capítulo II

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MÚSICOS QUE HICIERON PACTO CON EL DIABLO POR FAMA Y DINERO

A lo largo de nuestra historia hay casos de hombres que vendieron su alma al diablo a cambio de algún tipo de habilidad, en busca de ser reconocidos y admirados mundialmente. Un pacto con el diablo es una especie de acuerdo con “el Mal”, con la única intención de conseguir un bien superior. Pero el pacto contiene ciertos riesgos, ya que el diablo desea el alma de la persona, e intentará hacer cualquier cosa para conseguirlo, como engañar, mentir, o estafar.
A cambio de hacerlos sentir efimeramente seguros de todo lo que les fue dado gracias a su pacto. Pero después de disfrutar de un enorme éxito mundano de corta duración, murieron como resultado del pacto.

Aquí les mencionaremos a 3 músicos que, como lo dice el párrafo anterior, hicieron un acuerdo con el mal.

●NICCOLO PAGANINI EL VIOLINISTA DEL DIABLO●

Durante mucho tiempo, en los salones musicales de media Europa, corrió un rumor que hasta hoy no ha podido ser desmentido. El genovés Niccolo Paganini (1782-1840), considerado por muchos como uno de los mejores violinistas de todos los tiempos (sino el mejor), había vendido su alma al demonio para obtener un extraordinario virtuosismo con este instrumento.

Los rumores sobre el trato con el maligno comenzaron cuando Paganini contaba con sólo cinco años, cuando el diablo supuestamente se le apareció en sueños a su madre, Teresa Bocciardo, asegurándole que, a cambio de su alma, su hijo sería un violinista de fama mundial. Ante el gran tamaño de la revelación, se cuenta que su padre, Antonio Paganini, un virtuoso con la mandolina y el violín, obligó al pequeño Niccolo a practicar durante más de diez horas diarias. Otra versión, contada por algunos conocidos del músico, por el contrario, aseguraba que el mismo Paganini, ya joven, se había postrado delante del maligno para repetirle el juramento: “Le dijo que su alma era suya a cambio de tocar como un ángel. Se encendió una luz que nos cegó. Paganini se puso de pie y siguió su camino”.

Como sea que fuere, a los 9 años Niccolo Paganini hizo su primera aparición pública, realizando su primera gira por varias ciudades de Lombardía cuatro años más tarde. Sin embargo, desde los 16 años, Paganini comenzó a digerir mal el éxito y a llevar una vida disipada: se dedicó al juego y sus continuas pérdidas le obligaron a vender hasta su propio violín; aunque, afortunadamente para él, al parecer un admirador suyo le regaló el famoso violín Guarnerius (fabricado por Giusseppe Guarnero) con el que asombraría al mundo.

Paganini también estaba obsesionado con las mujeres, hecho que lo llevó en más de una ocasión a meterse en líos de faldas y terminar en la cárcel, pese a su fealdad manifiesta. Francesco Bennati, su médico personal en París, lo describe como “pálido, delgado y de mediana estatura. Aun teniendo 47 años, su delgadez y la falta de dientes le provocaron el hundimiento de la boca y le hicieron la barbilla más prominente, lo cual le daba una apariencia mayor de lo que era. A primera vista, su cabeza era voluminosa, sostenida por un cuello largo y estrecho, mostrando una acentuada desproporción con sus delicadas extremidades». Otras semblanzas lo describen como “estrecho de pecho, con la frente alta, ancha y cuadrada, nariz aguileña, orejas protuberantes, y cabello negro y desgreñado que contrastaba con la palidez cadavérica de su piel”. En resumen, Paganini era un sujeto poco agraciado físicamente que, siempre vestía de negro, lo cual le daba un aspecto más siniestro o derechamente diabólico.

Por si lo anterior fuera poco, también había cosas que no podían ser explicadas por la medicina. Un médico de Viena que lo atendió aseguraba que Paganini “movía todas las articulaciones lateralmente y podía doblar hacia atrás el pulgar hasta tocarse el meñique, pues movía sus manos con tanta flexibilidad como si no tuviese músculos ni huesos”.

Su creativa técnica con el violín (llegó a poseer cinco de estos instrumentos: dos violines Stradivarius, dos Amati y un Guarnerius, su favorito, llamado “Il Cannone” asombró tanto al público de la época que muchos llegaron a pensar que existía algún influjo diabólico sobre él, porque no sólo su apariencia era misteriosa y extraña, sino que también sus composiciones musicales eran precursoras y revolucionarias. Se decía que en la mayoría de sus apuntes aparecía una nota extraña, la cual decía “nota 13″.

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