El Rubí-X: textos libres de MaiKy

04. Luna semidesnuda

Ese conticinio envolvente sumergió el ambiente en el pletórico entorno que un recién gaznápiro como yo no se resistiría a adorarte. Y es que irradias desde la cima inexistente tu vastedad y lucidez con tu luminoso destello; cualquier señal de acluofobia carece de función, y sólo quedaba un etéreo idilio entre nosotros.

Mi saludo hacia ti de mi parte no se hizo esperar; acudí a hacerte el mismo ademán que hice al saludar 365 días nuevos. Por primera vez sentí que lo mejor que puedo tener es la vista al verte semidesnuda; disfruté de una linda intimidad contigo, lo cual fue algo mondo, y agradezco que me tengas como confidente. Inconmensurable es la palabra que usaría al definir mi avidez por tenerte como algo sempiterno.

Fue perenne ese momento: nadie se atrevió a echar abajo el rascacielos de la adoración que construía en mi materia gris; quizá ese largo trabajo mental se convirtió en querer descansar, y cada ojo se cerró al mismo tiempo.

Cada cosa parece un sueño, pero no dudo que sentí un ósculo que formaba parte del satélite más lindo de nuestra galaxia. El único detalle es que lo sentí muy humano, y eso me deja una incógnita: ¿Será el amor de mi vida dándome una señal? Todo depende de qué tan fuerte es el hilo del amor entre la medianoche y un joven con dócil alma, pero fuerte corazón.