JUST ONE NIGHT

Capítulo 1 - Cautivo

—Eiji... —Ash lo sacó de sus pensamientos tan repentinamente que le causó un sobresalto—, has estado muy callado. ¿Te hirieron en algún lado?

Iban huyendo en carretera en un muy llamativo y veloz auto deportivo rojo, hacía apenas unos instantes que habían escapado de los guardias de Golzine, así que debían darse prisa, no tenían tiempo para detenerse a descansar, ambos estaban heridos; Ash tenía una bala en el hombro derecho y un rasguño en las costillas, mientras que Eiji solo tenía algunos moretones y marcas en los brazos por forcejear para librarse de uno de ellos.

—No estoy herido, pero tú...

—No es nada, estoy acostumbrado a esto. Pronto llegaremos a Nueva York y podremos descansar un poco.

No había pasado mucho tiempo de la última vez que lograron atraparlos nuevamente, era tan solo cuestión de tiempo para que los localizaran, pero esta vez llevaban a un rehén con ellos.

—¿Cómo sigue el tipo? —preguntó Ash al mirar a Yut-Lung por el retrovisor.

—Está inconsciente.

—Quién lo diría —dijo irónico—, maneja artes marciales, tiene habilidad con esas endemoniadas agujas y aun así fue muy fácil derribarlo.

—¿Qué piensas hacer con él? —Eiji preguntó preocupado.

—Voy a darle una lección a esos malditos chinos.

—Ash...

—¿Mmh? —volteó a verlo por un momento y notó una singular empatía en sus ojos.

—Tú tampoco piensas que es un debilucho, ¿cierto?

—No, por eso me sorprende que haya caído en nuestras manos tan fácilmente.

—Yo creo que esa fue su decisión.

Eiji bajó el rostro tratando de recordar lo que había sucedido; uno de los guardias lo sostenía entre sus brazos apresándolo con fuerza, Yut-Lung estaba a punto de utilizar su aguja para paralizarlo cuando algo lo distrajo y fue golpeado en la cara por Ash, gracias a eso Eiji fue capaz de escapar del guardia, la aguja "mágicamente" se había enterrado en el cuerpo del guardia dejándolo incapacitado.

—Debo pedirte que reconsideres la situación —Ash estaba incrédulo, era cierto que Eiji no podía dañar a nadie pero... pedirle que no le hiciera daño al tipo que previamente lo había secuestrado por segunda ocasión era imposible de imaginar.

—Escucha, Eiji, no sé qué te habrá dicho esa sabandija pero no merece tu perdón. Por su culpa no hemos podido escapar de Dino y todavía es peor... —apretó el volante con sus manos—, por su culpa Shorter no está más con nosotros.

—No creo que sea muy diferente —se mantenía firme—, creo que tuvo sus motivos.

—Sí, eso fue lo que dijo, que no era personal —negó con la cabeza—, aun así no pienso cambiar mi posición.

Llegaron a Nueva York cuando caía la noche, rápidamente le vendieron el carro a otro pandillero y con ese dinero pudieron alquilar un cuarto de hotel, Yut-Lung seguía desmayado, por lo que Ash tuvo que cargarlo en su espalda hasta el cuarto y posteriormente lo arrojó al sillón.

—Lo siento Eiji, pero no creo que debas tener consideración con este tipejo. Es una persona muy falsa, lo supe desde la primera vez que lo vi.

Ash condujo a Eiji a la habitación y se recostó junto a él dejando salir todo su agotamiento en un suspiro.