La dramatica vida de Sashalyne

136 16 9
                                    

Creo que mamá tiene una aventura con el electricista, la excusa de hoy por la mañana fue que se fundió un foco, vino a ver si algo andaba mal, lo peor de todo es que la bombilla solo se ha quemado.

Mi nombre es Sashalyne Flores, vivo en el pequeño pueblo de Marbella, tengo cabello castaño, unos enormes labios y ojos verdes, tengo 17 años y estoy en el Colegio del pueblo, Colegio de Marbella claro...

Soy adoptada, bueno algo así, vivo con mi abuela que con el tiempo la llame madre, es una abuela joven, tiene casi 60 años, dije casi, y es una abuela así que es una buena edad.

Dije adoptada entre comillas porque aún recuerdo a mis padres, no mucho, no al menos a mi padre, vivi con ellos hasta los 6 años, lo suficiente para recordar algo de ellos. Mi madre esta en un hospital psiquiátrico, resulta que estaba un poco safada de su cabecita y mi padre había desaparecido sin dejar rastro alguno, mi abuela dijo que murió pero... Yo no creo eso, mi padre era todo un enigma, ni siquiera tenía una foto de el, mi madre loca quemó todas sus fotos y lo desapareció de mi vida, y mi abuela solo trato de protegerme ¿Es lo que hacen las abuelas? ¿No?

No recuerdo a mi padre y algún día quisiera buscarlo, poder decirle porque se fue, me ha hecho tanta falta, mi madre no permitía que el me mirara, por obvias razones estaba loca.

Había llegado a la pequeña casa de mi abuela, venía de la escuela, el electricista acababa de salir de la puerta acomodandose el cinturón.

-Hola Sasha -Me saludo el electricista.

-¿Que tal la bombilla? -Pregunte.

-Tendré que venir mañana a checar las demás, no me di tiempo de verlas todas, buenas noches -Se fue despidiéndose con la mano.

Entre a casa y mire a mi madre en el sofá intentando no levantar sospechas, ella estaba acaparando todo el sillón con los brazos y piernas destendidas.

-Hola hija -Me saluda.

-Hola mamá ¿Que tal la bombilla?

-Tendrá que venir mañana a checar las demás, no le alcanzó el tiempo de verlas todas tu crees -Pone cara de preocupada.

-Claro -Sonrió -Hoy un chico golpeo a un chico nuevo por un sándwich de pavo, fue divertido, tengo un video.

Me acerque a mamá y le enseñe el video donde el sujeto salió volando y se arrastró unos centímetros en el suelo.

-Pobre ¿Y que pasó con el? -Mi madre pregunta después de reír.

-Lo observe cuando salió ultra furioso por los pasillos, yo estaba saliendo del baño, debieron hacerlo suspendido, fue injusto, el no hice nada pero ya sabes este rollo de la vida madre, la vida no es justa -La miro.

Pensé por unos segundos preguntarle sobre mi padre una vez más pero siempre cambia de tema y me evade, la última vez que pregunte por el tenía 10 años, lo entendí a esa edad.

-No tiene que serlo hija -Me miro-Ve a quitarte el uniforme que te traere la comida.

Fui a quitarme el uniforme, me quité la camisa y la falda, me puse un short y salí afuera agarrar una blusa que mi madre me había lavado, es la que usaba para dormir, salí en brasier así que salí toda alborotada a por la blusa, fue rápido.

Me senté con mi madre para comer, yo a un extremo de la mesa y ella al otro, mientras ella hacia una oración yo la observaba, y aunque no fuera creyente también levantaba las manos dándole gracias a Dios, que me costaba, solo hacia feliz a mi mamá.

Comimos y estaba pensando en toda la cena en preguntarle por mi papá, cuando estaba decidida ella se levantó de la mesa y llevó su plato a la cocina, me quedé con la palabra en la boca, igual no me atrevía a decirle, pero eso si, yo quería conocer a mi verdadero papá.

Ese día me fui a dormir temprano, pensando en el ¿Donde estará? ¿Por que mi madre no quería que lo conociera? ¿Por que quemó sus fotos? ¿Por que nadie me dice nada?... ¿Por que me dejó? Llore y dormi.

Caminaba hacia la escuela y miraba a parejas juntas caminando por el parqué, no pude dejar de pensar en mi padre, no podía.
Me percate que en aquel parque estaba aquel chico que habían noqueado, estaba en los columpios lentamente de un lado a otro, con la mirada fija al cielo fumando un cigarrillo, admitía que se miraba apuesto, pero pase de el, sentía su mirada después de que deje de verlo así que incómoda apresure el paso y pase aquel parque.

Llegue al colegio de Marbella y llegue justo a tiempo a las clases de la profesora Green.
Pasaron las horas y había llegado la hora del almuerzo, estaba exhausta, me había querido esforzar en todas las malditas clases pero nomás no daba una, esto de la escuela no era lo mío.

Comía en la cafetería, estaba esperando a mi mejor amiga Zendaya, así que aún no probaba el almuerzo que me había preparado mamá.

-¿Que comeras hoy Sasha? -Zendaya había llegado y se sento frente a mi.

-Pues mi madre me hecho pechuga y ensalada de la cena de ayer ¿Y tu? -Señalo su comida con mi tenedor.

-Es pura ensalada, necesito adelgazar amiga, soy una puta gorda -Agarro sus propias lonjas.

Zendaya era un poco gorda... Bueno, si tenía un problema, tiene pelo chino corto y usaba lentes, Zendaya era la única en este maldito colegio que me entendía.

-No estas gorda amiga -La miro.

-No seas hipócrita hija de tu puta madre, soy una gorda, solo dímelo, dímelo... -Dramatiza a propocito y hace como que llora jugando.

Yo me río al instante, Zendaya era muy... Expresiva.

Un chico esquelético choco contra mi amiga por accidente y se le cayó al chico su charola de comida.

-¿No estas viendo estúpida cerda? -La miro aquel chico.

Zendaya se levantó y lo miro a los ojos.

-Tu fuiste el imbécil que choco contra mi -Intenta intimidar al chico con su vista.

-Oye pinche gorda tu ocupas todo este maldito lugar no es mi culpa -El chico la miro más aún a los ojos.

Si algo sabía de Zendaya es que nadie debe de verla a los ojos cuando se enoja...
Digamos que el chico fue el trapeador para limpiar la comida que tiro.

Nadie se percato de la humillación que Zendaya le cometió al chico, así que solo quedó ahí, en burlas al joven.

Paso el día de clases, yo ya iba a casa, pasando por las mismas calles, pasando por aquel parque, donde aún estaba aquel chico con el ojo morado, pero ahora leía un libro, mi vista de alcón alcanzó a ver que se trataba del famoso libro "Inmarcesible", tenía un gusto literario asqueroso, me gusta.

Pase de el, de aquel parque, estaba oscureciendo y Marbella era peligroso si se lo permitías.

Y así fue, aquel martes, miércoles y jueves el estaba ahí, leyendo y fumando, con su ya típica chaqueta azul y su corte de casco, tal vez algún día cuando vuelva a clases pueda hablarle...

InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora