Pasaron bastantes años después de la noticia de que su padre había muerto. Aún lo recuerda, como si hubiese estado sucediendo justo en ese momento. Pero como todos, tenía que seguir con su vida.
A pesar de sus veintiún años, no se había independizado aún. Pero iba a la universidad y trabajaba en la panadería que su madre había abierto un año después de la muerte de su esposo. La herencia les bastó para que se mantuvieran y Anne hizo todo lo posible para que no sufrieran de nada. Harry le debía tanto.
El lugar era bastante conocido, más bien, era el más conocido de Holmes Chapel. Pero tener una panadería era mucho trabajo como para Harry y su madre. Ahí es cuando llega Niall.
Niall. Bastante parlanchín y un poco novedoso, pero, siempre hacía su trabajo como era debido, y eso era bueno en él, era muy responsable. Venía de Irlanda, se mudó por que su madre quería un nuevo ambiente, y no pensó en otro lugar al ver a Inglaterra.
En poco tiempo Niall se convirtió en el mejor amigo y confidente de Harry. Reían bastante juntos y Anne a veces regañaba a Harry por no hacer caso. A Niall nunca le dijo nada pues porque, el rubio sabía ocultar bien en qué momento charlaba y en qué momento trabajaba delante de su jefa.
Un día domingo. Harry y Niall tenían ese día libre, para hacer lo que quisieran. Aunque siempre elegían ir al cine o algún parque de diversiones, ésta vez decidieron ir a una fiesta.
Iba a ver tragos, chicos y chicas, en una casa bastante grande y de una de las familias más ricas de aquella pequeña ciudad. La casa era de Zayn, un moreno bastante misterioso, era compañero de Niall en la universidad, pues ambos coincidentemente se habían anotado con los mismos profesores y casi a las mismas horas.
Niall lo describía como un misterioso creído, y Harry quería saber si eso era cierto.
—¿Harry? ¿Donde estas? —dijo Niall, por el teléfono.
—Ya voy a llegar Ni, estoy por el bosque cerca a la casa de los Malik, espera un poco.
—¡Apurate! —gritó alto—, ¡Hay demasiadas personas cool! ¡Y luego estoy yo!
Harry río un poco, se despidió y apagó su celular. Se lamentó no haber tomado un taxi en vez de ir a pie. Y después se sintió tonto y descuidado, le pueden robar o atacar. Comenzó a caminar más rápido, mientras también veía las luces provenientes de la casa de Zayn y el sonido de la música, que desde ahí se escuchaba fuerte.
Pero justo cuando se dió un respiro, oyó un gemido lastimero, un susurro de dolor. Se detuvo, miró a todas partes, la noche no le ayudaba, prendió su celular usándolo como linterna y vió a su alrededor, quizá sea algún animal herido, aunque aquella voz no se le parecía nada a la de un animal.
—¿Hola? —susurró Harry—, ¿Hay alguien?¿Puedo ayudarle? —preguntó.
No hubo respuesta, en cambio otro gemido. Se acercó a dónde lo había escuchado, con pasos lentos pero firmes, y con el celular en alto. De pronto pudo distinguir una silueta de cuerpo desnudo. Caminó hacia ahí pensando que pudo haber sido alguna chica o chico que sufrió abuso, violación. Al acercarse pudo diferenciarla más, el cuerpo era demasiado delgado, aunque se notaban las caderas que salían prominentes de su cuerpo.
Caminó rápido hacia aquello. Sentía que debía ayudarlo, fuera quien fuera, necesitaba ir con él. Cuando llegó, lo volteó para que le dé la mirada, y ahí descubrió que aquél chico estaba inconsciente. Asustado, lo miró y se agachó para estar más cerca de él y que su cuerpo emanara un poco de calor.
Era estúpido lo que hacía, pero iba a ser aún más estúpido si lo dejaba. Tenía que actuar, cualquiera en lugar de el tendría que hacerlo.
Llamó a Niall, un tanto entristecido. No iba a poder asistir, o por lo menos no llegaría temprano. No contestaba, parecía que lo tenía apagado. Harry pensó que había mucha bulla como para que le contestara,pero lo que le extrañó fue que el celular de su amigo estaba apagado. No sé hizo muchos rodeos, rápidamente, se deshizo del artefacto y doblo las mangas de su camisa.
Se sacó el saco enorme que llevaba encima y lo colocó sobre aquel chico, lo suficiente como para taparlo del frío. El clima era helado, y no era sorpresa pues era principios de invierno. Sabía que después sería mucho peor.
Lo cargó entre sus brazos, pensó que no pesaba lo que tendría que pesar, se veía demasiado flacucho, y estaba pálido. Harry sin pensarlo más, lo cubrió un poco de la espalda y fue camino a su casa. Solo caminaba rápido, pues si corría podría hacerle daño.
Fue a su casa con el corazón en la boca, pues por alguna extraña razón, sentía que había hecho bien y mal. Miró la casa, ya lejos, de Zayn y aún pudo notar las luces, aunque estas habían detenido su movimiento.
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She Is Milk-
