuvo una razón por la que hornear un pastel o incluso un postre, y mucho menos bombones, SeokJin era quien se encargaba de eso, por eso no sabía hacerlo.

El más pequeño sabía que en definitiva, no iba a funcionar.

OBSESSED | KTH+JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora