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Sentía la tensión en el aire.
La distancia entre nosotras comenzaba a ser palpable, incluso las personas comenzaron a preguntar por ello.
Respondí que seguíamos siendo amigas.
Que nada había cambiado.
Pero en el fondo, sabíamos que todo lo había hecho.
Que nuestra amistad pendía de un fino y delgado hilo.

Más... Decidí darle otra oportunidad.
Después de todo, no hacía daño.
Y ahí estábamos.
En el punto más alto de la escuela.
Y en el punto más alto de nuestra confianza.
Entonces, charlamos un poco.
Frente a un hermoso día soleado, platicamos acerca de todo.
De nuestro futuro, nuestro pasado.
Me dí cuenta que no todo estaba perdido. Aún existía esa chispa que en un principio, me llevó a lo que somos hoy.
Opté por dejar de pensar en alejarme.
Y sea o no, la mejor decisión...
Me siento feliz teniéndote aquí de vuelta.

Dedicatorias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora