Ya habían pasado aproximadamente dos horas de la puja, y Jimin ya se encontraba en su nuevo hogar o, mejor dicho, nueva mansión. En el medio de la nada, aquella descomunal construcción se hacía presente con demasiados pasillos y habitaciones para solo una persona.
Las dos mujeres del prostíbulo ahora eran sus guardias personales que lo seguían a todos lados. Incluso ahora, mientras se quitaba su ropa de encaje y se ponía algo mucho más cómodo, lo observaban detrás de sus anteojos de sol. La más terrorífica de las dos se llamaba HyeJin y su cabello era extremadamente largo y de color azul opaco en cambio, la de apariencia más dócil, se llamaba ByulYi y no tenia pintas de matar ni una mosca.
-Los jefes te esperan- Dijo con voz dura la peli azul.
Jimin solo asintió con la cabeza baja y siguió el paso de las damas. Sin embargo, dos palabras se quedaron estancadas en su cabeza.
“Los jefes…”
-E-esperen… ¿con quién iré?-
-Con los jefes- Contestó la rubia con desdén al detener su avance delante de una gran puerta de madera. –Haz todo lo que te digan o no la pasarás bien, chiquillo-
Y con esa última frase las puertas se abrieron y de un empujón de HyeJin entró a tropezones a la habitación. Seis pares de ojos se clavaron en él y Jimin se sintió desfallecer. Sentados cada uno en una silla, similar a un trono, dispuestas en un círculo seis hombres lo observaban de una manera que helaba la sangre.
-Acércate pequeño- Dijo al único que conocía en la habitación. El chico peli gris que lo compró hace unas horas.
Con paso nervioso, Jimin se acerco al centro del círculo.
-¿Cómo te llamas, gatito?- Jimin alzó la cabeza para ver al portador de esa voz y se sorprendió en demasía al encontrarse con un rostro casi perfecto. Pelo castaño claro, labios esponjosos. Una perdición para cualquier persona.
-Jimin- Susurró en voz baja, con un pequeño sonrojo manchando sus mejillas ante la abrumadora belleza del contrario. –Me llamo Park Jimin…-
-Bonito trasero, Park- El nombrado se giró topándose con un chico de su misma edad que lo analizaba de arriba abajo. -Realmente me gustaría ver como usas uno de mis juguetes, bebé- Se rió suavemente al ver el rostro rojo de Jimin mientras llevaba su mano despreocupadamente al bulto hinchado en sus pantalones para frotarse suavemente a través de la tela para proporcionar una fricción muy necesaria en la creciente erección.
-Taehyung, es virgen- Declaró el pelo gris.
-Aish, Namjoon- Hizo un puchero demasiado tierno para la situación. –Bebé, lamentablemente retomaremos más tarde lo nuestro. Si no se quejarán de que acaparo todo para mí- Rio de manera dulce y le tendió un consolador rosado de tamaño normal. –Puedes tomar asiento-
Jimin alcanzó el objeto con su mano libre para luego sentarse en el centro del circulo sobre unas cuantas almohadas. Apoyó el juguete contra su muslo vestido de mezclilla mientras masticaba suavemente la suave piel de su labio inferior. Envolviendo su manito alrededor del juguete sexual, comenzó a mover esta hacia arriba y hacia abajo lentamente mientras miraba fijamente a los hombres a su alrededor con ojos de lujuria y anticipación.
“No sé que más hacer… ¿Qué harían las chicas del prostíbulo? Usarían saliva o lubricante pero no hay lubricante así que…”
Jimin manteniendo el contacto visual con sus jefes mientras escupía directamente sobre el consolador rosa, continuando con sus movimientos anteriores en el juguete de silicona ahora lubricado. Sonrió al escuchar un gruñido ronco.
-Dónde creen que se vería más bonito, en su culo, ¿no crees? ¿O tal vez su boca?- Se mofó de él el hombre con la nariz más hermosa que había visto en su vida.
-Ropa fuera. Quiero ese consolador en tu garganta. Ahora-
Jimin gimió ante el tono autoritario que utilizó el chico pálido a uno de sus lados. Se quitó la camiseta roja y se desabrochó los pantalones con sus dedos que temblaban de nervios y emoción. Recostándose sobre las almohadas, pateó el pantalón con los tobillos a toda prisa, quitándose los calzoncillos negros de algodón lentamente para molestar a sus espectadores, solo para tragar una vez y escuchar la voz del pálido alzarse sobre las demás.
-¿No me aclaré, chico? No me hagas castigarte-
“Haz todo lo que te digan o no la pasarás bien, chiquillo”
-Sí, señor- Dijo Jimin en voz baja, acomodándose en su estómago con sus caderas levantadas en el aire y su cara ahora a pocos centímetros de la polla de silicona.
Babeó al verlo, deseando cada centímetro en su garganta y haciendo a los espectadores gemir cuando la saliva goteaba por su barbilla como el imbécil que sabe que es. Sin más vacilación, alcanzó el juguete, sujetando la base con una mano, mientras que la otra se mantuvo en su lugar mientras envolvía sus labios alrededor de la cabeza con suavidad. Chupó ligeramente, girando su lengua alrededor de la corona antes de cerrar los ojos y relajando su garganta mientras se agachaba más.
-¿Crees que puedes tomarlo en tu trasero, bebé? ¿Puedes usarlo ahora?- Preguntó el que parecía ser el más dulce y joven de todos.
Jimin tragó alrededor del juguete, un escalofrío de emoción le recorrió la columna vertebral mientras asentía lo mejor que podía alrededor del consolador que actualmente se encontraba en su garganta. Se retiró con un 'pop' húmedo, una larga cadena de saliva conectó sus labios teñidos de rojo a la punta del juguete. Colocó el objeto a su lado, se mordió el labio y los miró con los ojos vidriosos mientras sacaba su mano cubierta de saliva del consolador rosa, con la frente apoyada contra las almohadas mientras sus dedos húmedos rodeaban lentamente su entrada. Empujó un dedo, gimiendo patéticamente mientras comenzaba a bombear suavemente dentro y fuera de sus apretadas paredes, el dolor y el placer se mezclaban ardientemente, sus dedos de los pies se curvaban y los dientes se hundían más profundamente en su magullado labio inferior. Introdujo otro dedo y se preguntó por qué no había probado esto antes, en cambio de solo conformarse con simplemente masturbarse.
-¿Puedes tocarte para nosotros, gatito? Tu polla parece que duele mucho-
Gimiendo, Jimin llevó su mano libre a su polla que goteaba, suspirando de placer por el alivio que le brindó a su miembro palpitante. Sacudió su muñeca a un ritmo moderado, utilizando la abundancia de pre-semen acumulado como lubricante improvisado para hacer que su palma se deslizara más pausadamente contra su sensible masculinidad.
-Ya estás preparado, chico. Mete ese juguete en tu lindo trasero-
Una vez que Taehyung decidió que estaba lo suficientemente estirado, Jimin sacó sus dedos lentamente, gimiendo ante el vacío antes de sentarse y alcanzar rápidamente el consolador rosado con el que estaba ocupado hace unos minutos. Acomodó el dildo lubricado lentamente, gimiendo cuando su agujero fruncido se estiró dolorosamente. Inclinándose de nuevo con un suspiro, apretó la mejilla contra las almohadas, observando cómo llegaban los comentarios, alabándolo y diciéndole todo lo que deseaban. Lo hicieron marearse, sus cejas se fruncieron mientras disfrutaba del placer.
El cuerpo de Jimin se sacudió al sentir unas fuertes vibraciones en su trasero que lo hicieron chillar y aferrarse fuertemente las sábanas. Al ver a Taehyung con una sonrisa morbosa se dio cuenta que él había activado las vibraciones en el juguete. La mano de Jimin deslizándose hacia arriba y abajo de su miembro rápido y más descuidado mientras usaba su mano opuesta para empujar el juguete más profundo en sus paredes. Empujó su mejilla más profundamente en la almohada, sus caderas formando figuras en el aire mientras se movía hacia atrás follandose con el vibrador. Jimin soltó un gran gemido, sus respiraciones eran cortas y rápidas mientras su mano se movía rápidamente sobre su miembro rojo y duro como una roca, el juguete vibrante se frotaba contra sus paredes apretadas con tanto placer que casi causa dolor.
-Correte para nosotros bebé, déjanos verte retorcerte y gritar-
Rayas de color blanco cubrían el estómago de Jimin y las almohadas debajo de su cuerpo, sus rodillas temblaban y cedían con la intensidad de su orgasmo. Su frente estaba cubierta de un brillo de sudor, sus cabellos se pegaban al sudor mientras se encogía ante las vibraciones sobreestimulantes que seguían emitiéndose desde el juguete. Sacando el vibrador de su trasero con una mueca, abrió los ojos perezosamente, la vista aún estaba borrosa y la mente aún confusa mientras veía los hombres pasar con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Eres muy caliente, baby-boy--Haz hecho un buen espectáculo para nosotros-
-Tal y como un buen gatito-
❉
❉
❉
❉
Este hombre es todo lo que está bien en esta vida :3
ESTÁS LEYENDO
The Servant || Jimin x All
FanfictionJimin ha vivido sus veintiun primaveras rodeado de malas influencias: su padre, un drogadicto sin sentido de vida, y su madre, la dueña del prostíbulo más conocido de Busan llamado "Candy Shop". Tras intentos e intentos fallidos de salir de aquel su...