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Un bufido salió de los finos labios del muchacho, inevitablemente refunfuño mentalmente. Odiaba esperar, lo desesperaba e irritaba. Su mejor amiga, ema se estaba demorando más de lo normal, algo que era toda una molestia para Gabriel, quien odiaba a la gente impuntual y que hiciera perder su preciado tiempo; aunque la castaña era una excepción, pues la quería mucho como para enfadarse con ella y se veía obligado a esperarla sin importar cuanto tardase. Miro la hora en su celular y después hacia todas partes chequeando indicios de que la muchacha llegará por fin, pero nada; ello lo extraño. Gabriel no soportaría ni un minuto más las acosadoras y morbosas, además de descaradas miradas clavadas en el, más bien, en su cuerpo.

Rodó sus ojos y decidió ignorarlo olímpicamente. Solo se limitó a seguir esperando. Repudiaba y aborrecia a ese tipo de individuos, pero lamentablemente no podía desaserse de todos y tenía que vivir con ello, aunque lo decea se no podía ser posible.

-¿Donde diablos estás, ema-chan?-murmuro impaciente y fastidiado.

En ese momento dos sujetos de aproximadamente veinte años se aproximaron de una forma prepotentes, con sonrisas seductoras y pícaras. Grabriel ya sabía las intenciones de aquellos tipos. Frunció el ceño y con recelo decidió alejarse de allí, ir a una zona más transitada, pero uno de ellos atrapó su brazo derecho provocando que volteara.

-¿Se le ofrece algo?-pregunto de una manera fría y educada a la vez, mientras le lanzaba una mirada pesada e indiferente.

Gabriel hacia un gran esfuerzo para no perder sus estribos, realmente odiaba a los sujetos como ellos, más solo reaccionaria cuando se sobrepasarán, o se hartara de ser hostigado; allí podía justificar que sus acciones erroneas se debían por defensa propia. Esperaba que eso no sucediera, puesto que no le gustaba la violencia.

-sabes, eres muy bonita.¿No quieres acompañarnos a comer algo? Te aseguro que te la pasarás increíble- hablo el primero de cabellos rubios, rizado y de ojos azules, con aretes, piercing, (ect)típico cliché de chico malo.

En su rostro se ayaba una sonrisa socorrona y pícara, al igual que la del otro tipo que parecía su copia barata. Ambos con rostros atractivos, altos, vestimentas costosas y apariencia-aparentemente-adineradas, pero todo unos idiotas y cortos de inteligencia, pues no se habían percatado de que: gabriel era un chico.

-le agradezco su propuesta, sofu-san(abuelo). Pero temo que tengo que rechazarlo. Estoy esperando a mi pareja-mintio a lo último con una sonrisa cínica-quizás en otra ocasión.

Un tic se hizo presente en la ceja del contrario por su comentario, para el, ofensivo y descarado, no se dejaría insultar por un "mocoso engreído". Iba a protestar junto a su secuaz/amigo, pero por suerte ema por fin se hizo presente. Corrió rápidamente hacia ella dejando atrás a los idiotas y soberbios chicos y la abrazo. Suspiro aliviado de salvarse.

-¿Donde te has mentido? Te eh esperado más de dos minutos, casi me violan, tonta-le recriminó.

-Gomen'nasai, Gaby-kun- se disculpó apenada y sonrojada por sus ante últimas palabras-tuve un inconveniente que lo resolví tan pronto como pude, te lo aseguro.

-descuida, ema-chan- hizo un ademán con su mano restándole importancia-¿Y vamos a ir a la confitería o te quedarás ahí parada? Aquellos tipos de seguro deben estar buscándome o no lo sé, ni quiero pensar. Me asquea. Andando- se estremeció y dió marcha junto a la castaña, más bien, la arrastró entre tanto está yacía confundida al no saber a quienes se refería su amigo.

Posteriormente, ema había contactado con gabriel para después de la escuela pasar la tarde juntos, pues hayer fue su cumpleaños y no fue posible pasarla junto a el ya que el los cumplía el mismo día que su hermano menor; fūto, no tenía mas opción que quedarse. Se disculpó realmente apenada y le prometió que le compraría sus dulces favoritos en su confitería favorita, más la tarde juntos. Gabriel acepto gustoso aquella propuesta; le pareció considerado y tierno de su parte.

-¿Donde quieres ir ahora?-pregunto una amable ema luego de comprar los caprichos de su mejor amigo.

-umm...-lo pensó detenidamente-¡¿Que te parece el parques de diversiones?!-sugirió emocionado y sonriente.

-me pare bien si a ti te gusta-concluyó la castaña sonriendo con dulzura.

[...]

La tarde trancurrio amena, con ello comenzó anochecer. Grabriel tanto como ema se habían divertido muchísimo y habían disfrutado de su plena compañía sin interrupciones, pero decidieron que ya era hora de regresar a casa no querían arriesgarse a ser víctimas de un robo, más bien, gabriel era el único paranoico con esas cosas al ser un blanco fácil de aquellos rufianes, ema estaba tranquila. Ambos amigos se dirigían en dirección a sus hogares mientras hablaban chacharas y reían entre sí. De pronto, Grabriel se tropezo con una roca que yacía en el suelo y que no vio.

Estaba distraído hablando con la castaña que no se había asegurado por donde caminaba y callo al suelo lastimando su cuerpo y el más afectado fue su rostro; era seguro que un ematoma surgiría. Soltó un quejido. Rápidamente la chica corrió a socorrerlo.

-¡Gaby-kun!-exclamó preocupada y lo reincorporo del suelo con suma delicadeza y procurando no lastimar le más.

-h-ha, no te preocupes, ema-chan. Estoy bien-sonrió levemente intentando no preocuparla más y comenzó a dar palmaditas en toda la parte superior de su cuerpo para quitar la tierra, ella también le ayudo un poco.

Se regaño mentalmente por no chequear por donde caminaba y por haber estropeado su ropa recién comprada de marca hayer y estrenada hoy, para el colmo; su cuerpo dolía horrores y su rostro ni hablar. Solo deceaba llegar a su humilde morada para porfin tomarse un merecido baño y dormir, no sin antes comer su delicioso ramen y lavar sus prendas, por supuesto.

-venga, vamos a mi casa-propuso ema.

No quería dejar a su amigo en aquel estado, ya que su casa quedaba mucho más lejos que la suya el solo la acompañaba por seguridad.

-me niego-fue lo único que articulo el menor con fastidio. La susodicha lo miro con sorpresa y tenue molestia.

Gabriel siempre se negaba poner un pie en la residencia, ¿La razón? Ni ella lo sabía y eso la enfadaba, no saber porqué.

-ema no te lo tomes a mal. Pero por lo que me comentas de tus "hermanos", están locos, más bien, son extraños,no, sus fetiches son raros, no espera, todo de ellos es raro; sinceramente-farbullo nervioso-además, no me apetece un interrogatorio de complejo de hermanos mayores-argumento.

La boca de ema se abrió en forma de "O" y luego lo miro comprensiva y compasiva mientras desviaba su mirada avergonzada; debía admitir que eran raros y ella era el atisbo de ello, pero aún así los apreciaba. Se sintió aliviada ahora que sabía la razón del porque Grabriel evitaba poner un pie en su hogar y era comprensible.

-descuida, ellos no te dirán nada- dicho esto jalo su brazo llevándolo a rastras a sunrise recidense, mientras el intentaba safarse a toda costa de su agarre.

¿Desde cuándo es más fuerte que yo?. Pensó sorprendido y bufo resignado dejándose llevar por ella.








ɢᴀʙʀɪᴇʟ「🌷」B.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora