2

3.4K 196 284
                                    

Omnisciente

5 meses después

Hace tan solo cinco meses atrás, el pequeño azabache del departamento de shoujo tenía a su fiel compañero como amigo. Cada uno sabía todo sobre el otro... Pero ahora, ya no sabe nada del castaño ni que fue del castaño.

Kisa miro con nostalgia el asiento de su ex compañero.

<<Donde te fuistes... Ritchan>>

Tal vez la repentina desaparición del castaño había provocado un desastre en el departamento. Ya que nada era igual. Incluso el jefe no era el mismo.

Es más, Kisa diría que Takano fue el más afectado.

El azabache ahora desvivia del trabajo y no podía parar de pensar en cierto castaño en cada momento de su vida. Podía recordar con claridad cómo había roto cada ilusión, cada esperanza y cada amor que tenía el inocente castaño.

Takano

¡Maldita sea! ¿Dónde estás Onodera Ritsu?

Me llevo un mes para darme cuenta lo importante que era Ritsu. Lo había perdido... Pero pretendo recuperarlo, y esta vez amarlo como se debe.

Pregunté por todas partes y por todos los lugares, pero por mucho que busque, no lo encuentro.

Soy un imbécil, el imbécil más grande del mundo. ¿Cómo iba a saber que me había enamorado de aquel despistado castaño?

No había día en la que no pensase en Ritsu. Todo, TODO me recuerda a él. En el trabajo me va peor, las ventas han bajado de sobremanera, ya no soy el mismo. Ahora vivo de mi trabajo, esto era un medio para olvidarme por un segundo a Ritsu.

Pero estar desvelando por las noches trabajando no era bueno, y ya me está pasando factura.

Con sorpresa abrí los ojos al ver como a unos pasos más adelante de mi, estaba Ritsu, sin duda era Ritsu.

—¡Ritsu, Ritsu! —una vez estuve al lado de él, tome de su hombro y lo giré hacia mí.

—¿eh? - se escucho la grave voz de aquel desconocido —No soy Ritsu, lo siento —vi como puso una mueca.

Solté su hombro —Lo... Siento

Esto ya era rutina. Cada vez que salgo a la calle y veo una cabellera castaña o unos ojos esmeraldas, me giro desesperadamente con la ilusión de que fuese mi castaño.

Retomé mi camino nuevamente hasta el edificio de mi amigo de la universidad, Yokozawa Takafumi.

Desde que volví a caer en las drogas y en el alcohol, Yokozawa me volvió a cuidar.

—Hé vuelto —dije sin mucho ánimo.

—Bienvenido —musitó en coro la pequeña Hiyori y Yokozawa.

—Siéntate, Zen ya está en el comedor, enseguida voy yo con la cena —asenti —Hiyo, vete tú también al comedor —sonrió el peliazul a la pequeña.

—¡Si, oni-chan!

Tomó su asiento en frente de Kirishima y lo saludo como siempre.

—Te ves horrible Masamune

—¡Gracias! —dije con mucho sarcasmo.

Este solo suspiro y me miro. Yo solo me limité a mirar la mesa con desgano.

Omnisciente

—Sabes, visité hoy a mi madre, quien está en el hospital central de Tokyo —el pelinaranja intentaba captar la atención del azabache.

Adiós... Takano Masamune [Sekaiichi Hatsukoi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora