CAPÍTULO 1

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Dayana en multimedia.

persp.dayana:

Serían las dos de la tarde, hacía un sol abrasador y el pantano estaba sumido en un tranquilizador silencio. Ella descansaba plácidamente sobre el colchón mullido y no corría el aire. Un pequeño gorrión se posó sobre su mejilla y poco a poco la hizo desvelarse.

Mmmmm....déjame en paz bicho-dijo al encontrárselo sobre la mejilla . Lo espantó con la mano y se fue volando. Se quedo un momento contemplando su aleteo y se preguntó que se sentiría al volar. Se desperezó y estiró gustosamente y de la forma mas grosera sin importarle si alguien le veía.

Entonces se incorporó y después de estar cinco minutos mirando a la nada sus neuronas reaccionaron.

«¿Dónde estaba y cómo cojones había llegado allí?»se pregunto.

Miró a su alrededor esperando que algo le resultara familiar pero lo único que veía eran árboles y el agua fangosa.

Se levantó de la cama y empezó a analizar la situación, estaba en una de las camas mas bonitas que había visto nunca que no contrastaba nada con la ¨choza¨ en la que se encontraba.

Era de madera y estaba totalmente destruida, puede que durante una tormenta le hubiera caído un rayo y se hubiera derrumbado, ella llevaba un vestido de seda de color blanco, a su derecha había una pila de ropa para cambiarse, se sentó en el borde de la cama intentando recordar lo que paso la noche anterior y así unir las piezas del puzzle pero no consiguió nada.

«¿Entonces porque todo esto?», se preguntó.

Sin tener las cosas muy claras todavía cogió la muda y se cambió rápidamente. Empezó a andar sin rumbo guiandose por un pequeño riachuelo, que supuso desembocaría en una reserva o el mar. Después de media hora empezó a escuchar pitidos y le vino olor a gasolina. Dejo el riachuelo de lado y se guió por sonido hasta encontrarse en una autopista muy transitada.

Metió las manos en los bolsillos de la chaqueta y notó un papel doblado cuidadosamente en su bolsillo derecho. Lo sacó y al abrirlo solamente leyó: "Avenida Stuart núm. 21".

El atasco obligaba a muchos coches a quedarse horas y horas parados en el sitio sin nada que poder hacer. Más de uno le vio sentada en el suelo y le ignoró o siguió hacía delante. Pero entonces una amable señora vio su cara de confusión y tuvo la voluntad de preguntarle si se había perdido o algo parecido.

Le enseñó el papel sin decir mucho más y asistiendo comprensivamente le dejó subir a su coche. Puso la radio, donde básicamente la emisora ponía todo el rato los Beatles. Según ella mujer se veía tan tierna tarareando las canciones y mirando algún atajo para ganar tiempo que no pudo evitar sonreír.

Después de media hora pararon en medio de una gran casa de color Marfil y un gran jardín. Le deseó suerte y le dio las gracias por su hospitalidad. Bajó algo confusa y se paró ante la gran puerta principal de color escarlata. Dudó en pegar al timbre y cuando estaba a punto de hacerlo se abrió rápidamente y un hombre bastante alto de pelo gris y ojos esmeralda le recibió con una gran sonrisa de dientes blancos.

No supo que hacer: sonreía , le daba un abrazo o ¿que?.

Optó por la primera opción y recibió un gran abrazo por su parte.

Suponiendo que fuera alguien de su familia¿Por que se siento tan incómoda?, pensó.

Tirando de su muñeca le hizo entrar y sentarse en un sillón de terciopelo azul bastante cómodo. Le miró fijamente de cuclillas delante de ella y agarrándole la mano le sonrió.

INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora