Number One. ≈ YoonMin

06

— Vamos, apurate, tarado – Gruñó Hoseok mientras le daba un zape a Namjoon, éste se quejó y empezó a tratar de escribir más rápido. Yo miraba a ambos con aburrimiento.

Tenía mi cara pegada en la paleta de la butaca, era Lunes, lo que significaba que toda la semana teníamos que venir de nuevo a esta cárcel. Namjoon se encontraba copiando la tarea de Hoseok, ya que el idiota no había hecho nada por estar follando con Jin todo el fin de semana, y bueno, Hoseok estaba igual con su novio Taehyung pero él le obligaba a hacer sus trabajos escolares. Hasta a mí me sorprendía aquel tipo de sonrisa rectangular, a veces era más maduro que su novio. Y bueno, yo en cuanto salía de la escuela hacia los trabajos para flojear lo que quedaba del día.

— ¿Qué es esta mancha blanca? – Preguntó Namjoon, tocando aquello en la libreta. Lo raspó un poco y lo olió. – ¡Qué asco, Hoseok! Si vas a follar con Tae al menos mantén las cosas de la escuela alejadas, ¿Está bien?

Hoseok rió ruidosamente, dándole una palmada en el hombro a Namjoon.
Los seguí observando en silencio, ¿Cómo es que me hice amigo de estos dos imbéciles?

— Oh, Yoongi hyung. – El rubio teñido me llamó, levanté la vista para verle a los ojos y dejé salir un sonido de pregunta. Él sonrió. – Hoy es el cumpleaños de Jimin, cumple 11 y bueno, me dijo que te dijera que estás invitado.

— Ajá – Genial, mis planes de dormir se han ido a la mierda, ahora tendría que comprarle un regalo al mocoso también, pensé para mí mismo.

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Miraba aún con aburrimiento todo, los mocosos corrían de un lado a otro y gritaban de una manera que me taladraba  el riñón, definitivamente cuando todos estuvieran distraídos me iría de aquel lugar, aunque fuera la fiesta del cumpleaños del Cachetón.

— Anímate, hyung~ – Rió Hoseok al lado de mí, éste traía un típico gorro de fiesta en forma de cono en su cabeza, también estaba lleno de serpentinas de colores. Lo volteé a ver de reojo, parecía más uno de aquellos niños de primaria que se encontraban jugando algún juego ridículo. 

— Cierto, hazle caso a Hoseok, diviértete, hyung. – Llegó Namjoon de repente, entregándonos al chico-caballo y a mí un par de cervezas mientras él bebía de la suya.

— ¿De dónde sacaste las cervezas? Creí que Jin hyung no te dejaba beber – Se burló Hoseok, yo asentí en silencio.

— Jin hyung aún no llega, no te preocupes por eso – Rió el rubio. Lo miré con una pizca de burla, si Jin llega en uno de estos momentos y viera a su novio, definitivamente lo dejaría en abstinencia. Al mayor no le gustaba que su “Nammie-Boo” bebiera.

Decidí ignorarlos y empezar a  beber aquella lata de alcohol. La abrí con cuidado y tomé un gran sorbo, el líquido amargo recorrió rápidamente mi garganta.
Por curiosidad busqué al enano con la mirada, se encontraba en el castillo inflable con sus amigos de primaria.
Fruncí el ceño al ver a Hoseok correr hacia la puerta del jardín de la casa de los padres de Namjoon, entró un chico alto y delgado, podría jurar que su cabello castaño cubría sus ojos también, era Taehyung. Segundos después miré a la pareja subnormal saludar a todos (incluyendo a Namjoon y a mí) Y luego se fueron corriendo al castillo inflable, quitándose los zapatos y entrando a saltar con los infantes.

Qué infantil.

Me distraje mirando a todos los niños jugar, y a los adultos platicaban sobre trabajo. Y nosotros los “adolescentes” bueno... Dos con alma de niño se fueron a jugar y ahora estábamos dos bebiendo observándolos.
De un momento a otro sentí como me ponían algo en la cabeza, gruñí y me volteé. El rubio a mi lado me había puesto uno de esos ridículos gorros de cono para fiestas, segundos después sentí que algo me caía por detrás. Volteé y ahí estaba Jin disparándome serpentinas.
Me levanté con enfado y las sacudí, intentando sacarlas de encima de mí.
Ambos soltaron una carcajada cuando de la nada salió Hoseok y me puso una nariz de payaso. Taehyung (Quien era también nuestro amigo pero no iba en la misma escuela) tomó una foto.

— Idiotas – Murmuré. Ellos siguieron riendo, segundos después se acercó el mocoso.

— Suga hyuung~ – Al verme corrió y me abrazó, su cara me llegaba al pecho. Me removí incómodo y traté de abrazarlo, aunque más bien había puesto mis brazos en sus hombros.

— Awww, esto va para instagram – Dijo Hoseok de una manera empalagosamente dulce, y tomó la foto. Dije la mitad de una grosería pero el enano me había mordido, reprimí un gemido.

— Decir groserías es malo, hyung~ – Habló Jimin, y sonrió achinando sus ojos, por instinto apreté sus cachetes.

— Callate, para ti es malo, para mí no – Dije con enfado y traté de quitarlo, pero se apegó a mí como chicle mientras se quejaba sobre su mejilla abusada, los idiotas que tengo como amigos hicieron un sonido de ternura.

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Me volví a quejar al tirar el cuerpo nada consciente de Namjoon a su cama, volvió a pasar lo mismo.
Después de que los niños y sus padres se fueran (incluidos los padres de Jimin, que se habían ido a trabajar, ya que ambos eran doctores y tenían turno en la noche) nosotros habíamos empezado a “celebrar” el cumpleaños del mocoso sin él (aunque era más una excusa para acabarnos el alcohol que habían comprado los adultos)
Habíamos bebido todo en la sala mientras el infante cumpleañero estaba dormido (Bueno, Namjoon lo había mandado a dormir) y ahora todos estaban quizá en su séptimo sueño, y sí, yo los había cargado a la habitación del rubio para no causar inconvenientes.

La pareja subnormal se encontraba ya dormida en un futón en el suelo, y la otra pareja se encontraba dormida en la cama del dueño de esta. Y sí, otra vez me encontraba sin donde dormir.
Lo pensé por algunos minutos y decidí ir a dormir nuevamente con el mocoso, digamos que algunas veces me había quedado en el sillón de la sala y no era precisamente muy cómodo.

Me dirigí hacia el cuarto del menor, y antes de poder tocar escuché algunos sonidos.
La curiosidad me dominó y me quedé parado afuera, pegando mi oreja a la puerta.

— Ahh~ Mnhh~

Eran... ¿Gemidos?