Feelings

13.

El castaño avanzaba en silencio sus deberes posteriores. Dentro de sí sentía que no tendría más tiempo que el que ahora disponía. Siempre verías a Felix en un rincón del salón si estaba estresado, almenos, casi siempre.

"Más vale ser precavidos"- luego de tantas reuniones con el pelinegro, cortas conversaciones con Minho y tareas atrasadas, sentía que las horas volaban y lo dejaban atrás.

-Aún no lo creo- comento con viveza una de las chicas del grupo. A pesar de que estas acababan de entrar, sus voces eran lo suficientemente altas para desconcentrarlo de su labor, quién con esfuerzo trataba de no perder el ritmo. - Creí que estaba con Jisoo-

-Lo está, pero ya sabes como es él. Hyunjin es muy, muy simpático, demasiado.-dijo ocultando una sonrisa ladina- El puede salir con cualquiera- El castaño paro de escribir y prestó atencion a aquella conversación que parecía ser de su incumbencia, en cierto punto.

-Yo muero porque me haga caso, parece que mis indirectas aun no le llegan- Mencionó una joven muy bonita a los ojos de Felix, que si mal no recordaba se llamaba Yuqui.

-Todas queremos que nos de una oportunidad- El castaño dejó de escuchar, ignorando lo demás que acontencía.

"Oportunidad"

Aquel sentimiento que experimentaba Kara.  ¿No era el mismo?

Con la entrada del profesor dio por terminado todo lo pensado antes, su labor era prestar atención.

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El sonido del timbre hizo reaccionar a todos, era viernes y todos estaban entusiasmados por el fin de semana, aquello le divertió. Todos eran más ruidosos y alegres los viernes. Rápidamente alistó sus pertenencias y salió del salón.

-¡YONGBOK!- Aturdido el castaño giro a encarar a quién lo había llamado, tratando de indicarle que se callara (no le gustaba su nombre y no quería que algun desconocido lo supiera)pero al verse solo ellos dos en el pasillo, camino sin prisa hacia donde se encontraba.

- Ya te había dicho que no me llamaras así- frunció el seño en muestra de molestia, recibiendo del contrario una pequeña sonrisa.

-No entiendo porque te empeñas tanto en ocultarlo - dijo revolviendole los cabellos - Compadécete de esta desdichada alma a la que le entregaron por nombre Chittaphon...

-Leecheiyopunk- interrumpió rápidamente el más bajo riéndose.

-Claro, BURLATE NIÑO- siguió riendo. A Felix le caía muy bien Ten, le encantaba su personalidad, como era. No entendía como existían personas que lo molestaban.

-Dame tiempo- dijo tranquilizando su respiración- y verás que lograré aceptar mi nombre coreano - hizo una pausa y siguió al ver por parte del otro un asentimiento - Y bien... ¿Porque me llamaste?

-Me voy

-¿Que?

-So

-Ten ya- dijo empujandolo suavemente, si lo que suponía era cierto, no se dejaría distraer.

El mayor rió por la extraña expresión del más bajo.

-Solo me voy por unos días, nada más

-Tonto- dudó al mencionar lo último. - Para la próxima háblame claro.

-Clarix Felix - se colocó la mochila con notorio esfuerzo sobre sus hombros - solo venía a despedirme.

-Te cuidas mucho - extendió su mano con la intención de despedirse. Pero solo recibió una mirada por parte del contrario.

-¿Hablas encerio?- nervioso retiró su mano rápidamente. Se sentía rechazado.

-Yo...

-Cuando regrese espero me abraces como se debe. - le mando un beso volado- Byes Yongbokkie-  dijo antes de retirarse.

El menor lo siguió con la mirada hasta verlo desaparecer por una de las esquinas del pasillo. Se fue al baño a lavar un poco su rostro, se sentía nervioso por alguna razón que aún desconocía.

  Saltó en su lugar del susto al observarlo por el espejo del baño, volteando agresivamente.

-¡¿QUE HACES AQUÍ?!-

-Me olvide entregarte esto- el castaño solo se limito a observar aquellas llaves de colores en las manos del pelirubio.

- ¿Por que me entregas esto Ten?- dijo recibiendolo curioso, olvidando lo había pasado.

-Porque se que te gustará tanto como a mí- el otro lo miró extrañado - Te gustan los paisajes ¿verdad?- el otro asintió - Perfecto. Con esas llaves tienes la entrada garantizada al ultimo piso de la escuela. Algo así como una entrada VIP, o como lo quieras ver-

-Gracias- respondió un poco dudoso - creí que no se podría entr--

-No se puede

-Entonces ¿porque tu-- necesitaba explicaciones, más halla del de la procedencia de aquellas llaves. ¿Porque actuaba de esa manera?

-Es una larga historia

-Me la puedes contar, yo...

"no estoy apurado"

-No, será para la próxima. - dijo moviendo sus manos de un lado a otro- asegúrate de cuidarlas bien, estrellita.

Sin más lo vio irse. Generalmente no prestaba mucha atención a como los demás expresaban lo que decían, pero en Ten sintió la necesidad de hacerlo, había algo que no cuadraba.

Se recostó en una de las paredes del pasillo a darse ánimos, quizás exageraba. Se quedo un rato más, no pasaba nadie en ese momento. ¿Sería atrevido subir a dar un vistazo a aquello que mencionó Ten?

Rápidamente corrió, empezando a subir cada escalón hasta llegar al último piso. Solo debía abrir aquella puerta y todo estaría bien. Con los nervios a flor de piel probó cada llave en silencio, no planeaba que lo descubriesen. Pero el timbre de su celular lo hizo vibrar del miedo. Era Kara.

"Pelligseu ¿Crees que puedas pasarte por mi casa? quiero contarte algo importante - este solo se limitó a leer el mensaje y guardo el celular. Probó la ultima llave, la de color morado, aquella era.

Era bellísimo, la ciudad se veía tan clara desde ahí. Se sentía como un niño pequeño, alegre y travieso, aquel que comía entusiasta las galletas que había escondido su madre. Quizás era el placer de sentirse por primera vez como un chico malo, pero como le encantaba aquella sensación. Se acercó al balcón apresuradamente. La brisa era refrescante, había paz.

Había encontrado su lugar en la escuela.

Prometiendose volver el lunes, cerró la puerta con llave y salió de la escuela tranquilamente ante la atenta mirada del de seguridad.

No se apresuro por llegar a casa, al final y al cabo, nadie se encontraba ahí. Por aquella vez se permitiría ir caminando y no esperar en la estación de buses.

En la tranquilidad de su hogar le informo a Kara que no iba a poder ir, y se recostó en el pequeño sofá encontrando la comodidad que lo sumergió en sueños.

-"No es tan malo como parece. El pasado cambia a las personas, estoy segura y ... Lo intenté" -en el fondo sabía que había cumplido con el trato, había intentando contarle. Pero no vino, y no insistiría.