Capítulo 3

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Era un hecho, no había ninguna duda de que estaba embarazada de tres semanas. Iba a ser madre y no había poder humano que pudiese evitarlo.

Yo, Morgana Carrie que me había venido a este país para olvidar al hombre que amaba y para mi mala suerte, amaba a otra mientras a mí me despreciaba por haberle puesto los cuernos inconscientemente con otro, resultaba que por andar follando con un francés ardiente—muy ardiente a decir verdad— y haber olvidado tomar precauciones aquella vez que nos acostamos en mi casa en nuestra reconciliación por la mentira que me había dicho  Celene de su compromiso; hace exactamente tres semanas, ni un preservativo antes de, por haberme dejado llevar por la calentura ni una de esas pastillas que se utilizaban el día después para matar los espermatozoides, estaba esperando un hijo sin estar lista para ser madre. Bueno, jamás creí que lo estaría ya que en mí no abundaba ese deseo de traer hijos al mundo.

Estúpidamente y creyendo que cinco pruebas de farmacia podrían arrojar resultados erróneos hacía tres días me había practicado un análisis más profesional y que "emoción" Resulta que sí estaba esperando un hijo de Gavin Spencer.

No sabía qué rayos hacer al respecto. No solo estaba el hecho de que yo no era el ser más amante de los niños, sino que para colmo tampoco sabía cómo le caería a Gavin la idea de saberse teniendo un hijo conmigo siendo más que obvio que nuestra relación no iba más allá del acto carnal y como bien mencioné antes, estaba más que segura que continuaba enamorado de su ex prometida.

Para pena mía yo solo era la mujer con la cual se quitaba las ganas, por lo cual no podía evitar que el hecho de saberlo; que la amaba a ella aún, provocara que un dolor muy fuerte se sintiera en mi corazón por saberme únicamente su juguete sexual, aunque yo lo haya aceptado de esa manera y no me arrepentía de ello; lo hemos pasado muy bien juntos en la cama, pero algo dentro de mí, la que deseaba torturarse como cual masoquista creía que probablemente Gavin solo estaba pasando una mala racha con Celene y cabía la posibilidad de que volviera con ella después, haciéndome a un lado.

Dolía otra vez imaginarme ser reemplazada.

Cara me quitó a Adam, y llegó Gavin a mi vida, arrancándome ese amor tan fuerte que sentía por Adam, me enamoré de él mientras solo follabamos y para mala suerte mía, su corazón le pertenecía a otra.

Que mala suerte la mía en el amor, ¿no?

¿Qué iba a hacer con un bebé si yo no sabía cómo ser madre? ¿Cómo aprendía una chica inexperta como yo a ser madre a sus pocos veintitrés años?

Podría pensar en una opción rápida y deshacerme del bebé y del problema con un aborto; no sería la primera mujer que recurría a algo así aunque sonara un poco descabellado, sería como dije antes, salir de un gran problema que no necesitaba en mi vida, pero eso era algo que seguramente haría la antigua Morgana, no la que estaba intentando ser una mejor persona de lo que alguna vez fue.

No podía matar a ese chiquitín que crecía dentro de mí y Gavin, pues ya veríamos cómo lo tomaría. De igual manera y aunque aún no me hacía a la idea de mi nueva realidad, tanto que ni me lo creía, si resulta que ese francés no deseaba hacerse cargo de nuestro hijo y que hicimos juntos, tampoco iba a obligarlo. Si me tenía que hacer responsable sola de mi bebito —el cual me estaba obligando aceptar—pues lo haría sola.

—Bien, ahora está confirmadísimo que estás embarazada, Morgana —reviró Agatte a mi lado en el sofá

Era de noche y desde los ventanales acristalados de mi lujoso apartamento—regalo de mi papi— podía ver las los enormes edificios, brillantes con sus luces Parisinas, a las siete casi ocho de la noche.

Agatte era la única amiga que tenía en esta ciudad y como dije antes nos conocimos luego de que yo la supliera en un desfile de mi tía tras una fractura de su tobillo y no las llevábamos excelente. La consideraba una gran persona. Era por dos años mayor que yo y siendo una de las modelos más exitosas y hermosas del mundo, decía no tener suerte en el amor, según sabía estuvo a punto de casarse hace dos años, pero más tarde se enteró que el futuro novio era gay y que solo deseaba casarse con ella para tapar su homosexualidad ante el ojo público ya que era modelo al igual que nosotras dos, desde entonces no había tenido una relación seria en su vida. Quedó bastante frustrada cuando encontró al hombre en la cama con otro. Cualquiera.

Es Para Siempre ( Saga Amores Inevitables #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora