A mis tormentosos diecisiete años de edad he vivido muchas cosas, cosas felices, tristes y hasta tempestuosas, he visto morir gente cercana a mí infinidades de veces, primos, tíos, hermanos, inclusive a mi propia madre, todos ellos con una bala incrustada entre las cejas, bueno... a mi primo Thomas le prendieron fuego después de extriparle todo el aparato digestivo del cuerpo. En fin he ido más a funerales que cumpleaños para ser sincera.He de decir que todas estas desdichas y sangre derramada han sido gracias a mí padre, que se ha asegurado confinar nuestras vidas a muertes y más muertes innecesarias. Él siendo un vil cerdo, se dedicaba a toda cosa ilegal existente, desde armas de guerra a tráfico de personas, no olvidemos que también comerciaba cocaína por todo el distrito de Virginia. Era un monstruo, podía asegurarlo, despiadado y egocéntrico. Claramente todos sus ajustes de cuentas eran saldadas con los míos. Me sorprendía y estremecía seguir respirando, paranoica, sabiendo que el menor fallo en cualquiera de sus negocios, sería mi cabeza la que perdería.
Actualmente vivo en Virginia, con mi padre, se preguntaran ¿Por qué vivo con un asesino? ¿No has ni intentado escaparte? No, no he intentado escaparme y vivo con él porque... ¿Cómo puedes escaparte de un asesino que controla toda la maldita ciudad?, con más enemigos que amigos, dándome caza por el simple hecho de tener su sangre corriendo por mis venas. ¿Es que acaso no ven las telenovelas mexicanas con temáticas de narcotraficantes? Nunca antes fue tan real. Si me largaba de aquí o me mataba él o sus enemigos. En ambos casos; acabaría muerta o mutilada, mi vida era una causa perdida. O quizás solo estoy esperando a que algo salga mal y morir, sea la forma que sea pero morir en cuerpo, de hueso y carne porque de alma; ya he muerto innumerable de veces, cada muerte presenciada era una puñalada para mi alma, sentía que porque yo misma no podía arrancarme el corazón. O dispararme, o las clásicas colgadas que a mis primas Charlotte y Theodora le habían funcionado tan bien. Quizás solo estaba indecisa respecto a de qué manera acabar con mi vida.
Pronto cumpliría dieciocho, mi padre ha pedido organizar una recepción en una casa de campo, propiedad de mi padre. Créanme que estaría encantadísima de festejarla si mis tíos, primos, y hermanos estuvieran vivos, porque digo, ellos eran los únicos invitados que podría haber tenido ahora solo quedaban el jardinero, mi gallina y adorada mascota Sissi y cabía la posibilidad de que el que traía el periódico asistiera si le compraba todos los periódicos del día.
Además yo sabía que este festejo era más por la muerte de madre que por cualquier otra cosa. Había muerto hace un mes, y como fiel demonio, no podía esperar para regocijarse. Ella lo aborrecía, Isabel Petrova, hija del mayor petrolero del país; había sido forzada a casarse «como toda su familia». Mi padre gustoso había aceptado el negocio y trato ya que era la única forma en que veía esa unión. Tras la muerte de quienes fueron en vida mis abuelos, mi padre había heredado todas las posesiones que fueron otorgadas a su única heredera; mi madre.
Sin pensarlo dos veces, habían vendido todo y allí fue donde comenzó su imperio. Mi madre por cierto, todas las noches; luego de que mi padre hubiera satisfecho sus deseos carnales, era confinada a un cuarto pequeño, sucio y mugriento «al cual muchas veces también fui encerrada». Era la prisión y jaula personal de mi padre, para torturar a cualquier individuo que desobedecía o quebrantaba sus reglas. Un mes atrás mamá estaba destrozada, seguía llorando la muerte de mi hermano Aksel, quien para su fortuna fue atropellado al salir de un antro, digo fortuna porque a dos cuadras más los Varsollges lo esperaban para asesinarlo de la manera más cruel posible. Ella estaba tan débil y furiosa a la vez, por absolutamente todo, que mientras disfrutábamos de una cena incomodísima con los pocos que quedaban de la familia, en un acto desesperado, arrojó un vaso de vino en el rostro de padre, este con los ojos brillantes de rabia y delirio, sacó su arma, y lentamente la introdujo en la boca de mi madre, ella; temblando de miedo y rabia pero; aceptando su destino, se quedó quieta previendo lo que vendría después, finalmente el disparo salió, traspasando su cabeza dejando un agujero en su nuca. Cayó estruendosamente al piso, con las pocas lágrimas que me quedaban intenté ir con ella. Pero el sonido de balas cambiándose me detuvo. Estaba apuntándome.
— Siéntate, y termina de comer, aún no me has dicho como fue tu día. —Dijo con una voz intranquila.
—Papá... sólo déjame tocarla—dije entre llantos, mientras que me volvía a agachar para ir a su encuentro.
Pero una bala rozó mi hombro
— ¡TE HE DICHO QUE TE SIENTES Y ME CUENTES TU DÍA MALDITA SEA!
Y así fue, nos quedamos una hora hablando, contándole entre sollozos lo que habría hecho en el día mientras el sonreía complacido y maravillado ante mi estado, un completo maniático. Y mi madre estaba allí, tirada, postrada en el piso con los ojos abiertos, muerta. Murió siendo humillada, así como lo fue toda su vida.
Mi madre nunca fue un ejemplo para mí, siempre fue un claro ejemplo de que mujeres débiles como ella, nunca tendrían la oportunidad de dispersarse por los cielos, de florecer. Son flores hermosas, delicadas, cálidas; que se marchitan y finalmente alguien las arranca, porque simplemente están estropeadas.
YOU ARE READING
Nubes de espacio©
Romance«Él me creía inmarcesible, y hasta un punto lo fui. Yo creí que él era mi serendipia. Pero sólo fue mi desenlace.» Inquebrantables nubes de espacio. -Son flores hermosas, delicadas, cálidas; que se marchitan y finalmente alguien las arranca, porque...