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El gran espejo de la habitación reflejaba la figura de un chico rubio con la noche brillando en sus pupilas. Una simple vestimenta de encaje que pudo comprar con el poco dinero que tenia ahorrado con la esperanza de aumentar sus posibilidades de ser elegido.

-Jimin... ya es tu turno-

Con remordimiento y tristeza en sus ojos, la joven madre de aquel chico se despidió de él con la mirada, esperando que se retractara de su gran decisión. Sin embargo él no lo hizo. Siguió caminando con la mirada en alto hasta la parte trasera del escenario, solo tomándose un segundo para girar su rostro y susurrarle a la persona que más amaba en el mundo "Volveré por ti, lo prometo. Cuídate"

¿Qué dolorosas que pueden ser algunas decisiones, no? Seguir en aquel mundo de pobreza e inutilidad con las personas que amas o intentar escapar a un mundo mejor buscando tu felicidad, pero sin ellos.

Las luces de colores brillaron en la suave piel de Jimin cuando subió al escenario que había sido suelo de tantos bailes eróticos y venta de mujeres. El aire tan espeso y sofocante, más el perfume barato hacían que apenas pudiera respirar. Muchos hombres que ya conocía lo miraban con morbo, sonrisas asquerosas e intenciones inmundas. Aunque, en la última mesa a la orilla de la barra, había un hombre que lo miraba con total seriedad. Su cabello gris resaltaba sobre la multitud, al igual que las dos mujeres con traje negro y lentes de sol que lo acompañaban en su velada.

"¿Serán sus guardaespaldas?"

-Ahora que nuestro último premio ha llegado, caballeros, acérquense por favor y echen un buen vistazo a quien podría acompañarles esta noche o para siempre. Cinco muchachas hermosas y un chico inocente-

Park se sentía como si estuviera en un mercado de carne. Contemplo horrorizado a la treintena de hombres, como mínimo, que se aproximaba a la zona del escenario, el peligris incluido.

-Como la tradición lo espera, cuando comience la puja ningún nombre será revelado. Si quieren pujar levanten su mano, si quieren retirarse aplaudan. En primer lugar tenemos a la magnífica Yangmin. El premio es una espectacular noche con esta dama, no tiene restricciones... mmm- el maestro de ceremonias guiña un ojo. –Caballeros, ¿cuál es la oferta inicial?-

La puja alcanza rápidamente los cinco mil dólares y la muchacha es adjudicada a un señor mayor de sesenta años.

"¿Alguien ofrecerá la misma cantidad de dinero por mi?". El maestro de ceremonias distrae al rubio de sus pensamientos con la siguiente presentación: la suya.

Nervioso, mira de reojo a su madre que se encuentra tras bastidores, que le dedica una sonrisa tranquilizadora. Afortunadamente, no se tropieza pero queda expuesto ante la mirada hambrienta de todos los presentes.

-El encantador Jimin se ofrece a pasar toda una vida a su lado... puede bailar con mucha fluidez, y si puja por él, podrá tener el honor de ser su primera vez... Caballeros...-

Y antes de terminar la frase, un hombre de avanzada edad interrumpe al maestro de ceremonias fulminándolo con la mirada al decir:

-Cinco mil dólares-

Jimin oye el grito entrecortado de otro hombre cerca de la salida.

-Quince mil-

Todos se vuelven a ver al nuevo contrincante. Alto e impecablemente vestido, situado a la izquierda del escenario. Jimin dirige su mirada al chico peligris, el solo se rasca la barbilla y le obsequia una sonrisa divertida.

-Veinte mil- Contraataca el mayor de todos.

El bullicio del gentío ha enmudecido. Todo el mundo los mira a ellos y al pequeño rubio. Este ultimo comienza a tener un nudo en la garganta que por más que intente no puede deshacerse de él.

-Trescientos mil dólares- Dice una nueva voz ronca, esta resuena alta y clara por todo el prostíbulo.

Un murmuro jubiloso se alza entre la multitud al ver al chico peligris ponerse de pie junto a las mujeres que lo acompañaban. Los otros hombres levantan las manos en señal de derrota, riendo, y el joven le dedica una sonrisa a Jimin.

-¡Adjudicado!- Grita triunfante el maestro de ceremonias.

Entre un ensordecer clamor de vítores y aplausos, ambas mujeres trajeadas avanzan, le dan la mano a Jimin y lo ayudan a bajar del escenario sin cruzar una palabra.

La mente de él vuela por todos lados sin poder concentrarse en lo que acababa de suceder y lo que iba a suceder en un futuro. Un joven extrañamente hermoso y masculino había pujado por él la cantidad de trescientos mil dólares, dinero que ni en diez vidas podría conseguir.

No sabía cómo agradecerle haberse gastado tanto dinero en él, por haberlo salvado de la horrible vida que tenia.

Lo que Jimin no sabía es que había muchas maneras de agradecerle su favor, maneras morbosas, lujuriosas y pervertidas. Maneras que no tendrá que usar en un solo hombre, si no en cinco más que lo estaban esperando en su nuevo hogar...

The Servant  ||  Jimin x AllDonde viven las historias. Descúbrelo ahora