Amor

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Sentía las manos de Taemin alrededor mía mientras yo me apegaba a su pecho. Nos estábamos quedando dormidos en los brazos del otro hasta que se escuchó el timbre de la puerta, que nos sobresaltó de repente.
Taemin se veía apurado y se levantó del sofá lo más rápido que pudo. -Mierda- susurró. -¿Va todo bien?- le pregunté pero no respondío. -¡Taemin, abre la puerta que no tengo llaves!- girtó una voz masculina desde el otro lado de la puerta. Taemin abrió la puerta y un chico bastante atractivo entró al apartamento. -Menos mal que no me acompañaste, porque había... ¿Quién es esa?- dijo al fijarse en mí. -Soy Lucy, encantada- le expliqué, al verlo de cerca, tuve la sensación de haberlo visto en algún lado. -¿Es tú novia?- preguntó él y yo me sonroje ante la idea. -Eh... no sé- dijo Taemin sonrojándose también. El chico desconocido rió. -Minho-hyung no se lo digas al resto- mencionó Taemin girándose a mi de nuevo. -¿Te apetece salir?- preguntó y yo asentí, mientras él entrelazaba sus dedos con los míos suavemente, lo que hizo que me ruborizara. Taemin se dio cuenta y sonrió lo que hizo que me sonrojara aún más. -¡Pasadlo bien!- gritó Minho antes de que Taemin me arrastrara fuera de la casa. -¿A dónde vamos?- le pregunté antes de salir del edificio, pero en vez de darme una respuesta colocó sus manos en mi nuca mientras me acariciaba mis sonrojadas mejillas con su pulgar y me besó. -A dónde quieras- me dijo entonces y yo le sonreí ampliamente. Él entrelazó sus dedos con los míos y salímos del portal para encontrarnos con las bellas calles de Seúl. -¿Te acuerdas de la cafetería de la última vez?- le pregunté y él asintió. -Vayamos ahí- solo faltaron esas palabras para que Taemin y yo camináramos hasta allí. Cada risa, cada palabra, cada caricia que recibía de él hacía sentirme más viva, le necesitaba a mi lado ahora lo sabía. Dentro de la cafetería, sentía como el habiente hogareño invadía mi cuerpo. Sentí entonces las manos de Taemin al rededor de mi cintura y su cabeza apoyada en mi hombro. -Yo voy a pedir vete cogiendo mesa- me dijo al oído y me besó en la mejilla, sonrojada me dirigí y me senté en la mesa de dos al lado de la ventana. Observando a Taemin en la cola, empezó a llover y las gotas daban al cristal ligeramente. Taemin era como la lluvia, llegó a mi vida sin previo aviso y tenía miedo de que se fuera también sin aviso alguno, con él me sentía cómoda en la lluvia, con él todo era mejor. -Toma- me dijo sacándome de mis pensamientos con una sonrisa. -Te pedí un chocolate caliente espero que te guste- dijo y sonrió mientras yo me tomaba mi primer buche, pero sin darme cuenta de el calor del chocolate me quemé. -¡Ah!- grité y todo el mundo se giró en mi dirección, mientras el chico delante mía no paraba de soltar carcajadas. -¡No te rías!- dije yo riéndome también. -¡No tiene gracia!
-¡Pero si tu también te estas riendo!- dijo él riéndose aún mas fuerte. Todos los ojos de la cafetería iban en nuestra dirección, pero en lo único en lo que nos fijábamos era el uno en el otro.

Cuando nos calmamos empezamos a hablar de todo en general. Si recordaba bien esta era únicamente la segunda vez en la que Taemin y yo quedábamos sin la excusa de algún problema por delante y se sentía bien, muy bien.

-Ahora que lo pienso, ¿a que universidad vas?- le pregunté. A pesar de haber compartido momentos tan íntimos, había información básica que desconocía de él, pero nada más escuchar la palabra universidad el apuro en su expresión no paraba de aumentar. -Lo siento...- dije para no estropear la situación, pero él entrelazó sus dedos con los míos y me miró directamente a los ojos. -Es difícil para mi hablar de eso, pero quiero contártelo, solo tengo que buscar el momento adecuado- me dijo y aunque yo no encontrara el sentido, confiaba en él así que simplemente asentí. Sentí sus labios entonces en mi frente, que me transmitieron seguridad y amor al mismo tiempo. -Voy a pagar, quédate aquí- me dijo y se marchó a pagar. Sonreí, ¿desde cuando alguien podía hacer un día tan horroroso en uno increíblemente genial?
Entonces recordé, fue aquel momento en el que me di cuenta de la fantasía que estaba viviendo.

-¿De que te ríes?
-Tenemos el mismo apellido

Aquella conversación, aquel parque, aquel niño, Taemin. No podía ser...El chico con el que tanto soñaba, estaba delante mía. Sentí como las lágrimas bajaban por mis mejillas. -¿Estás bien?- preguntó Taemin, que llegaba de haber pagado. Pero en vez de responder como mi yo de nueve años aquella vez, simplemente me levanté y lo abracé. -Te quiero- le dije con todo mi corazón y escondí mi cara en su pecho. Pronto sentí sus brazos que rodeaban mi cintura con cariño. -Te quiero- dijo él también y apoyó su cabeza en mi hombro, mientras yo le acariciaba el pelo. Pronto mi móvil vibró e interrumpió aquel momento. El nombre de mi padre se hacía ver en la pantalla. -No hace falta que lo cojas- me dijo entonces Taemin. -Voy a tener que volver a casa y voy a tener que escucharlo igualmente- le expliqué con algo de preocupación en mi rostro. -Pues no vayas, quédate conmigo. No quiero que hagas algo que no quieras hacer- me dijo seriamente. Sonreí, mientras salíamos del café y caminábamos por dónde había techo, para no mojarnos. -¿Y mi pijama?- le dije sonriendo. -Yo te prestaré algo- me dijo sonriendo también. -Pues vale, me quedo contigo- le respondí y le cogí la mano.

Caminamos en un silencio acogedor de vuelta. En parte, le debía un gracias a mi padre, si no fuera por él no hubiera conocido a Taemin en ese restaurante, ¿o sí? Hay cosas que están pre destinadas al fin y al cabo.


Nota de Autora

Siento que este capítulo sea algo corto, el próximo lo haré más largo sin duda.

Day and Night {Taemin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora