LA SEÑORA HALE I

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En Beacon Hills se corría el rumor que los dueños de la mansión que se encontraba en medio del bosque regresarían pronto.

La mansión estaba rodeada de miles de acres de bosque, la propiedad pertenecía a la adinerada familia Hale, estos se habían mudado hacía más de treinta años. Curiosamente la casa siempre permaneció en un estado.

Es por eso que Jackson Whittemore se encontraba haciendo reformas a la casa, había recibido un correo electrónico, pidiéndole hacer mejoras en la casa, pues la familia volvería a California, de ahí la excitación del pueblo. Todos querían ver a un Hale en vivo y en directo y no solo rumores.

El rubio contratista se había mudado al pueblo el año pasado, así que no conocía a todos en el pueblo. Frecuentaba mucho a Lydia Martin, una astrofísica y media loca médium, al jefe del departamento del Sheriff, Jordan Parrish, al veterinario del pueblo, Scott McCall y a los tres chiflados, Liam, Mason y Corey.

Para Jackson, Beacon Hills era un misterio, algunas noches podía escuchar aullar a lobos, en California no habían lobos, o sí.

Despejando su mente de distracciones, entro a la casa, si por fuera era imponente, por dentro era cálida, la chimenea estaba encendida y se podía oír un televisor encendido.

- Disculpen, esto es propiedad privada – la dura voz de Jackson despertó a lo que parecía un niño de unos nueve años

- Si, lo sé, yo vivo aquí – dijo el menor para volverse a acostar

- Esta casa ha estado desocupada desde hace diez años – insistió el rubio

- También lo sé, venimos aquí tres veces al año, nos quedamos con el abuelo Parrish, pero ahora está trabajando.

¿Abuelo Parrish?

Parrish debía estar a mitad de los treinta.

El sonido de un auto estacionarse y azotando la puerta puso en alerta al oji azul.

- Dylan ayúdame con las compras, Tyler no puede con todo deja de ser un holgazán – la voz de una mujer se escucho

- Voy Ma – dijo el menor

Una mujer castaña de ojos almendrados, alta y de complexión fuerte entro con las manos literalmente llenas de compras, cuando se percató de la presencia del hombre, sonrio.

- No piensas ayudar – dijo entrando a la casa

- Están invadiendo propiedad privada – la irritación en la voz de Jack era palpable

- Esta es mi casa, bueno, la casa familiar – la coyote se quería reír del humano altanero

- ¿Quiénes son ustedes?

- Soy Malia Hale – dijo frunciendo el ceño

- Oh, es usted la señora Hale, el señor Derek me dijo que vendría a checar las reformas, es usted una dama muy bella y que decir de sus hijos

- Creo que se está ... - Stiles entro y golpeo en las costillas a la coyote

- Hola soy Stiles, el encargado de dar vida a las ideas del Sr. Hale – Jackson miro con recelo al recién llegado, estaba algo embarnecido, no gordo, solo con grasa en lugares donde un hombre no debería tener, anchas caderas, un curvilíneo cuerpo debajo de esas ropas anchas, o eso quería creer.

- Mamá ¿Dónde pongo esto? – pregunto Tyler un muchacho de dieciséis años, muy guapo, cabellos negros y ojos verdes

- En la mesada – contesto Stiles

- Vendré mañana para hablar de los cambios que quieren en la casa – hablo hacia Malia, pero esta solo se reia

- Oh, con quien tratara será con Stiles – el nombrado acompaño al rubio a la puerta y cerro, una sonora carcajada exploto de la mujer coyote – esto será divertido, solo espera a que venga Derek, se cagara de la risa.

- Malia, que dijimos de las palabrotas – riño Stiles, camino a la cocina y se dispuso a preparar el almuerzo de sus mimados hijos y su prima.

La Misteriosa Sra. Hale (Three-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora