03ᅳnohyuck; i'd do anything

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02ᅳnohyuck; i'd do anything [basado en el prompt de la imagen]

A Jeno no le importa sacrificar cualquier cosa con tal de que Donghyuck sonriéra siempre.

→fluff
→ligero angst
→bastante corto

🗿 

           

Jeno amaba cuando Donghyuck era feliz. Su novio siempre le regalaba una sonrisa preciosa, pequeña y casi tímida que luego se ensanchaba y le dejaba ver los dientes perlados, los ojitos haciéndose medias lunas y un rostro inocente, como si fuera un bebé. Jeno amaba hacerlo feliz, sin importar cuánto le costara.

Donghyuck estaba aferrado a su brazo mientras él guiaba el carrito de compras, era la primera vez que iban a surtir juntos la despensa desde que se mudaron al pequeño apartamento en la zona más barata de Seúl, ambos jóvenes y con trabajos de medio tiempo, sin poder permitirse algo mejor. Pero no importaba, se tenían el uno al otro y podían ser apoyo mutuo en tiempos difíciles.

—¡Jeno yah! Se me antojaron unas pop tarts, ¿podemos llevar una caja? —Donghyuck pregunta, su mejilla se frota sobre la tela del suéter del mayor y Jeno sonríe porque su novio es totalmente adorable.

—Claro, bebé —dice acariciando sus cabellos y Donghyuck se precipita para tomar una de las cajas de galletas. Está bien por esta ocasión, Jeno piensa, total que un pequeño lujo de vez en cuando no significaba mucho.

—¡Ah, Jeno! Creo que en esta tienda tienen helado de arcoíris —dice con una sonrisa tímida, tiene la manga del suéter en su puño y se ve tan lindo que Jeno quiere apretarle las mejillas y besar su rostro, a pesar de que ya sabe las intenciones del menor—. ¿Podemos llevarlo?

Jeno deja salir una sonrisa que guarda un suspiro, necesitaba comprar un nuevo calentador para el agua de la ducha porque se acercaba la temporada invernal, el agua caliente no duraba más de veinte minutos en el departamento, pero supone que puede dejar que Hyuck se bañe antes, aunque eso implicara que él usara el agua fría...

—Bueno, pero coge el pequeño.

—¡Está bien!

Donghyuck se precipita hacia los congeladores y Jeno se apresura a tomar las verduras que puede y unos diez paquetes de ramen instantáneo de los más económicos, así que para cuando llegue el menor solo coloque el helado en el carrito y se apresuren a ir a pagar.

—Ouh, Jeno yah —cuando Donghyuck regresa, el mayor está colocando algunas frutas que le servirán de desayuno, las más sólidas que pudo encontrar—. No me gustan los plátanos, ¿podemos llevar duraznos?

Jeno se guarda otro suspiro y sonríe, saca los plátanos del carrito y le pide a Donghyuck que los devuelva y que vaya por sus duraznos, y mientras él está lejos, aprovecha para sacar las peras también porque lo que quiere Hyuck cuesta bastante más que esas dos frutas juntas.

Y aunque Jeno había colocado menos de un kilo entre ambas frutas, Hyuck había traído mucho más de lo que pensó en la bolsa de duraznos, y el semblante sorprendido se relajó de inmediato al ver los ojitos brillantes de su novio, que parecían sonreírle de lo luminosos que eran.

—Ya podemos irnos, bebé —le dice, tratando de que no sonara a una súplica.

En la zona de cajas, Donghyuck coge un chocolate y Jeno acepta pagarlo, aunque no sepa cómo decirle que ese chocolate le ha costado un día de almuerzo en la universidad. Pero estaba bien, los momentos difíciles no pueden durar una eternidad, pero la sonrisa de su chico sí.

Durante el camino de regreso, Hyuck devora su chocolate y le da un pedazo a Jeno, quien carga con las bolsas de compra. Durante un semáforo, mientras esperan para cruzar la calle, Jeno acomoda el abrigo del menor y deja un besito en la comisura de sus labios que están manchados de la golosina antes de continuar el recorrido.

—¡Este chocolate sabe delicioso! Definitivamente es mi favorito.

—¿Ah sí?

—¡Sí! —responde emocionado—. Cuando estaba en el orfanato, una señora me dio uno de estos chocolates. Estaba muy feliz porque pensé que me iba a adoptar, pero yo ya era bastante mayor y ella quería un bebé.

—Ya veo —Jeno responde con una sonrisa ligera.

Cuando llegan a la entrada del departamento, Jeno se encarga de buscar en sus bolsillos la llave mientras el menor le ayuda con las bolsas. Hyuck acomoda la despensa y luego corre hacia el sofá para acurrucarse con su novio mientras escuchan el sonido de los autos en la calle.

—Gracias por comprar todo eso para mí, Jeno yah —Donghyuck susurra, Jeno distingue el tono serio, casi desolado en la voz de su niño.

Jeno haría cualquier cosa para mantener esa sonrisa, cualquier cosa por hacer feliz a ese chico que creció en la soledad del dormitorio de un orfanato. No importaba lo que le costara, haría que su solecito nunca dejara de brillar, en especial cuando su sonrisa le provocaba millones de sensaciones en el corazón.

—Por nada, mi amor —sonríe, deja un beso en el cabello del menor y este levanta el rostro para que el siguiente beso fuera en sus bonitos labios.

Había muchas cosas que no podían permitirse, pero también muchos sacrificios por delante, y todo con tal de hacer a su sol brillar día con día.

00 illusionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora