Un recuerdo de la Nostalgia

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-Se acabo.

-¿El qué? -preguntaron al unísono Ezequiel y Agatha.

-La rutina que me mantenía acostumbrado día a día. Los espacios que en la tarde que estaban hechos un desastre y en la mañana como si fuera a inaugurarse. Los gritos de los niños en los exámenes que odiaba, pero me recordaba a mi cuando los hacia. Las risas en los descansos con la gente que extrañare. Las mañanas madrugadoras para repasar en el bus algún asunto, pero que siempre uno terminaba en una ensoñación. Los regaños de los profes que eran el pan de cada día y las escasas risas que soltaban de vez en cuando y, como no, las terminables caminatas para llegar al aula.

Agatha y Ezequiel concordaban con lo que había dicho. Estábamos llenos de nostalgia y emoción por la nueva rutina, cerrar el capítulo del colegio y pasar a una que desconocíamos, aunque la única pista del título era la universidad; capítulo que no empieza para todos y se deja que la vida escoja otro, que se acople a nuestra rutina.

-Atención, vamos hacer la cuenta regresiva -dijo el rector en un tono tosco-. 3... 2...

NOSTALGIA

-1!!!! -dijo en forma eufórica y los estudiantes lanzaron birrete al aire sin preocuparse donde fuera a parar. Veía como los gorros subían como su representaran los niveles que había pasado en el colegio, pero que luego bajaban por la acción de la gravedad... mejor relacionarla con eso que con algo negativo, pensé.

Varias horas después me despedí de mis amigos que de pronto se convertirán en solo recuerdos, pero recuerdos que NUNCA me fallaran y forjaron nuevamente la amistad. Me despedí de mis compañeros y acordamos de reunirnos en un año. Pero como son mis amigos, seguramente primero pasa el encuentro de egresados cada 10 años que reunirnos en cada año.

Les di las mejores de mis sonrisas y con el orgullo bien alto, comencé escribir el próximo capítulo, pero que desconocía el problema y su incalculable final...

-Hasta luego. No digo adiós porque seguramente nos volveremos a ver. Cuídense.

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