Lagrimas hechas hielo

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   Los copos de nieve caen al suelo, la escarcha y el dulce sonido del agua correr por un pequeño río. -- Vamos Lans despierta, tenemos que irnos, esa cosa volverá por nosotros si no empezamos a correr ahora. Dijo el amigo de Lans que le sacude los hombros con desesperación. 

   Lans se limita a seguir viendo el cielo estrellado, viendo una obra de arte hecha por puntos de muchos colores, siendo estrellas las que se aprecian y algunas corren llamándose fugaces. -- Leva tienes que irte de aquí. 

   Leva solo se limita a verlo, y aun que no quiere ni pensarlo, supone que este es el adiós. -- No puedo dejarte aquí. 

-- Tu sabes que yo no voy a poder seguirte el paso. Hace una pausa para toser. -- Pero si puedo darte el tiempo suficiente para que esa cosa no te atrape. Lans le sonríe. 

   Es curioso como un rostro que siempre viste de un momento a otro se convierte en el rostro más anhelado por ver; Lans se presiona ese enorme hueco que hay en su estomago y leva también le ayuda con sus manos presionando su herida. La sangre que escurre por sus manos se fusiona con la nieve que cae del cielo. 

-- Leva corre, esa cosa no ha de estar muy lejos. 

   Leva deja correr unas lagrimas que las siente muy heladas que recorren toda su mejilla hasta caer al pedazo faltante de carne de Lans. 

   Su amigo tumbado en el suelo hace lo mismo y al caer sus gotas comienzan a transformarse en hielo. 

-- ¿Vas a estar bien okei?. Leva se sintió tonto por decir eso pero su amigo lanzo una sonrisa cálida que derretía cualquier copo de nieve que se cruzara por su rostro. 

-- Déjame. El chico cierra los ojos pero por peor que esté la situación su sonrisa no deja que se convierta en un recuerdo más del olvido. Leva asiente con la cabeza y no permita que su sufrimiento reflejado en su rostro pase a mas de una simple mordedura de labios y ojos caídos.

   Antes de marcharse Lans le pide algo a Leva, el cual al oírlo él se siente orgulloso de ser quien lo haga. Leva comienza a marcharse y voltea atrás solo una vez mas para ver como su amigo se cubre de nieve. 

   El chico comienza a correr con todas sus fuerzas, siente el calor de su sangre correr por su pierna, Leva estaba lastimado de la rodilla y cojeando hace un esfuerzo múltiple por esquivar los arbustos que se cruzan por el camino,  no es fácil mirar a través de una cortina de niebla. 

   A lo lejos se escuchan los gritos de lo que pronto pasaría a ser su difunto amigo, los alaridos se fusionaban con los maullidos de la criatura que perseguía a Leva convirtiendo la situación en una autentica escena de terror. 

   El aire que se respiraba era helado y Leva no podía dejar de toser, pero lo ignoraba completamente. Después logra llegar a una carretera cubierta por la blanca escarcha que deja la nieve acumulada  por el soplo de los vientos, Leva continúa su trayecto por ella. 

   El aullido de la cosa que lo persigue se va cada vez haciendo mas fuerte. Un destello de luces aparece frente a Leva y lo único que lo deja hacer el cuerpo es frenarse. Con sus ojos entrecerrados su visión se acostumbra a las luces; del auto sale una mujer que corre desesperadamente hacía él. 

   Ella lo toma de un brazo y se lo apoya en sus hombros y juntos suben al auto. La sensación de frío cambia a calor, y Leva exhala y se acurruca en el asiento. Los chicos del auto miran a Leva con una expresión de asombro, entre esos algunos con la boca abierta. 

   Lans, el mejor amigo de Leva había sido devorado por un monstruo, al principio Leva pensó que se trataba de el hombre de las nieves, que tonto se decía a si mismo en sus pensamientos, si hubiera sido el hombre de las nieves no se hubiera dejado tomar foto. 

-- Ey ¿Qué te sucedió?. Sus pensamientos son interrumpidos por la chica que va de copiloto. -- Los hemos estado buscando por horas, Leva ¿Dónde esta Lans?. 

-- Oh cierto. Dijo Leva, el sentimiento de alivio deja de sentirse, un vuelco en el corazón. -- Rápido, ¡conduce  Fred!. 

-- ¿Por qué? Acabamos de encontrarte, mira tu pierna esta sangrando. 

-- Por eso. Se le escapa la tos pero continúa al terminar. -- Tu solo arranca. 

-- Vamos has lo que te pide Fred. Dijo la chica de copiloto llamada Natasha. 

-- Okei okei, ya estoy encendiendo el auto. El auto comienza avanzar.  Leva tose y se desahoga haciéndolo, voltea hacia la ventana de atrás; Entre los arboles una cosa enorme se mueve con agilidad y solo deja mostrar su cola retorcida llena de pinchos, se congela la sangre de solo ver como se mete hacia la oscuridad.  

   Leva cierra los ojos por un instante y solo lo que logra ver es el rostro de su amigo, el recuerdo de como la herida no paraba de sangrar, hay que admitir que Lans era gordo desde hace varios años, aun que el monstruo estuviera a un metro de ambos es más lógico pensar que se iría tras su amigo regordete.  Leva deja escapar una sonrisa; Durante las temporadas de Frío en la escuela, Leva rellenaba sus prendas con papel periódico hasta sentirse apretado, todo para que las chicas de nuevo ingreso se fijaran por igual a ambos amigos. 

Las criaturas de Miltown IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora