capítulo7

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La voz de Alex hizo eco a través de la habitación. Con un gruñido de molestia,
Neal se le quitó de encima.

-“Vamos, ángel. Acabemos con esto. Quiero saber de una vez por todas que
diablos está pasando.” - apretó su brazo, tomó su mano y se la llevó a los labios. -
“Quiero enfocarnos en nuestras vidas y asegurarme de que tú y mi bebe estáis bien.”
Con resolución, Carly reptó sobre él y se bajó de la cama, llevó a Neal con ella y
buscaron sus ropas. Ella encontró su top, todo arrugado y algo de sangre manchando la escasa tela.

-“¿Vaquero?, ¿tienes otra cosa que me pueda poner?”
En un parpadeo, apareció ante ella una camisa blanca de botones y unos
pantalones para hacer ejercicio. Los tomó y él la arrinconó contra la pared,
presionándola contra la dura superficie, su dura polla presionándose contra la hendidura de sus nalgas.
-“Maldita sea ángel. Te quiero en mis ropas. Quiero que te rodeen.”
El enterró su miembro contra la piel de su sexo.
-“Te quiero…”
-“¡Neal!”- Alex gritó el nombre de su compañero.
-Heh. Realmente gritó.
Con un gruñido, Neal la dejó, pero antes de moverse le dio una fuerte nalgada.

