Capítulo 1. "Algo raro pasó en Queens..."

151 8 1
                                    

Aquella mañana de vacaciones todo había transcurrido de manera cotidiana. Dos intentos de robo de bicicletas, una abuela ciega que intentaba cruzar la calle sin ayuda con los peligros que hay en una avenida cuya luz está en verde, y la llamada preocupada de May quien había tenido un viaje de negocios y me había encargado llamarle por las mañanas y las noches para platicarle mi día a día.

Durante la tarde no hubo mucho movimiento, por lo que suspendí mi labor como superhéroe y dediqué mi tarde en buscar un regalo de cumpleaños decente para MJ. Estuve por lo menos cinco horas entre tienda física y tienda online revisando qué podría gustarle/servirle a mi mejor amiga. En el viaje, recibí varios correos de un muy preocupado Ned, quien buscaba regalos en internet perfectos para una chica tan poco superficial como lo era Mary Jane.

Los mensajes fueron degradando de ideas absurdas de regalos hasta lo que podríamos comer en tan pequeña celebración, incluyendo la posible presencia del hombre araña en vez de payaso.

Al releer los mensajes e imaginarme la escena, no pude evitar que una risotada se escapara de entre mis labios. Provocando que las miradas inmediatamente fueran hacia mi, tiñendo de rojo mis mejillas.

Gracias a la atención que había llamado y por lo incómodo de la situación, decidí que lo mejor para apaciguar el calor en mi rostro era caminar hacia la salida y conseguir un helado para el antojo.

En realidad, todo el día transcurría tan tranquilamente que resultaba incluso aburrido. Era raro pues, aunque May no estuviese en casa, siempre tenía algo que hacer: si no era ayudar a Ned con la construcción de algún artefacto, era salir con él y MJ en busca de algún libro que interesase a mi amiga. Por otro lado, llevaba días sin ver a cierto acosador masoquista con delirios de grandeza y, aunque no lo extrañaba, no dejaba de estar alerta para golpearlo si volvía a hacer de las suyas.

Finalmente y tras haber avanzado la tarde, volví a mi traje, me senté en el borde del techo de un edificio dispuesto a ver el atardecer y planear una ruta rápida para volver a casa. Con un suspiro de cansancio miré abajo, todas las personas bajo la estructura se veían tan lejanas, ajenos a todo mientras regresaban a sus hogares.

Por mi parte, solo faltaba enviarle a Happy el reporte del día.

Yo puedo hacerlo por ti dijo Karen antes de sacar mi celular.

–Me harías un favor –respondí antes de recostarme y mirar el cielo medio naranja casi sin nubes.

Cerré mis ojos en cuanto una barra en proceso se llenaba con la leyenda “Enviando” escrita en ella, casi me duermo pero logré reaccionar cuando la IA dijo que había terminado.

Estiré mis brazos con cansancio. No había trabajado tanto pero mis músculos se sentían raros, seguramente por la falta de ejercicio.

Miré nuevamente el cielo, ahora más naranja. “Que precioso es ver un cielo despejado”  pensé girando mi cuerpo solo para estar frente un traje rojo y negro. Me negué rotundamente a subir la mirada hasta que una voz coqueta canturreó:

–Oh, el cielo es bonito, pero no es más encantador que tú –dijo. Supongo que había vuelto a pensar en voz alta.

Por mucho que me había propuesto a ignorarlo y seguir con lo mío, simplemente no pude evitar volver mi vista hacia esa estúpida máscara roja con manchas negras y blancas a modo de ojos.

Es Él, no Ella | Spideypool Donde viven las historias. Descúbrelo ahora