🍉 010: Dabi

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🍉 Especial 1K leídos
《Mientras escribía para el especial de 500 ya habíamos llegado a 890, así que me esperé un poco》

⚠ Advertencia: Lemon

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LECTORA

Soplaba un poco de aire y me quedé un rato allí, sentada, inmóvil escuchando el sonido de la respiración de Shiro, el gato que mi hermana me había regalado. Lo tenía desde hace dos años y medio, justo el tiempo de conocerlo a él. Aquel con quien solo tenía un tipo de vinculo: carnal.

Y no me molestaba, a pesar de todo, yo seguía mi vida bajo la constante amenaza de la Liga de los Villanos, todo con tal de no delatar nada a nadie, aunque por supuesto yo rechazaba sus actos delictivos. Aunque yo tampoco era tan inocente.

El tono ridículo que le había colocado al celular para todos mis contactos resonó, provocando que Shiro gruñera bajito y se acomodara de espaldas a mi. Qué sensible.

-- ¿Sabes cuánto tiempo has estado ahí en el frío de tu balcón?- preguntó

Suspiré un poco, a decir verdad estaba pensando en qué estaría haciendo él mientras yo pasaba la vida detrás de la fachada de un chica adinerada y trabajadora con una hermana estudiando para convertirse en heroína. Una contradicción demasiado extraña en mi familia.

-- Ni idea, ¿Porqué?-

-- Te veo en el hotel de siempre, a las ocho... No llegues tarde- habló con un tono de voz algo inquieto, seguramente ya estaba ansioso.

-- ¿Cuándo te he fallado?- dije con burla

-- Apresúrate, [T/n]-

Estaba por responder cuando la llamada fue cortada, miré la hora en la pantalla del celular que me había regalado, 6:48 pm. Debía apresurarme, conseguir algo que ponerme y después irme al lugar, no estaba dispuesta a que me dejara alguna marca mientras estaba con él.

Me coloqué ropa negra que entallara más mi cuerpo, pues eso le gustaba a él aunque no me lo dijera, cepillé un poco mi cabello con los dedos, enroscando las puntas y dándole un aire más coqueto.

Salí de la casa para tomar un taxi, en cabello lo había cambiado a un color platinado y me había colocado una gafas oscuras, no quería que nadie me reconociera.

Teclee en el celular:

"¿Habitación?"

Y de inmediato recibí la respuesta:

"56"

Al llegar al destino, el chófer sólo me miró con arrogancia. - ¿Cuánto la noche?-

Sonreí, después me acerqué a él al punto de casi rozar nuestros labios y lo miré a los ojos, activando el quirk de Medusa algo modificado: Poco a poco se convertiría en piedra.

-- Si estuviera más joven sería gratis... Ahora solo espere ahí, de todas formas, si se mueve demasiado, se convertirá más rápido en piedra.- dije mientras bajaba del taxi y entraba al pequeño hotel, pidiendo la habitación "de siempre".

Me dieron una pequeña llave plateada y caminé sola hasta la habitación del fondo de la izquierda del tercer piso. Abrí la puerta, encontrándome con un azabache de espaldas, mirando a través del diminuto balcón, cerca de él, había un reloj digital: 8:12 pm.

Mierda.

Dejé mi bolsa y mis lentes en el velador de la derecha, el más cercano a él, quien ni siquiera se inmutó al escuchar los tacones altos que rebotaban contra el suelo; caminé hasta él, abrazándolo por la espalda y pasando mis brazos por debajo de su camiseta blanca.

Escenarios y otras cositas [MHA] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora