Vida

20 6 0
                                    

Hoseok POV

Cinco meses después...

Estoy sentado al borde de mi casa tras haber permanecido acostado sin dormir por varias horas. Siento la espalda entumecida y esa sensación desagradable en las plantas de mis pies al entrar repentinamente en contacto con el suelo frío del cuarto no se va. Suspiro, aburrido.

Al levantar la vista apenas me sorprende la penumbra en la que se está sumiendo la habitación poco a poco, son más de las siete pasadas y allá afuera el cielo comienza a adquirir un color oscuro típico de estas épocas de ya comenzado el mes de noviembre. La oscuridad penetra a través de mis cortinas e invade mi cuarto, ignorando la lámpara encendida sobre la mesilla de noche a mi lado. Sobre mi escritorio reposan desordenadas mis pertenencias, mis apuntes del último año de la universidad, un pijama que lleva ahí semanas y que debería poner a lavar cuelga del respaldo de la silla formando una extraña sombra en la pared que me inquieta. Esa sensación de inquietud es la que me impulsa a hacer el mayor esfuerzo que he hecho en las 19 horas que han transcurrido de este día; estirar mi mano y apagar la lámpara, sumiéndome en la oscuridad más profunda que he tenido que sobrellevar en mis 24 años de vida.

Jiwoo trata de comunicarse conmigo constantemente. Seguramente sabe que falto a clases desde hace semanas y que he sucumbido a la depresión que floreció en mí aquella semana de perdición, cuando las situaciones inesperadas dejaron de sorprenderme y más bien me dejé de impresionar por nada.

La pantalla de mi móvil se ilumina y la foto del contacto de mi hermana llamando alumbra de nuevo el cuarto. Observar la luz insistente del aparato me hace daño a la vista, por lo que en un gesto lento y pesado comienzo a voltear la vista hacia otra parte, ignorando su timbre que se esfuerza en taladrar mis tímpanos. Mi mirada se posa de nuevo en mi escritorio, en mis libros, y recuerdo, con el tono de llamada como sonido de fondo, aquél trabajo de literatura en el instituto donde la profesora nos ordenó reflexionar sobre el tempus fugit y nuestras perspectivas de futuro; qué nos deparará el mañana.

Me remonto a aquellas clases que me parecen demasiado lejanas para ser mías, sin embargo no han pasado más de cinco años desde aquello. Recuerdo vagamente que escribí algo así como una comparación sobre mis espectativas con el transcurso de los años. En mi redacción relaté que de niño quise ser famoso, a la edad de nueve años me imaginaba mi propio escenario con mis familiares de público, yo cantaba y me gustaba como ellos me miraban, sonreían y me aplaudían llenándome con un agradable sentimiento de satisfacción y orgullo que me llevó a afirmar que de mayor sería cantante. Sin embargo la familia no es capaz de dar una opinión verdadera y objetiva a un niño de nueve años y tuvieron que ser mis amigos, más tarde cuando comencé el instituto, los que me dijeran que mi voz no era bonita en absoluto y que más me valía retirarme pronto. Entonces abandoné mi primer sueño para embaucarme hacia uno algo más realista y que sí se me daba bien; el baile. Mi primera escuela de baile fue una pequeñita, de sólo diez miembros cuyas edades comprendían entre los once (yo entonces tenía trece) y los diecinueve. Realmente disfrutaba bailando las coreografías a pesar de que resultaban simples y aburridas a la vista, al menos nos divertíamos, pero formábamos un grupo variopinto que no terminaba de encajar y la academia se acabó disoviendo en menos de cuatro meses. Me decepcioné bastante, mas no me hundí, aquella caída me impulsó a rogar a mis padres por varios días y en menos de un mes ya me hallaba inscrito en otra agrupación. La academia de baile The 7th Sense. Los mejores cinco años de mi vida. Empezamos siendo un grupo abundante, pero no muy grande en cuanto a renombre. Lo que hicimos fue crearnos nuestra propia fama y lo disfruté todo lo que pude hasta que las situaciones de la vida, o el destino, me hicieron separarme del grupo, llevándome la que en ese momento supuse sería una de las peores decepciones que me llevaría en la vida. Iluso de mí.

Miedo a vivir [Jung HoSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora