Sicheng no recuerda con exactitud el rostro del asesino de su creador, era demasiado joven y recién convertido, solo recuerda el caos en el que se convirtió todo cuando una cantidad inmensurable de desconocidos invadió la guarida en la que se resguardaban. Recuerda gritos, gruñidos y recuerda su estúpida debilidad, aquella que a pesar de todo lo mantuvo vivo lo suficiente para salir de aquella matanza.
El fuego recorría aún gran parte del edificio, mientras el buscaba resquicios de fría pared para escapar, sentía mucha sed quizá a causa de la ansiedad y el miedo y no encontrar alguna cara conocida lo ponía aún más nervioso. Los cuerpos decapitados o incinerados a su alrededor eran como un puzzle sin resolver, reconociendo varios rostros conocidos, soldados al servicio de su querido creador que habían dado la vida por salvarlo y rezando a cualquier ser superior que fuera así, que logrando salir de aquella matanza lograba ver su añejo y serio rostro.
Los habían agarrado con la guardia baja, los habían emboscado, los habían traicionado.
Dejándose caer sobre trozos de yeso y escombros, soltó por fin todo lo que sentía, echándose a llorar en silencio. No lograba encontrar a nadie, ni sabía que hacer o donde ir, estaba mortalmente solo y en una posición débil, al no ser más que un neófito, un bebé, no habría otra forma de tildarlo.
Sus sentidos lo alertaron al oír suaves pisadas cerca de él, poniéndose de pie y buscando un escondite en cuestión de segundos pero no fue lo suficientemente rápido antes de sentirse rodeado y apuntado con filosas ballestas, estaba perdido.
— ¿Sicheng? —una voz conocida pronunció su nombre, haciendo que suspirara del alivio y cayera de rodillas, volviendo a llorar sin poder evitarlo antes de ser sostenido con cuidado, la escasa de calidez de sus cuerpos siendo compartida antes de sentir un par de dedos limpiar sus mejillas.— Chennie, ¿Qué ocurrió aquí? ¿Puedes decírmelo, por favor?
— No lo sé, fueron solo segundos y luego teníamos a todos encima, los coreanos estaban entrando por todos lados, quería ir con mi señor pero los guardias me dijeron que huyera, no supe que hacer.
— ¿Los coreanos? Sicheng, escúchame...—intentó llamar su atención el pequeño castaño, viendo como el otro empezaba a sollozar con más fuerza al recordar a su creador.—¿Dónde está tu señor? ¿Dónde está mi creador, Cheng?
—No lo sé, realmente no lo sé, Kun.
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No podía negar que se encontraba algo nervioso, el golpe se había realizado tal como lo habían planeado pero el necesitaba ver los resultados, los resultados también tenían que salir de acuerdo al plan o realmente se volvería loco.
Los recuerdos de aquella noche lo habían golpeado de pronto, rememorando cada detalle del terror vivido, la sensación de miedo y abandono. Pero ahora no estaba solo y había llegado el momento de tomar venganza.
Hubo un revuelo en el vestíbulo de aquella casa tradicional que habían elegido como guarida, haciendo que reaccionara y casi corriera para recibir a sus compañeros y amigos. Kun y Yukhei parecían apaleados hasta el último milímetro pero el solo quería respuestas, los demás parecían estar bien y eso lo calmó un poco, pelear no estaba en los planes.
— ¿Dónde están? —Preguntó realmente ansioso, ayudando a Yukhei a quitarse la chaqueta y a revisar los hematomas que recorrían su abdomen. — Jodida mierda, ¿Quién te hizo esto?
— El líder de Gangwon es duro de roer, derribarlo creo que me quebró dos costillas.
— ¿Gangwon?
Esta vez fue el turno de hablar de Kun, notando la molestia en su mirada. — Jaehyun no estaba, Sicheng. Al parecer se fue minutos antes a pesar del cuerpo colgado en su club.
Kun no pestañeó cuando escuchó un gruñido proveniente de Sicheng, esperando que se calmara unos segundos antes de proseguir. — Jaehyun y Johnny estaban juntos esta noche, al parecer empiezan a morder el anzuelo.
— Atrapamos a sus compañeros y al líder de Gangwon. Lo hubiéramos dejado fuera con tal de seguir todo al pie de la letra pero se empeñó en proteger a uno de los compañeros de Jaehyun.
— Los otros dos están encerrados junto a un humano, les dejé una pequeña sorpresa. —bromeó Yukhei mientras sonreía a pesar de los golpes.
— De acuerdo, se nos escapó el rey pero aún me quedan los peones, esta será una buena partida.
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Esto se puso bueno. (la que se emociona con su propio fanfic.)
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index ii ; jaeyong (second chapter)
Fanfictionsegunda temporada de index jaeyong vampire au!