Capítulo 1

34 8 10
                                    

17 de Septiembre, 2017.

El 27 de Mayo empezó mi infierno personal. Me desperté en el hospital, perdí mucha sangre y por eso estuve tres semanas ingresada. A día de hoy sigo sintiendo todo ese dolor emocional, ya que la heridas físicas sanan, pero los recuerdos perduran.

Cuando salí del hospital no pronuncié ninguna palabra, a día de hoy sigo sin hacerlo, me resulta difícil. Todo el mundo me pregunta sobre Marc, eso no me ayuda, solo me recuerda el vacío interior que apareció hace apenas tres meses.

Si os digo la verdad, el accidente dejó marcas en mi cuerpo que solo hacen recordarme una y otra vez lo que pasó. 

Hoy, 17 de septiembre empiezan las clases otra vez y ahora mismo es lo que menos me apetece.

Me levanto media hora antes para prepararme y desayunar. A las 8:20 llego y me toca esperar 10 minutos. Me pongo los cascos y espero.

Todo el mundo que pasa por mi lado me mira con cara de pena, solo soy la chica que tuvo un accidente el día de su cumpleaños y en él, murió su pareja.

La primera clase es de matemáticas y yo entro la primera para coger sitio, me siento sola esperando que nadie quiera coger el sitio de al lado.

La clase se empieza a llenar y efectivamente, nadie se sienta conmigo, lo que es perfecto para mi,  así no tengo que hablar con nadie.

Cinco minutos después de empezar la clase alguien llama a la puerta y entra. Es un chico que nunca antes había visto por aquí.

—Hola, soy Itzan y acabo de llegar al centro.—Dice pasándose la mano por el pelo en gesto vergonzoso, toda la clase está mirándolo.

—Ah sí, Itzan, el nuevo. Siéntate.— dice la profesora sin mirarlo a la cara. —Chicos, tengo que salir un momento, no arméis jaleo, vuelvo en 5 minutos.— Añade la profesora.

Itzan va esquivando las mesas hasta que se para justo a la que está al lado de la mía.

—Hola, emm... ¿Está este sitio ocupado?—Pregunta y yo niego con la cabeza.

—No te va a contestar, no habla.—dice alguien por detrás y él se sorprende.

—Perdona... ¿Eres muda?—Pregunta y vuelvo a negar con la cabeza. Aparto la mirada de él mientras se sienta.

—¿Cómo te llamas?—Vuelve a preguntar. Dios mio, ¿no puede estar molestando a otra persona?

Cojo un papel y escribo:

'¿Vas a estar toda la clase haciendo preguntas?'. Él lo lee y contesta:

—Cuando me digas tu nombre dejaré de molestarte.–Dice con una sonrisa amable.

'Soy Lexa'. Vuelvo a escribir.

—A mi eso no me vale, me tienes que decir cómo te llamas, pero pronunciándolo. ¿Y si no sé leer?... Volvemos a empezar yo soy Itzan y tu,  ¿te llamas?—Dice y no puedo evitar curvar un poco los labios, él al ver ese gesto me dedica una sonrisa.

—Soy Lexa.— Contesto, pero es casi un susurro, él sonríe.

—Hostia, ¿acaba de hablar la del accidente?—dice alguien por detrás, y momentáneamente vuelvo a recordar todo, por un momento pude olvidarme del accidente y cómo no, han tenido que volver a recordármelo, no hay día que no lo hagan.

Mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas y en ese momento solo quiero escapar, no quiero ser la chica del accidente, no quiero que la gente utilice eso para hacerme daño o que tengan que ir con pies de plomo como si yo fuera una muñeca de porcelana. Se creen que por haber pasado por esto soy débil, y la verdad es que soy todo lo contrario (ya que a nadie que conozca ha pasado lo que he pasado yo), o quiero pensar que no lo soy.

Salgo de la clase, siento que me ahogo con los recuerdos.

—¿Tu eres gilipollas o de pequeño te caíste de la cuna?—Escucho decir a Itzan, respondiendo al chico que comentó antes.

Infinitas gracias a todos los que quieren continuar la historia de Lexa e Itzan. Espero no defraudaros.
-Mer Drake.

Acabé perdida en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora