𝔖𝔦𝔫𝔬𝔭𝔰𝔦𝔰

31 3 2
                                    

𝑨𝒔𝒕𝒂𝒓𝒐𝒕

La luna iluminaba cada paso que daba, las estrellas me guiaban hacia un lugar desconocido para mi. El viento escapaba de la oscuridad haciendo que mi cabello volara. En bosque se escuchaban sonidos extraños para mis oídos formando un sentimiento extraño en mi interior.

-¿Escapando?-su voz oscura paralizo mi cuerpo y mi corazón latió con fuerza en mi pecho.

Sentí su alma fría detrás de mi y con cuidado gire sobre mi para enfrentar su rostro.

-¿Qué quieres de mi Yekun? ¿Te cansaste de ser el perrito de Lucifer?-pregunte ocultando mi miedo.

Su boca formó una sonrisa y sus dientes blancos relucieron con la luz de la luna; su ojo rojo me observó con malicia y burla, como si supiera algo que yo no; su ojo negro me analizaba detalladamente.

-Que bonita que eres en tu forma humana, lastima que sea solo una mascara que oculta tu verdadera y horrible forma.-su voz gruesa y rasposa me irritaba.

-Tu eres igual a mi Yekun, te ocultas debajo de esa belleza varonil y humana, ocultando tus mentiras... tu maldad.-su risa oscura como la noche, penetró mis oídos, su cuerpo desapareció, pero su regocijo seguía resonando en lo profundo de mi cerebro.

-Rompes mi corazón Astarot-su voz calentó mi oído y mi cuerpo saltó del susto que generó-, pero me gustan sinceras.-su rostro con cuidado se acercaba a mi.

-Ya basta Yekun, debemos irnos cuanto antes.-una voz suave y aguda detuvo al primer seguidor de Lucifer.

Leviathan nos acechaba desde las sombras; su cuerpo femenino estaba cubierto de sangre... olía a humano.

-¿Te aburriste de matar almas inocentes querido príncipe?-soltó Yekun con perversidad.

La mujer solo se encogió de hombros y caminó hacia nosotros meneando sus caderas con sutileza. Su cabello gris era el único que no se había manchado con sangre viva... sangre humana.

-¿Lucifer te envió aquí?-su voz sonaba seductora y su cuerpo se acercaba cada vez más a mi, invadiendo mi espacio. Rió- Para ser la diosa de la lujuria eres bastante inútil querida.-su uña paseo por mi mejilla sin cuidado.

-No... no estoy acostumbrada a mi forma humana aún.-mi voz tartamudeó creando una sonrisa más grande en su rostro.

-¿Viniste al mundo sin saber usarlo?-preguntó, su voz era un susurro, tan intimo... como si una burbuja de cristal nos envolviera.

Asentí apresurada, mi corazón perforaba mi pecho.

-Que pena,-sonrió-que pena que justo esta noche las puertas del infierno se cierren, para no abrirse en mucho tiempo.

Un balde de agua fría recorrió mi espalda y el sentimiento desconocido que acechaba en mi interior se intensificara creando que la sangre de mi nuevo cuerpo se helara.

-Eso es imposible.- mi voz salió tan pequeña, tan silenciosa, que pensé que Leviathan no me había oído.

-No lo es linda... la verdad es que es muy posible, tanto, que hoy se ejecutará.-Yekun contestó, esta vez sin burla.

-Pero ¿y ustedes?-pregunté, desesperada.

-Nosotros somos importantes, podemos entrar y salir cuando queramos, no necesitamos estúpidas puertas.-el príncipe de los demonios me contesto con su voz femenina.

Mis ojos, ya perdidos, miraron los de Leviathan, pero estos me devolvieron placer... placer por mi miedo, placer porque esta noche Astarot, yo, moriría.



Vehemente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora