Relatos de Nana

Soy Melanie...

Continuación de Pequeña Pecosa

Soy Melanie...

Mis ojos son color miel y me encantan.
Brillan cuando miro al cielo.

Tengo el cabello naranja y me encanta.
Es rizado, largo y esponjado. Amo peinarlo.

Tengo pecas y me encantan.
Están alrededor de mis mejillas, incluso algunas viven en mi nariz. No las oculto con mi maquillaje. Estoy orgullosa de ellas.

Tengo cicatrices... y me encantan.
Amo verlas, tocarlas, saber que están ahí y mas aún saber que no habrán más como ellas en el futuro.

Pero antes no lo hacía, antes ninguna de esas cosas me encantaban. Antes solía odiarme, solía desear ser diferente.
¿Que tonta no?

No hay muchas como yo donde vivo, de hecho, soy la única en mi colegio. Y eso es genial.
¿No lo creen?
Pues yo no lo hacía, grave error.
Pero había alguien que si, había alguien que notó mi diferencia y le gustó. Dejaba notas cada día en mi bolsa, había alguien que me quería.

Cada noche, antes de dormir sacaba la nota doblada en cuatro del bolsillo delantero de mi bolsa y la leía. Cada noche era una nota diferente, pero con el mismo olor, la misma letra y el mismo sentimiento.

" Tus ojos se vuelven relucientes cuando miras por la ventana, deberías hacerlo más seguido."

Nunca me gustaron mis ojos,pero desde ese día quizá, solo quizá empecé a aceptarlos.

Las notas empezaron siendo cien por ciento anónimas. Solo escribía y esperaba a que la leyera. Pero con el paso de los días las notas cambiaron, quizá quería que supiera quien era. O quizá solo le gustaba el crédito.

" Hoy has mirado tres veces la ventana, me ha gustado. Perderé la materia, pero por mirarte todo vale la pena.
H"

H.
H.
H.

Muchas gracias H.

~

Sonreía a diario, no lo podía evitar. Quizá él o ella me miraba y una sonrisa era lo mejor que le podía regalar y no solo a H, si no a mi misma.

La segunda semana de las notas sentí un cambio en mi, estaba más confianda, me sentía mejor conmigo misma y con mi físico. Quien quiera que fuera H estaba haciendo un buen trabajo.

Una noche igual a las demás me senté en mi cama, tomé la bolsa y saqué la nota del día, al leerla sentí como mi corazón saltó de mi pecho.

" Gracias por las sonrisas, compitieron con la belleza de las estrellas. Ganaron por un pelo.
H"
Releí la nota al menos unas quince veces.
Había notado mi sonrisa, había notado el cambio. Me había notado, y eso me había gustado.
Me había gustado muchísimo.

Esa noche quise dejar algo para H, el o ella había sido muy amable conmigo. Algo debía retribuirle. Escribí una nota en papel rosado donde H suele dejar la suya. Esperaba con ansias que pudiera verla y leerla.

~

Toda la mañana había estado ansiosa, no sabía exactamente a qué hora H dejaba su nota para mi, y tampoco quería mirar antes de la noche. Solo me quedaba esperar, nunca fue tan difícil. Solo deseaba que al llegar la noche mi nota no estuviera allí, solo la de él.

- ¿Por qué estas tan nerviosa?- me preguntó Claire, la chica que se sienta junto a mí en química. Poco me hablaba, poco le respondía. Éramos compañeras de laboratorio pero La conversación más larga que tuvimos fue de al menos diez segundos. No solía compartir con nadie, y mucho menos con algún popular, y ella lo era.