Urashima despertó aquel día entre los gritos de su hermano. No era raro que Hachisuka le gritara a Nagasone porque alguna de sus acciones le había molestado. El motivo de la pelea esta vez era que el más alto había roto sin querer un espejo de mano que pertenecía a Hachisuka.
-¡Eres una tonta copia descuidada! – Escuchó gritar a Hachisuka- ¡No sabes hacer nada bien! ¡Deberías fijarte por donde vas y no andar estorbando en todos lados!
Nagasone guardó silencio. Usualmente se limitaba a bajar la cabeza y disculparse cada vez que Hachisuka hacía uno de sus berrinches, pero ese día estaba particularmente cansado. Había estado con sus compañeros en una expedición que duró semanas por su complejidad. Inmediatamente después de volver a la ciudadela un preocupado Hasebe les había informado que la Saniwa se encontraba mal de salud y les había encomendado ir de excursión en busca de plantas medicinales que no tenían en la ciudadela.
Habían vuelto sobre las tres de la mañana. Nagasone estaba absolutamente agotado. Entró a la habitación dando traspiés y tropezó con la mesa donde Hachisuka guardaba sus cosas. Debió ser en ese momento cuando el espejo se había roto, pero por lo cansado que estaba no lo había notado.
Un golpe en su mejilla le hizo reaccionar. Sintió arder el punto impactado. Levantó lentamente la mano y la apoyó sobre su mejilla.
-¿Es que acaso no vas a disculparte, copia? - La mano de Hachisuka aún estaba alzada
-No – Su voz sonó fuerte y determinada. Estaba harto de sus malos tratos. – No pienso disculparme por algo que en un comienzo fue tu culpa, Hachisuka. -Avanzó hacia él y sostuvo su barbilla con fuerza.- Si no acapararas todo el espacio en la habitación, estas cosas no pasarían. Urashima y yo también vivimos aquí.
-Urashima es mi hermano y tiene todo el derecho de estar aquí – La voz de Hachisuka sonaba temblorosa. Retrocedió un poco intentando que lo soltara, pero sólo consiguió quedar aprisionado entre el musculoso cuerpo de Nagasone y la pared - T-tú no. Sólo eres una estúpida copia que...
-Sí, sí, una estúpida copia que está estorbando siempre- Interrumpió Nagasone- ¿Y tú, Hachisuka? ¿Acaso crees que eres mejor? – Tomó al más bajo por el pelo, tirando con fuerza hacia arriba -Sólo eres una puta princesa caprichosa que cree que las cosas siempre se harán a su voluntad -Sabía que lo estaba lastimando, pero no le importaba. De hecho le hacía sentir bien.
Miró más de cerca a Hachisuka. La expresión de dolor en sus ojos le hacía lucir endemoniadamente sensual. Estaba enterrando las uñas en sus antebrazos en un intento por liberarse de su agarre. La sensación de esas cuidadas uñas enterándose en su piel le excitaba de un modo extraño. Sonrió.
-Esa expresión si que te sienta, Hachisuka – Llevó la mano libre al rostro del contrario y acarició su mejilla- Deberías permanecer siempre así.
-¡Nagasone nii-san! – Urashima le dio un empujón que le tomó por sorpresa y logró que soltara a Hachisuka- ¡Ya basta! ¡Siempre discuten, pero jamás habían ido tan lejos! – Se puso en medio de ambos- Hachisuka nii-san, no debiste haberlo golpeado en primer lugar...
Hachisuka ordenó su cabello. La expresión de dolor y miedo que lucía con anterioridad había sido reemplazada por una mirada de puro odio.
-Maldita copia – Murmuró- Haré que te arrepientas por esto
-Lo dudo, hermanito – Nagasone le dedicó una sonrisa socarrona- Ahora que vi una expresión tan adorable en tu rostro, no puedo esperar para verla otra vez- Dio media vuelta y salió de la habitación sin darles tiempo a decir nada.
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~ Corrupto ~
FanfictionUsualmente Nagasone aceptaba los berrinches de su hermano en silencio. Siempre era él quien terminaba disculpándose. Las cosas se salieron de control cuando el mayor de los Kotetsu decidió que ya era suficiente de sus malos tratos.