Frunciendo el cejo, se aferró a las ropas, asegurándose de que la camisa estuviera bien abotonada, y caminó pesadamente hacia la cama. Con su compañero al lado, se dirigieron hacia la sala, la cual justamente estaba llena de carnívoros. Y ella tenía sangre
en la piel. Adorable.
No pasó mucho antes de que Neal la estuviera empujando a través de su casa; ella veía colores obscuros, grandes muebles y no mucho más. Las paredes se veían amplias y vacías. Ella cambiaría todo eso luego de que se mudara.
Y no pensaría mucho sobre esa decisión. Seguro, ellos aún tenían sus problemas,
pero después del mordisco, las cosas entre ellos habían cambiado; temía estar pensando demasiado las cosas y estar volviendo al principio.
Por ahora, disfrutaría de su atención, confiaría en el amor que le profesaba y
trataría muy, muy duro de no arrancar los ojos de Naomi.
-Ok, trataría. Pero si esa perra…
Tomó un profundo aliento. La mujer era la madre de los niños de Neal. No podía
matarla, no importaba cuanto la coneja quisiera la sangre de esa perra. Su relación con Neal la había convertido en una maldita y asquerosa carnívora salvaje.
-Ok, solo asquerosa si quisiera matar a alguien más que a Naomi.
Carly fue sacada de sus pensamientos de desgarrar a la ex de Neal parte por parte cuando dio un paso dentro de la sala y dentro de la madriguera del león. O quizá, león zarpazo, lobo zarpazo, conejo madriguera.
Sentados alrededor de la habitación estaban el Alfa y su segundo al mando,
Grayson. No muy lejos de ellos estaba Max, el Alfa de los lobos Stratton, junto con su ejecutor, Riley y luego estaba Ian, el jefe de la madriguera y su segundo al mando,
Devlin. El pobre Devlin parecía exhausto y acongojado. El hombre sonriente y con ojos brillantes, los tenía ahora con bolsas negras debajo de ellos. Se veía derrotado
Neal la atrajo hacia un largo sofá de cuero que estaba cerca y se acomodó en el asiento llevándola hacia su regazo.
-“¿Con qué estamos tratando?”
Su compañero no se molestó con hacer presentaciones.
-“¿Por qué está alguien detrás de Carly?”
Carly abrió la boca para preguntar qué carajo estaba pasando, por qué su
compañero pensaba que ella estaba siendo el blanco de todos esos ataques, pero Alex se le adelantó.
Él suspiró y comenzó.
-“Una rápida investigación en el estacionamiento no nos reveló mucho.
Encontramos casquillos de nueve milímetros al lado del edificio, pero con tantos clientes…”- El Alfa gruño y suspiro. -“Dejé atrás a Wyatt y a Deuce para que siguieran algunas pistas.”
-“¿Por qué pensamos que hay alguien tras de mí? Podría ser que alguien
anduviese detrás de Neal…”
Cada macho en la habitación la miró como si fuera un tonta, incluyendo a su
compañero. Él no tendría pronto ningún polvo con esta coneja.
-“¿Yo?”
Ella volvió su atención hacía su hermano.
-“¿Ian?”
Carly miró hacía Devlin
-“¿Dev?”
Amables y cansados ojos coincidieron con su mirada y una voz grave.
-“Había una nota con Beth…” - tomó un profundo suspiro, cerró sus ojos por un
momento y continuó. -“Su cuerpo. No entraremos en detalles, pero tú eras el objetivo.
Era muy vago, pero ellos definitivamente te querían.”
-Objetivo.- tragó.
-“¿Beth murió por mi culpa? Y ¿pensáis que lo de hoy fue un intento para
matarme?”- lágrimas quemaron en sus ojos y se deslizaron por sus mejillas. -“¿Por qué?
No he… no estoy en enredos con nadie en la madriguera o en la manada. No soy nadie.”
Ian se inclinó hacia adelante.
- “Eres mi hermana y la compañera de Neal y él cuida a la Prima de la manada.
Con tu muerte, Maya y yo estaríamos devastados. A eso agrégale tener a Alex molesto por el sufrimiento de Maya… la madriguera entraría en caos sin un líder para mantener a todos bajo control y dudo de que pudiera hacerlo. Además, Neal podría no durar.”
Carly estaba de acuerdo. Aun si ellos no se hubieran conocido por mucho tiempo,
los compañeros difícilmente podían vivir el uno sin el otro.
-“Eso dejaría vulnerable a Maya y Alex estaría dividido. Todos seríamos presa
fácil.”
Ambos, Neal y Alex, gruñeron, mandando la tensión que había en el cuarto hasta las nubes.
-“Suficiente.” - Max el negociador, lobo malo, llamó su atención. -“Tenemos tres
teorías. Es personal, por los Libertadores o la HEC.”
Apostaría que era personal simplemente por el hecho de que los Libertadores eran un grupo enfocado en destruir la madriguera, la manada, al grupo de felinos… todas las
facciones de los cambiantes. Ellos eran anti-autoridad.
La HEC, Humanos para Exterminar Cambiantes, solo querían que los cambiantes desaparecieran y querían matarlos a todos indiscriminadamente. Matar a Carly podría hacer que se consiguieran algunos propósitos de los libertadores… no muchos para la
HEC.
Aun así, estas dos opciones mandaron un escalofrió por su espina, con el miedo siguiendo inmediatamente a esa emoción. Y sí, sumergirse a sí misma en miedo en una habitación llena de hombres a los que les gustaría comérsela en la cena, no era bueno,
era una cosa muy mala.
-Disfruta.
Carly aclaró su garganta y levantó su mano.
-“Voto que es personal. Naomi es una bestia psicópata con pantys. Ella de verdad me odia. O sea que no le importaría si yo muriera, ese tipo de odio. Y, amigo, todo ese dicho de „el infierno no tiene furia‟ vino de algún lado, ¿no?”
Todos los hombres asintieron, pero Alex y Grayson no parecían tan convencidos.
El Alfa y Neal compartieron una mirada que no supo interpretar, pero ella estaba segura como el infierno de que no significaba nada bueno. Seguramente iba a torturarlo hasta que tuviera una explicación.
-“Nosotros no olimos a ningún humano alrededor de Beth y conozco el olor de
Naomi. Habían conejos, por supuesto… uno o dos machos que reconocí, pero no humanos.”
Alex se inclinó hacia adelante, con las manos bien cerradas entre sus rodillas,
pareciendo tan cansado como se sentía.
-“Además, ella es la madre de los cachorros de Neal. Dudo que lo lastimara así.
Es sabido que los compañeros siguen al otro a la tumba, así que matarte hubiera sido como matarlo a él.”
Ella se dejó caer pesadamente contra Neal.
-“Entonces, eso nos deja a esos dos grupos de locos, ambos enfocados en causar problemas al matarme.”
Eso sacó otro gruñido de su compañero y ella le apretó el antebrazo.
-“Tranquilo, vaquero. No dejaras que nada me pase.”
El timbre de un teléfono rompió el silencio y Riley, el ejecutor de Max, se sacó su móvil del bolsillo.

-“Si… ¿Estamos seguros? Cierto… no, eso está bien… pasaré el mensaje… danos cinco.”
Terminó su llamada, barrió el cuarto con la mirada centrando su mirada en Alex.
-“Tus chicos encontraron algo, pero necesitan que lo vayas a ver por ti mismo. No pueden averiguar qué es lo que están oliendo.”
Volvió la atención a su Alfa.
-“Nuestros lobos tampoco lo pueden identificar, y no están seguros de quien es porque hay un par de ellos trabajando ahí o porque hay demasiada gente entrando y saliendo de ahí.”
Max frunció el ceño y la expresión de Alex igualó la suya.
-“Bien, vamos allá entonces.”
Neal se levantó y ella casi cayó de nalgas en el suelo.
-“Yo voy.”
-“Tú te quedas.”
Su compañero sacudió la cabeza.
-“Mi compañera. Mi caza.”
-“¿Y quién se quedara a protegerla mientras cazamos a esos idiotas?”- lo miró
Alex.
-“Muy bien podría ser una mujer.”- gruño ella, pero fue ignorada.
Los „niños grandes‟ estaban hablando. Ian interrumpió la pelea.
-“Dejad de ver quien tiene el pene más grande y enfocaros. Todos podéis ir. Dev y yo nos podemos quedar aquí.”
Cinco pares de ojos se voltearon a mirar a su hermano y a ella se le pusieron los
pelos de punta por la duda que vio en sus ojos, pero Neal le puso fin a la pelea antes de que esta empezara. Ian no era de los que toleraban bien las dudas.
-“He visto el cambio de tu hermana.”
-“Entonces debes saber que el dolor es algo a lo que estamos acostumbrados.” - asintió Ian.
Alex miró rápidamente a su hermano con una pregunta en su mirada y pareció como si todo se estuviera acomodando.
-“Los conejos pueden ser pequeños, lindos y pequeñas criaturas peludas, pero ¿cuánta tolerancia al dolor piensas que he tenido que desarrollar para poder cambiar de ciento trece a solo dos kilos?”
-“Jodidamente seguro que eso no es nada bonito.”
Neal habló por lo bajo. Ella lo golpeó.
-“Es malditamente magnífico
Él la atrajo más cerca.
-“Lame culos.”- dijo ella, y le sacó la lengua.
-“No la muestres a menos que estés dispuesta a usarla.”
Carly se empujó para ponerse de puntillas pero Ian interrumpió su momento.
-“Por favor no manosees a mi hermana delante de mí.”
Ella miró hacia su hermano. A Ian parecía no importarle.
-“Así que, Dev y yo nos quedaremos aquí y el resto de vosotros puede ir a ver lo
que los demás descubrieron. Llamadme si encontráis algo.”
Todo decidido, la casa se convirtió en una actividad llena de pelo. Neal se ató una pistola, o diez (o al menos eso parecía) llenó las recámaras de las armas y se aseguró grandes cuchillos a sus muslos. El resto de los chicos estaba vestido exactamente igual
que él.
-Los hombres y sus juguetes.
Antes de que pasara mucho tiempo, tuvo a Neal sobre ella, con la preocupación en cada línea de su cara.
-“Cuídate.”- le soltó ella. -“Veré algo de televisión y me preocuparé por ti. Estás
preparado para la guerra.
Neal acunó su mejilla, apretó su labio inferior con su dedo.
-“No para la guerra. Solo para un „encuentro con un hijo de puta
El posó un suave beso a través de sus labios.
-“Quédate dentro. Escucha a Dev y a tu hermano. Seguiremos este rastro y nos
desharemos de quien esté detrás de ti.”

Mi Pequeña Bola De Pelos ( TERMINADA)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora