🌹3|•Escape

103 15 0
                                    


~Mikasa•

🌹

🌹

Creo que si me niego, estos tipos también no dudaran en hacerme daño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Creo que si me niego, estos tipos también no dudaran en hacerme daño. Alzo la cabeza, abro los ojos y los cuatro tipos se quedan atonitos al verme.

—¡Wow! —grita— Es bellísima, como una diosa, y posee una mirada poderosa.

«¿Mirada poderosa?» ¿Que significa? toda esta gente se comunica en clave o qué.

Otro comenta:

—¡Fascinante! Sus heridas se han cicatrizado sin necesidad de suturar.

Puedo ver en sus rostros una serie de emociones: excitación, violencia, desprecio y un sinfín de otras cosas, al ver mi estado, como si fuese un animal indefenso del cual puedan abusar.

Pero el miedo se ha extingido en mí. Estoy dispuesta a todo, con tal de poder salir de este maldito lugar. Primero me quitan la cinta adhesiva que llevo en los labios y uno de ellos se lame los labios, lo que me produce un profundo asco, pero trato de no reflejarlo, porque es cuando ha iniciado mi turno de pelear a toda costa.

—¡Por favor, liberenme de esta silla!—suplico— Prometo que no se van a arrepentir, les pagaré con lo que quieran.

Los tres tipos están de acuerdo con la propuesta.

—Por nosotros no hay problema, ¿qué opinas Draco-san?—preguntan al de la cicatriz.

Pero él no parece tan convencido con mi propuesta, así que le dirijo una mirada seductora, se inclina para liberar primero mis manos. Y luego se para frente a mí de brazos cruzados mirándome fijamente de pies a cabeza, como esperando algo más de mi parte.

Debo acceder a algo más comprometedor y atrevido, porque de lo contrario estaré perdida. Además, ¡sé que luego me voy a odiar por hacer esto, pero no hay otra opción! Lentamente desabrocho mi blusa blanca y veo el eminente deseo de lujuria en él, rapidamente se agacha para dejar libres mis tobillos.

Creo que de algo me ha servido leer esa ultima novela de "La Villana Escarlata", en fin. Todos parecen que han bajado la guardia y sacaré ventaja de ello. Me pongo de pie frente al sujeto de la cicatriz, lo seduzco aún más, poso mis manos en su pecho, tragándome el odio y trato de darle un beso pero cuando voy a ejecutar la acción mejor opto por acercarlo más y más a mí hasta aproximarlo a la silla donde antes estaba presa. Este no se resiste, porque lo tengo hiptonizado gracias a mi encanto femenino.

—¡Vamos! —le susurro al oído tomándolo de la solapa de su gabardina de cuero.

Lo giro y poco a poco retrocede hasta caer en la silla, ignorando que de esta aparecerían de nuevo los seguros que lo apresan ahora.

—¡Maldición es una trampa! —grita— Esta perra nos ha engañado, no dejen que se escape.

—¿Qué creías, imbécil? —respondo, soltando una risita y propinándole un puñetazo directo en la nariz.

Gracias a mi padre sé unas cuantas técnicas de defensa personal que no apliqué antes porque no creí que me servirían. Ahora tengo que enfocarme en los otros tres idiotas. Que para mi sorpresa solo dos se abalanzan para intentar neutralizarme.

—¡Adelante que esperan vengan por mí! —grito incentivándolos a pelear o lo que sea.

Procedo a ponerme en posición de combate, brazos a la altura del rostro, puños cerrados y piernas un poco abiertas semiflexionadas. Solo dos deciden enfrentarme. El que lleva un piercing en su nariz en forma de argolla, y otro que no tiene cabello; vienen al mismo tiempo con todo hacia a mí. Son rapidos y ágiles, pero aunque parezca raro puedo predecir sus ataques y tengo la posibilidad de darle al tipo calvo una patada en la parte baja en su entrepierna, haciéndolo caer de rodillas al suelo y al otro le lanzo un puñete con toda mi fuerza directo en la garganta, provocándole que se quede sin oxígeno.

Encambio el ultimo adquiere una extraña actitud en su comportamiento. Se ve más pálido, sus ojos no tienen vida, esta inmóvil, como si fuese una estatua de museo. Pero lo que más me llama la atención es ver como de su boca, oídos y naríz, fluye una sustancia negra.

¿Que es eso? Oh maldición, este es mi momento y no me quedaré a averiguarlo.

Con todas las dificultades del mundo logro escapar del territorio de los Kurama.

🌹

Me siento cansada y aún más perdida. Pero lo más preocupante es que la ciudad y sus alrededores están desérticos así como un pueblo fantasma. ¿Dónde están todos? ¿Porque todo parece extraño? ¿Será que hubo un ataque? ¿Y de donde proviene ese putrefacto olor? Miles de preguntas invaden mi cabeza, sin llegar a una conclusión clara y concreta; fracaso en el intento de encontrar una respuesta.

Cielos, mis pies tienen muchas ampollas por lo que he caminado, corrido y andado descalza todo el trayecto. Ando sin fuerzas, lo que quiero es descansar y saber qué rayos ocurre aquí. Pero aún no puedo flaquear debo avanzar hasta estar segura de que no seré atrapada por esos perros del clan Kurama.

Observo a una distancia no tan lejana un señor que parece haber sobrevivido a todo este enigma. Me voy acercando, siempre en alerta y sin bajar la guardia, si veo algo fuera de lo normal, saldré huyendo como alma que lleva el diablo.

—Disculpe señor ¿está usted bien?

No responde y solo me da la espalda. Nuevamente formulo otra pregunta.

—¿Podría decirme que ha pasado aquí, por qué la ciudad está devastada?

El señor de contextura ancha comienza a sufrir unos cambios abruptos, gira su cabeza de un lado para el otro con una rapidez extrema, tiene la piel palida y a la vez está como contaminada, se ven hematomas y se pueden distingir unas venas de color moradas, verdes y negras. Para finalizar lo más horroroso es que ha empezado a interesarse por mí.

Gira lentamente y puedo ver como esa sustancia extraña de color negra recorre por su boca como una especie de baba ácida que al hacer contacto con el piso parece que lo desintegra. Abandono el callejón sin pensarlo dos veces. Y ya estando un poco lejos, pienso.

Esa sustancia, esos ojos sin vida, ese tipo de piel, ese comportamiento endemoniado es igual que el del tipo en la guarida secreta de los kurama. ¿Eso quiere decir que la mayoria o todos se encuentran en ese mismo estado? Mi cuestionamiento se ve interrumpido cuando de pronto miro a mi alrededor y ambos lados de la calle están infestados por estas… criaturas.

—¡¿Cómo saldré ilesa de todo esto?! —exclamo en voz baja— Piensa Mikasa, debe de haber un método de escape.

Nuevamente miro detenidamente a mis alrededores pero no hay nada a simple vista o puede que si halla algo pero por la desesperación de la situación me impide que la encuentre. Aferro mis manos a una barilla de metal que he encontrado entre la basura. Es lo único que me sirve como para defenderme de cualquier cosa, pero en este caso de las criaturas que se encuentran a mi alrededor.

Aunque sean lentas no las puedo subestimar, quiero que se alejen de mí. Las señalo con la bara de metal, en cuestión de unos segundos la situación se convierte en terreno peligroso.

Escrito por: Miss_Crosszeria 🌛

Edición realizada por: -SraCarter-🍂

Destino Carmesí © |En Proceso Y Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora