Epílogo

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- No, no mas chocolate - Le dijo un azabache, ya era suficiente con tener que adaptarse a varias reglas y acuerdos con la menor y con su esposa. Como el tenía tantas reglas en su departamento, y al mudarse a una casa menos concurrida. Las cosas cambiaron. 

Toda la vida de soltero fiestero y jugador profesional dio un giro cuando conoció a su única hija, llevándolo a reconciliarse con su ex y formar una linda familia. Su esposa lo amaba, y siempre lo había hecho incluso cuando él le robo un beso al final del partido. 

No se molesto, en cambio lo había seguido por la emoción y por que realmente lo extrañaba a pesar de todo lo que habían pasado.

- Le diré a mamá que rompiste su jarrón favorito - Amenazó la menor con rostro retador, mirando las uñas de sus pequeñas manos mientras cargaba a su pequeño cachorro llamado Spike, era hermoso y fue el mejor regalo que le pudieron dar a la pequeña.

Lo adoptaron en un centro veterinario, Amy se encargaba de ayudar a financiarlo, al ver al cachorro abandonado les heló el corazón. Y aunque Shadow no se notaba muy convencido al principio, termino queriéndolo. 

- Mocosa... - El azabache abrió una de las gavetas, estirándole uno de los chocolates, la peli rosa sonrió contenta y se alejo con el chocolate entre manos, ahora seria como una tumba sin decirle a su madre el secreto del jarrón. A menos que ella lo notara.

El azabache saco dos panes de tostador, poniéndolos en una bandeja junto con la otra parte del desayuno. Le gustaba consentir a su esposa, y que mas que con un delicioso desayuno. Debería estar en su oficina escribiendo algún correo importante.

Cargó la charola y camino hacia la oficina, mirando de soslayo el anillo que decoraba su mano, simple y romántico, como a ella le gustaba. ¿saben lo difícil que fue aceptar una casa sin tanto lujo?, el erizo quería decorar de aquí y allá, pero no, esposa simple, vida simple.

De cierta forma le agradaba, por que a pesar de ser tan diferentes regresaron, volvieron a sentir esa chispa que desde un principio los unió. Y todo por aquella travesura de la niña, sin ella, ellos jamás hubieran estado juntos. Amaya no fue un error, es su hija y eso siempre los va a unir.

Tocó la puerta con delicadeza y entro, su esposa levanto la vista del computador y se sorprendió al ver la charola con el desayuno. Sonrió contenta y en su mano se podía notar el mismo anillo. Estaba por levantarse pero fue interrumpida por un beso corto en su frente, el azabache estaba mas que nada al pendiente de la mujer. De su mujer.

Acaricio el vientre grande de ella, se veía tan sumamente adorable estando embarazada. A veces el azabache se sentía tan culpable por no haberla visto de esa forma cuando estaba embarazada de Amaya. Pero el pasado es pasado, y el presente es lo único que importa, era lo que su esposa intentaba recordarle todas las mañanas.

La eriza propino un corto beso en los labios del hombre al verlo tan sumergido en sus pensamientos. 

- ¡Iugh!, demasiado amor - Se quejó bromista su pequeña hija, mirándolos a ambos desde el cancel de la puerta. Los padres rieron, su hija podía ser tan importuna en esos momentos, a veces por que realmente le gustaba que sus padres estuvieran juntos. 

- A ti tambien voy a llenarte de besos la cara - Le dijo su madre, ella sonrió y se acerco a su familia, siendo seguida por un Spike que comenzaba a jugar con la alfombra de la oficina. Amy le dejo varios besos a la frente a Amaya, el azabache revolvió su cabello. 

Amaya últimamente estaba mas feliz que nunca, tal vez por que su hermano o hermana vendría al mundo en poco tiempo, o por que podían ser una familia completa. Tanto el azabache como la rosada notaron sus cambios, a veces era tan seria e intimidante como Shadow, chantajista y burlona, no tenía tanto ego, claro que tambien compartía varias características de su madre. Pero se parecía mucho a Shadow

En todos los casos, competitiva, "Nunca digas no", su hija era estupenda bailarina de ballet. 

- ¿Han visto mi jarrón verde?, estoy segura que lo dejé en la mesa - Pregunto la rosada mientras pensaba, estar embarazada tenía sus desventajas, había muchas cosas que olvidaba. 

El azabache abrió los ojos como platos al igual que su hija.  Ambos se miraron cómplices y negaron inocentes. Su madre no debía saber que Shadow jugó con Amaya dentro de la casa. Rose era como un demonio cuando se molestaba. Otro aspecto que le encantaba a su marido. 

Mañana le compraría otro jarrón, solo esperaba poder encontrar el mismo.

Al fin ya concluye esta historia oficialmente, sin duda alguna me disculpo mucho por el tiempo, de verdad que con tanto proyecto uno a veces se olvida y fue mi error xD, pero por fin lo dejo en sus manos para que disfruten de leerlo

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Al fin ya concluye esta historia oficialmente, sin duda alguna me disculpo mucho por el tiempo, de verdad que con tanto proyecto uno a veces se olvida y fue mi error xD, pero por fin lo dejo en sus manos para que disfruten de leerlo. 

Una vez mas gracias a todos vosotros por el apoyo, mas que nada por recordar, sin ustedes jamás le habría vuelto a echar el ojo a la historia. Me sorprende que aún despues de tanto tuvieran el interés en saber su final. Gracias <3


Entrenando a papá [Shadamy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora