Parte única.

308 72 9
                                    

¡No quiero verte de nuevo!

Esas habían sido las últimas palabras que JiHoon le había dirigido al estúpido de su mejor amigo en la tarde antes de huir a su casa.

Entonces, ¿Qué hacía ahí? Se preguntaba el pequeño mientras sostenía su teléfono en su mano de pie junto a la cama.

—Marco o no... –su voz fue interrumpida por el fuerte trueno que resonó fuera de su casa luego de que un relámpago alumbrara su habitación en penumbras esa madrugada. —Definitivamente sí.

JiHoon mordió su labio inconforme cuando terminó de marcar el número y el piteo constante lo recibió, ¿Por qué debía ser tan débil? ¿Y por qué justo ese día debía haber una tormenta?

—¿Hola?

El pequeño desvió su mirada y comenzó a jugar con el borde del suéter que traía ignorando lo sexy que sonaba la ronca voz de su amigo cuando éste se despertaba. Está mal, está mal, ¿Qué sucede contigo? Se recriminó y suspiró antes de comenzar a hablar.

—S-Sé que peleamos. –JiHoon susurró y agachó su cabeza, casi podía sentir a SeungCheol perder todo rastro de sueño e incorporarse en la cama.

—Me gritaste algo sobre no querer verme más. –la voz de SeungCheol denotaba burla pero JiHoon lo conocía, había un deje de tristeza presente, el mayor seguro estaba tan triste como él por la pelea absurda que tuvieron temprano.

—L-Lo sé, pero... ¿Puedes venir? –el menor dio un respingo por el trueno pequeño que resonó en su habitación recordándole la tormenta que pronto iniciaría.

—¿No puedes dormir, pequeño? –las mejillas de JiHoon se colorearon al escuchar a su amigo sonar tan preocupado.

—No sin ti, ven por favor. –el azabache susurró y colgó cuando un fuerte trueno dio inicio a la lluvia, el pequeño azabache chilló escondiéndose bajo las sábanas. Ahora SeungCheol no podría venir y eso implicaba quedarse solo toda la noche.

Sumamente perfecto.

JiHoon cantó una canción e intentó concentrarse en su lugar feliz mientras temblaba bajo las mantas y sus ojos picaban, era un orgulloso, si sólo hubiese llamado cuando el primer trueno resonó todo estaría bien, estaría a salvo entre los brazos de su estúpido favorito.

Ese estúpido que le había robado un beso esa tarde.

Sus mejillas volvieron a calentarse y suspiró, esa pelea había sido absurda, en ese momento se daba cuenta de lo feliz que realmente le había hecho ese arrebato.

¿Qué SeungCheol era un idiota por haberle robado su primer beso? Si no había forma de que saliera más perfecto, SeungCheol había tomado su rostro entre sus manos y se había inclinado a juntar sus labios con los suyos, había sido dulce, atento y suave. ¿Y él? Él sólo lo había echado a perder. Ahora estaría solo y asustado por lo que restaba de noche, si es que no moría de un paro cardíaco y... un momento.

¿Acaso enloqueció o alguien había entrado a su habitación por la ventana? Lo que faltaba, perfecto, lo matarían.

JiHoon destapó su cabeza lentamente temiendo por lo que observaría, había una figura alta cerrando su ventana que tenía chorros de agua escurriéndose de su ropa. Reconocería esa espalda donde fuera.

—¿Cheol? –el pequeño encendió la luz y sus ojitos brillaron cuando observó al mayor.

Era el mejor amigo del mundo.

JiHoon reaccionó y habló entre susurros luego de pasarle una toalla limpia. —T-Te buscaré algo de ropa de SeokMin, espera aquí... –SeungCheol lo detuvo por la muñeca y negó.

Midnight. 《JiCheol》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora