Al siguiente día de que Al le prometiera a Candy salir a ver un auto, precisamente ella caminaba por el malecón a lado de su amigo Jem, jovencito de espigada figura, tez morena, ojos verdes y coqueta manera de vestir y también de andar. Peculiar personaje que atraía miradas, y dentro de ellas...
– ¡Candy! – la llamaron a sus espaldas.
Segura de que pudiera ser una de tantas amistades que había hecho en el lugar, la chica se detuvo; y sonriente se giró a mirarlo. No obstante, al segundo de reconocerlo, asustada, rápidamente volvió sobre su eje con todas las ganas de echarse a correr.
Jem quien la observaba, también miraba al joven rubio el cual desde la acera de enfrente la hubo distinguido y veloz cruzó la calle para alcanzarla, llamándola primero.
De frente, ya que la hubo rebasado al sí haber ella emprendido sus pasos, agitado por la carrera pegada, sonaba:
– Cuando te miré... – Tony, el payasito, apuntaba desde donde lo había hecho, – no estaba seguro de que tú fueras. Ahora que lo confirmé... me da mucho gusto volver a verte.
– Hola – ella dijo y sonrió con timidez.
– ¡Hola! – contestó un sonriente él que con sinceridad expresaba: – ¡Cuánto tiempo sin verte!
– Sí, creo que ha sido... bastante.
– ¡Ya lo creo! Dos años si no mal calculo
– Algo parecido
– Y dime, ¿qué haces aquí? ¿Estás de vacaciones?
– ¡Sí! – respondió Candy consiguiendo con su mentira la atención de su amigo el estilista que, sin ser presentado, se cruzó de brazos y torció la boca, pero mudo continuó escuchando la conversación:
– Yo apenas llegué. Estoy instalando mi nueva carpa en la explanada del muelle
– ¡Qué bien! – exclamó ella; y por su sonrisa se le inquiría:
– ¿Vendrás a ver la primera función?
– Lo dudo mucho.
– ¿Por qué? ¡Oh sí! – el chico pareció olvidarlo; más al recordarlo, explayaba: – Lamento mucho lo sucedido la última vez
– Si no lo mencionas ¡ni quién se acordara de aquello!
– ¿Lo dices... en serio?... – Tony se desilusionó un poco que hasta en su rostro se reflejó; en cambio Candy:
– ¡Claro! – le dejó precisamente en claro la poca importancia que hubo tenido el incidente pasado.
– Yo no pude olvidarlo tan fácilmente al haber sido mi patrimonio el perdido
– Pero tal parece que estás construyendo uno nuevo y me da gusto por eso. Ahora si me disculpas... – ella pretendió abrirse camino; sin embargo y frente a su obvia huida...
– Espera – la detuvieron por el brazo.
Sintiendo incómodo su amarre la rubia sin ser ruda se lo quitó diciendo:
– Me gustaría quedarme, pero... tengo una clase y se me está haciendo tarde. Así que, si me disculpas...
– Sólo porque lo estoy viendo, puedo asegurar que estás huyendo de mí – persona que volvió a ponérsele en frente, deteniéndola.
– ¿Yo? ¡Para nada! Además ¿por qué lo haría?
– Si no es así, entonces acepta ir a tomar una soda conmigo
– Te acabo de decir...
– En cuanto te desocupes, ¿qué será...? – Tony la instaba a contestar.
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Falling
FanfictionESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONSULTARME. LEE, DISFRUTA Y RESPETA. Historia del tipo universo alterno juvenil primera vez escrita y publicada en Septiemb...