40

3.1K 296 179
                                    

Las calles se encontraban húmedas debido a la repentina lluvia que cayó sobre Seúl. Aunque solía haber mucha gente alborotada, está vez, en aquel barrio no se encontraba ni un alma vagando.
La gente yacía en su casa, refugiándose de ese mal clima; todo estaba silencioso, tranquilo. Las calles eran desiertas ya que ningún ser humano tenía ganas de mojarse sus ropas o pescar un resfrío.
Pero claro, todo lo bueno dura poco. Gritos y mucha euforia se escuchaba venir de una cuadra, fuertes pisadas y las groserías no podían faltar. Un grito un tanto afeminado se hizo oír luego de un fuerte "¡Yoonoh desgraciado, no me empujes!" ¿Quién será el dueño de tan chillona voz?

-¡Juro que en está calle había una cancha de fútbol!

-Yo creí que estábamos jugando una carrera... -Yoonoh se sentó en el húmedo asfalto, con una expresión de confusión.

-Levántate de ahí, puerco. Arruinaras tu ropa y no, no estamos jugando una carrera... Sé que por aquí a Yu le gustaba venir.

Ten buscaba con la mirada a alguien para poder preguntarle dónde carajo hay una cancha de fútbol. Pero ellos eran los únicos pendejos debajo de la lluvia.

-¿Y sí mejor lo llamamos?

-¿Eres idiota, verdad Yoonoh? Lo primero que hice fue eso, y sabes que cuando Yuta se pone pendejo apaga su celular.- vio a su castaño amigo levantarse del suelo y sacudir su cabello cual cachorro. Comenzaron a caminar debajo de los árboles.

YoonOh mantenía su ceño fruncido y de vez en cuando chasqueaba su lengua molesto. No lo malinterpreten, él amaba a su amigo el japonés, pero a veces no comprendía la exageración del mismo. Recuerda que cuando eran niños Jaehyun sin querer había pateado la pelota de Yuta en el bosque -cabe recalcar que nunca la encontró- y éste le había gritado "¡No seremos más tus amigos, eres una mala persona y jamás dejarás de serlo!" y ahora se reía de esa anécdota porque a los dos días Ten y Yuta habían llegado hasta él y el japonés lloraba a moco tendido para que lo perdonase... A decir verdad, valía la pena siempre salir corriendo cuando Yuta tenía sus ataques.

-¿Crees que hayan terminado? -Preguntó el castaño. Su pie instintivamente pateó las piedras a su paso.

Chittaphon suspiró con resignación. Él sabía que Yuta probablemente estaría llorando por el estúpido de Hansol, y una vez más, quería abrazarlo y consolarlo, después de todo era su mejor amigo, no podría dejarlo. Y no, no lo hace por obligación. El tailandes tiene ciertas tendencias de madre protectora; si cualquiera de sus amigos necesitaba un hombro para desahogarse, él estaría ahí, o simplemente si querían ir a matar a algún maldito, también estaría ahí... o bueno, quizás no. 

-Supongo. Pero se quieren muchísimo como para hacerlo en verdad... ¡Oh mira! ve a preguntarle a esos niños donde hay una-

-Una cancha de fútbol, lo sé.- Yoonoh rodó los ojos fastidiado. Se dirigió a unos niños que estaban chapoteando en un charco de agua, y sonrió cuando visualizo a un niño con una pelota.

-¡Oigan!

-¿Qué quieres?

-¿Han visto una cancha de fútbol por aquí? -sonrió amablemente causando que sus hoyuelos aparezcan.

-Creo que tiene un problema...- murmuró uno de los niños a su compañero.

desconcertado Yoonoh frunció el ceño, en total confusión. ¿Porqué tendría él un problema?

-¿Porqué tienes esos hoyos en tus mejillas?

-¿Si colocó mi dedo allí desaparecen?

-¿Aquel chico es tu novio?

NCT WHATSAPP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora