III

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- ¿¡Es que no tienes idea de lo que has hecho!?

Taehyung, quien estaba sentado con las manos apoyadas en la mesa, miraba cómo su padre, que estaba de pie enfrente de su mesa, vociferaba a pleno pulmón.

¿No podría ser menos ruidoso? La cabeza le estaba matando.

- Padre, sé lo que hago- suspiró.

- ¡Eres un niñato insolente!- golpeó la mesa con fuerza, Taehyung rodó los ojos cansado de la situación.

- Era lo mejor- siguió hablando calmadamente.

- ¿Lo mejor? ¡Acabas de romper la alianza con uno de nuestros mejores aliados e inversores! ¿Y eso es lo mejor?- se rió cínicamente- Tendría que echarte a patadas.

- Pero no puedes- Taehyung se recostó en el asiento cerrando los ojos.

Su padre al verlo no pudo rabiar más. Por lo que él veía, a su hijo no le importaba nada la empresa. Hace unos años pensó que sería buena idea cederle su puesto. Las ideas de Taehyung eran geniales para el futuro de la empresa, pero ahora había dado un paso en falso demasiado grande, o así lo pensaba el señor Kim.

- Tienes suerte, mucha suerte. Te recuerdo que aunque seas parte de mi sangre no tendré ningún miramiento sobre ti.

- Genial padre, el sentimiento es mutuo. Y ahora, con tu permiso, tengo muchas cosas que hacer- le señaló la puerta indicándole que se marchara de allí.

- Esto no va a quedar así, ¿me oyes?

El portazo que se escuchó después fue más doloroso que todo lo demás. Miles de puñales clavándosele en la cabeza, así se sentía. Abrió un cajón de la mesa y sacó un bote de pastillas. Cogió dos y se las tragó de inmediato, esperaba que así la resaca se le fuera.

Se quedó un buen rato mirándo a la nada, hasta que sus ojos dieron con la tarjeta que Namjoon le había dado el día anterior.

La observó con detalle, notando que no había ninguna dirección ni nada por el estilo, tan solo el número de telefono y el nombre.

Muchas dudas invadieron a Taehyung, ¿a dónde le llevaría aquél teléfono? Aún al entrarle la intriga y querer llamar, decidió que no era el momento adecuado.

Miró la hora y se extrañó que Jimin no hubiera aparecido para recriminarle sobre lo mucho que trabaja y lo poco que vivía. Y como si de una invocación se tratara su amigo, asistente y chófer Park Jimin apareció ante sus ojos.

- Vaya, creí que no ibas a aparecer.

- ¿Querías que estuviera aquí junto a tu padre? No gracias, valoro mi vida como para arriesgarla de tal manera- sonrió Jimin- ¿Listo?

Taehyung asintió levantándose de su cómoda silla y salió de su despacho, seguido por Jimin.

En el camino hacia su casa era normal que el silencio abundase. Taehyung no era un chico de muchas palabras y Jimin no quería molestar a su cansado amigo.

El sonido de la lluvia golpeando el vehículo, y los demás motores pasando junto a ellos, era todo lo que se podía escuchar entre los dos amigos.

Al llegar, Jimin estacionó enfrente de su casa como siempre hacía y se giró para ver a Taehyung.

- ¿Recuerdas que me dijiste que buscase a un fotógrafo para la empresa?- el castaño asintió- Bien, ya he encontrado a uno y parece que es de los buenos.

- Bien, hazle una entrevista y me dices.

- ¿No quieres saber cómo es?- cuestionó Jimin intrigado. Taehyung era de los que quería saber hasta qué desayunaban cada uno de sus empleados, ¿qué lo hacía esta vez distinto?

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2018 ⏰

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