Primer día parte II

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Las luces de las cámaras me segaban de vez en cuando pero no lo suficiente como para hacer que apartara la vista de los siete chicos que posaban delante de ellas. La tentación de sacar mi celular y hacer una propia sesión secreta para redecorar mi habitación con fotos exclusivas era grande pero no era reconocida por mi discreción y mucho menos por mi suerte por lo que opté por tragarme las ganas y conformarme con la preciosa vista que tenía a mi disposición.

Los chicos se encontraban en medio de una sesión fotográfica para una revista altamente popular en Corea. El equipo de maquillaje, vestuario y peinado de la compañía había asistido también, a pesar de que la revista tenía su propio personal para este tipo de cosas See Haa me había explicado que aún así debíamos viajar con el grupo en caso de presentarse cualquier incoveniente. En vista de que no teníamos mucho que hacer en nuestras respectivas áreas habíamos sido instruidos para ayudar a los chicos, y al mismo personal de la revista, en lo que pudieran necesitar. Justo por lo cual me encontraba trasladando unos gruesos cables al otro punto de la espaciosa habitación de hotel que se había convertido en el escenario de la sesión.

-Aquí tiene- le dije al hombre que se hallaba detrás de la enorme cámara.

-Gracias señorita- contestó con un leve asentimiento -De acuerdo tomense cinco minutos chicos, lo han hecho muy bien, acabaremos muy pronto-

El grupo inmediatamente relajó sus poses y expresiones mientras algunos estiraban los músculos.

Espero que ningún cable haga corto circuito como resultado del río de saliva que seguramente estoy dejando.

-¿Dónde está el agua?- preguntó el hombre de la cámara con el entrecejo fruncido -¿¡Kyo dónde está lo que te pedí!?- la molestía en su tono era obvia. 

De una montaña de cables y extensiones se asomó una cabeza con un largo cabello negro y un flequillo que cubría la mitad superior de su rostro.

-Se-Señor recuerde que ya le había informado que...-

-No tengo tiempo para esto ¡ve y busca el agua! ¡Ahora!-

La pobre chica terminó de enderesarse de un solo salto revelando una figura pequeña y menuda.

-Enseguida señor-

-Lo siento muchachos, la trerán en un segundo-

-No se preocupe- contestó Namjoon con amabilidad.

Le lancé un vistazo a la chica que en esos momentos se encontraba corriendo hacía la puerta de la habitación para buscar lo encomendado y no pude evitar sentirme mal, yo sabía a la perfección lo que era ser regañada y jaloneada todo el día por un jefe gruñón, en mi país me había visto en la obligación de tomar innumerables trabajos para ayudar a mi familia y digamos que no todos los jefes son tan agradables como uno quisiera.

Mordí mi labio inferior mientras observaba a los chicos. Aunque sonora estúpido e infantil quería aprovechar cada segundo con ellos, mientras estuvieran en mi mismo espacio quería absorver todo lo que me fuera posible, no despegarme ni un solo segundo a menos que fuera absolutmente necesario. Justo antes de llegar a la puerta Kyo tropesó con una extensión haciendo que casi se estrellara de bruces contra el piso. La culpabilidad pudo conmigo, después de todo, los chicos no iban a irse a ningún lado ¿Cierto?

Rápidamente me deslicé entre el equipo y el personal para llegar a la puerta por la que acababa de irse Kyo.

°~°~°~°~°
-No tenías que hacerlo- dijo en voz baja y la cabeza gacha.

A pesar de que era un par de centímetros más baja que yo Kyo caminaba como si huyera del mismo diablo. Yo y mi patética condición fisíca teníamos problemas para mantenerle el paso.

-No te preocupes- respondí escuchando mi voz jadeante.

-¡No puede ser!-

De pronto Kyo frenó ocacionando que casi colisionara con ella.

-¿¡Que ocurre!?- pregunté exaltada como respuesta a su reacción.

Me miró ampliando su unico ojo visible con una expresión de pánico.

¿¡Que mierda pasa ahora!?

-Me olvidé de las botanas-

-...-

-¡Me olvidé de las botanas!- repitió, como si yo no comprendiera la gravedad del asunto.

Poco me faltó para aventarle una de las botellas a la cabeza.

-Kyo son solo unas botanas, no creo que...-

-Tú no lo entiendes- dijo de forma lastimera -soy nueva y siempre me la paso metiendo la pata, el jefe me tiene en la mira, si cometo un error más...-

Me parecía muy poco probable que despidieran a esta chica por haber olvidado las estúpidas botanas pero en su rostro se reflejaba un horror real. Como si fueras el unico en casa, tuvieras dearrea explosiva y te hubieras quedado sin papel higiénico, así de fea estaba su cara.

-De acuerdoooo vamos por ellas-

-Están en el almacén cinco pisos más abajo, y tengo -levantó su muñeca para observar su reloj -tres minutos con cuarenta y cinco segundo para llegar o me despedirán-

-¿Crees que puedas llevar el agua tú sola?-

No esperé su respuesta y puse mi parte de la carga en sus delgados bracitos.

-Si claro, ¿Tú...?-

-Traere las botanas del almacén. Dile a tú jefé que me quede atascada en el ascensor o algo así, esteré allá en un minuto-

Sus ojos brillaron como si le hubiera dicho que se ganó la lotería.

-¿De verdad? Oh Dios gracias te debo la vida-

Reí por la exageración.

-Número del almacén-

-Cincuenta y cuatro. Las llaves están en mi bolsillo derecho-

Las tomé rápidamente y le hice un gesto con la mano para que se apresurara, no tuve que insistir, cuando pestañee la niña ya no estaba.

Caramba.

Encongiéndome de hombros me apresuré rumbo a los ascensores, definitivamente no iba a tomar las escaleras, dudaba que escogiera las escaleras aún si mi edificio estuviera en llamas y esa fuera la unica vía de escape, bien exagero, pero si soy bastante floja.

Una vez frente al rectángulo de metal presioné el botoncito de llamada repetidas veces con la esperanza de que se apresurara. Tenía la sospecha de que si me tardaba más de cinco minutos a Kyo le iba a dar un ataque.

¡Por fin!

Ingresé al ascensor y presioné el piso correspondiente pero justo cuando las puertas estaban por cerrarse un pie se interpuso impidiéndoles completar su cometido.

¿Era jodidamente enserio? Justo cuando estoy apurada viene un menso a estorbar.

¡Y lo peor del asunto es que el tipejo nisiquiera entraba! Solo tenía su piesote allí, impidiéndole al ascensor avanzar.

-Señor estoy un poco apurada ¿Podría ser tan amable de retirar su pie de allí?-

Aunque mis palabras fueron corteses mi tono no lo fue tanto, hice lo mejor que pude. Si el tipo no se mueve juro que le voy a meter una patada en la espinilla.

-Lo siento, yo también voy a tomar el ascensor-

Me quedé pasmada en el centro, no hizo falta que el hombre ingresara para saber de quién se trataba.

Kim Taehyung

La Maquilladora de BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora