Desperté nuevamente solo en mi cama, suspiré desanimado de tener que ir y me levanté de allí para volver a caer somnoliento. Miré el espacio que quedaba libre sin Jungkook y miré mis muslos con los ojos llorosos.
Está bien, no vivía con Jungkook pero varias veces se quedaba a dormir o al menos a follarme, para ocupar ese vacío en la cama. No tenerlo cerca me dolía un poco.
En parte sabía que era un tremendo hijo de su madre, un desconsiderado y que seguramente todo este tiempo me había estado engañando.
Pero de vez en cuando recordaba las cosas bonitas que él hacía, cómo estaba de buen humor, me compraba dulces y me mimaba.
Lo pensé un poco, era muy triste reconocerlo, pero simplemente todo había sido una mentira. Dulces para luego quejarse por haber engordado, mimos para sólo lograr follarme.
Negué con la cabeza, era un sentimiento tan extraño. Me levanté de la cama intentando motivarme y comencé a vestirme para ir a la escuela, estaba algo, demasiado, melancólico.
Me puse ropa cómoda de nuevo y bostecé con suavidad, él decía que bostezaba como un gatito...
-Taehyung ¿Eres idiota?- Me hablé a mí mismo -No puedes andar todo el día pensando en ese imbécil.
Y sí, él era un imbécil ¿Verdad? Sólo había que verlo con otros ojos. Para mí era un tonto, bueno y bonito, pero tonto, y me daba rabia que me hubiera remplazado de la nada.
Pero si me hacía pasar por otra persona ajena a este conflicto, alguien que se enterara hoy, opinaría algo como "Wow, Jungkook es un idiota. Taehyunggie, eres mejor que eso~ Ve por más" Sí, eso era motivador.
Sin dudas era un profesional en cuanto a motivarme a mí mismo. Meses y años enteros practicando, por mí y para mí, solo.
Sonreí inconscientemente y decidí no bañarme por pereza. Esta vez sí fui a desayunar ya que tenía tiempo de sobra, preparé un sándwich con jugo y me senté tranquilo a comer como no lo había hecho hacía bastante.
Comencé a ver mis redes sociales, mi cantidad de seguidores iba bajando diariamente desde que Kook terminó conmigo. Suspiré algo desanimado, no me importaba el número sino lo que representaba.
Había sido tan tonto que pensé que por ser popular todas mis amistades iban a ser reales. Con el tiempo logré aprender que más vale calidad que cantidad, pero a veces dudaba de esa idea.
Observé las fotos que tenía Jungkook con la chica, cuidadoso de no darle ningún like. Ella era muy bonita, me daba algo de pena que lo fuera ya que siempre tuve el pequeño deseo de ser mujer.
Algún día despertarme en el cuerpo de una chica, no por el hecho de querer ese cambio en mi cuerpo, sino para atraer a más chicos ya que era sabido que era difícil conseguir novio siendo homosexual, y más en la secundaria.
Todos ponían empeño en discriminarte y nunca podías fiarte de nadie, incluso si te confesabas a tu amor platónico más grande, siempre estaba el riesgo de que el chico fuera cruel e hiciera pública tu orientación sexual, sólo para burlarse de ti.
Me relamí los labios quitando las migas de pan, también era culpa de ella ¿A qué clase de persona se le ocurre empezar a salir con otro que ya tiene a alguien? Ella tenía su parte en el asunto, al igual que Jungkook, que dijo que sí.
Caminé a la misma parada del bus, la de siempre. Me subí cuando este llegó y tuve la suerte de sentarme, me puse cómodo y comencé a jugar en mi celular...si no tenía con quién hablar, al menos podía distraerme con un pequeño juego de tres en línea.
Sentí una mirada potente en mi nuca y me volteé, había un chico haciéndome ojitos. Entrecerré mis ojos algo arisco, ''no estoy para esas cosas'' me dije a mí mismo mentalmente, aunque en el fondo sólo pensaba que se estaba riendo de mí.
Disimuladamente comencé a verlo aunque él estuviera en el asiento de atrás. Tenía un tinte pelirrojo que le quedaba muy bien, en mi escuela no permitían esa clase de tintes. Su uniforme era diferente pero lo reconocí, era de otra de las escuelas del barrio.
Me quedé estancado observándolo hasta que ví ese cartel fluorescente del supermercado que estaba cerca de mi escuela, me paré rápido y toqué el timbre para que parara el bus. El chico continuó observándome y sonriéndome.
Era de otra escuela, era de otro mundo, nadie se enteraría.
De mi bolsillo saqué un papel con mi número de teléfono, siempre hay que estar preparados. Bajé y entré al colegio con el corazón latiendo a mil y mis mejillas sonrojadas.
Sonreí y todos me vieron extrañados, incluido Jungkook y su novia, que parecían esperar en el mismo lugar todos los días sólo para verme sufrir. Los miré con mala cara.
En clase hice una bonita carta que parecía de amor por el sobre rosa y estampado con corazones, aunque por dentro era una declaración de odio, amenaza e invitación a pelear en la azotea de la escuela.
En el recreo la dejé en el casillero de Jieun discretamente, me fui corriendo para pasar el resto del recreo con mis nuevos amigos, en realidad varios me caían mal pero agradecía poder pasar el tiempo con ellos.
Cuando todas las horas de clase terminaron, fui a la azotea y esperé alrededor de media hora hasta que concluí en que no vendría jamás. Mientras iba por los pasillos escuché los gemidos de Jeon viniendo desde la enfermería, acoplados con los de una chica.
Me limpié mis lágrimas y corrí a la parada muy triste, estaba destruido; Mi inconsciente se negaba a separarse de Jungkook. Yo intentaba convencerme de que ya debía superarlo, pero, no podía.
Subí al bus y como era hora pico tuve que ir parado, seguramente tenía cara de muerto por estar tan triste. Escuché una ronca risita y alcé la mirada, allí estaba el chico al cual le dí mi número.
Encontrarme esa sonrisa tan bonita de cerca me hizo alzar mis comisuras tímido, burlándome de mi cara de muerto y de todos en esta tierra, que se fueran al carajo. Durante el resto del trayecto hice un silencioso contacto visual con este chico, que de lejos parecía desinhibido, irrespetuoso, pero de cerca incluso podía parecerte dulce sin siquiera hablar.
''Bueno, no hay mal que por bien no venga''
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