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Si ya no puedes caer más, solo queda subir, nunca entendí bien este dicho, hasta que ahora analizó mi vida. Quiero contarla para ver si puede ayudar, aunque sea a una persona, para que evite pasar todo el dolor que yo viví, también para dejar atrás toda esta angustia que siento.

Fui la segunda y última hija de mis padres, de pequeña me crie con mi padre, tíos, primos, hermano, abuelo, las únicas mujeres eran mi madre y mi abuelita, por lo que hasta los 5 años pensé que era hombre, jugaba con mis primos y hermano como uno más. Cuando me pusieron el uniforme para ir a la escuela, entendí que era mujer, porque me pusieron una falda, normalmente usaba pantalón todo el día.

Debido a eso era muy brusca en mi forma de ser, más cuando entre a la Educación Básica, y éramos solo 4 niñas en mi curso con 35 compañeros. Para mi mala suerte, el ser mujer, gorda y con lentes hacía que todos me molestarán, en ese tiempo cuando el problema con el bullyng ni siquiera se hablaba, yo sufría de acoso todos los días, por eso me volví introvertida, callada y tímida, muy retraída, más cuando mi hermano pasó a la Educación Media, al menos con él me sentía más tranquila en la escuela, pero de un momento a otro no quería que lo vieran con nadie de la familia, sobre todo yo.

Hasta los 12 años mi mamá me iba a dejar y buscar al colegio, a pesar que solo vivía a dos cuadras de mi colegio. Cuando entré al Liceo iba sola, pero debía volver a cierta hora, siempre les hice caso, no veía porque no hacerlo, mis padres siempre sabían que era lo mejor para mí.

A partir de los 14 años tuve problemas para dormir, en el día estaba como ida, no sabía que me pasaba, me derivaron a un Servicio Público de psiquiatría, pasé años entre consultas y medicamentos. Todo se acentuó cuando tuve un accidente y perdí mis dientes superiores frontales, me sentía horrible, no quería salir de casa, tomé la costumbre, que todavía mantengo, de reírme poniendo la mano cubriendo mi boca. Luego pude mandar a hacerme una prótesis removible, pero igual me hacía sentir horrible.

A los 17 escuche a mis padres hablar cuando pensaban que dormía, mamá está muy preocupada por mi futuro, si seguía así que sería de mi vida se preguntaba angustiada. Toda la noche me dieron vuelta sus palabras, al otro día bote las pastillas, y deje de ir a terapia, no tuve problemas en mi hogar por eso, porque nadie sabía cuándo tenía consulta, ya que iba sola, me decían que debía ser responsable, y que no podrían estarme cuidando siempre.

Mi padre pasaba trabajando cuando podía o en cama cuando le daban sus ataques de úlcera, mi hermano estudiaba y no tenía tiempo para llevar a la "loca" al "locólogo", decía que era mejor para todos internarme y que se olvidarán de mí.

Mi mamá estaba en casa con la comida, y viendo cómo hacer estirar el poco dinero que teníamos. Me costó, pero logre curse mi enseñanza media, quería obtener el título de Técnico en mando medio en Tejido industrial, o sea tejedora, eso me ayudaría mucho, ya que me daba la posibilidad de tener ingresos para la familia, porque aparte de los trabajos para el Liceo, podía hacer cosas en casa, además de vender cigarros sueltos, y de hacer encargos para las vecinas y así apoyar con los gastos de todos.

Debo decir que desde pequeña me pasaban cosas extrañas, como cuando mi hermano quería que le prestará la toalla para playa nueva que me habían regalado para navidad, yo no quería, pero mi mamá intervino, y se la preste, esa tarde él no llegaba a la hora que dijo, yo "sabía" que la había perdido y por eso no quería volver, al final apareció en la noche, según dijo le habían escondido la toalla, y cuando la fueron a buscar no estaba, y efectivamente no quería volver porque tenía miedo de lo que pasara cuando volviera a casa, al final mis padres no lo castigaron, total no fue culpa de él dijeron, y yo me quede sin toalla.

O cuando mi abuelo materno fue a operarse a un Hospital que se decía era el mejor de la región, quedó en coma, mi mamá iba a subir un día miércoles, pero por varias cosas no pudo, yo le dije, no sé por qué, si no viajas ahora, nunca más lo verás con vida. No me creyó, fue en bus el sábado siguiente, en ese tiempo, 1980 no había celulares, apenas llegó le dijeron que ya mi abuelito había muerto. Muchas veces me pasaban cosas así, o hacía algo sin saber la causa, pero luego me servía.

Incluso cuando mi hermano estaba en la Universidad, segundo año, estuve una semana con una depresión muy fuerte, lloraba por todo, termino cuando mi hermano contó que tenía cáncer, supongo que sentía su angustia y dolor, lo operaron extirpándole un testículo, luego le hicieron un tratamiento de radiación, ya han pasado treinta años, y sobrevivió también a un cáncer de piel, y a cirrosis medicamentosa. Según me dicen es que soy empática, por eso todo me afecta más.

Unos años más tarde, cuando ya tenía 18 años, conocí a un primo que no tenía idea que existía, por parte de mi padre, nos llevamos bien del principio, lo ayude con sus estudios, porque yo era mayor, la relación era muy linda, incluso algunos que no sabían nuestro parentesco muchas veces pensaban que éramos novios, fue una linda época para mí, sentía algo muy especial por él, incluso cuando necesito una madrina para su bautizo en la religión católica, fui yo, y mi padre su padrino, pero todo termino cuando él se me declaro, quería que nos comprometiéramos para casarnos. Aunque yo lo amaba, sabía que no podía ser, porque éramos familia, así que le mentí diciéndole que no le amaba, que por favor se alejara de mí, así lo hizo, solo volvió para presentarnos a su novia, después de varios años se casaron, los felicite de corazón, quería que fueran felices, al año tuvieron su primer hijo, y cuatro años más tarde llegó una pequeñita, con el tiempo preferí alejarme, hace 5 años atrás me contactó por WhatsApp durante las fiestas de fin de año, me dijo que nunca me olvidó y que quería que lo aceptara, que para estar conmigo dejaría a su esposa e hijos, pero si no lo acepte cuando era soltero, ahora que había una familia por medio menos, lo bloquee de mi celular. Ahora solo de vez en cuando tengo noticias de ellos.

Había decidido seguir el destino de algunos de mis tíos abuelos y tíos maternos, que cuidaron a su familia hasta el final, sin casarse ni tener hijos, con esa idea en la mente me sumergí en mis estudios. Pero no siempre las cosas salen como uno las planea.

Nunca MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora