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jennie kim
De nuevo las semanas habían transcurrido, escuche que él salia con Soyeon, pensé que solamente era un rumor hasta que los vi de la mano, bromeando y ella con su mochila correteando, me hizo sentir algo en mi estomago, una sensación de amargura y felicidad. Sin poder esquivar su mirada la chocamos, sus ojos me observaron varios segundos, antes de ser apartada por mí y sonreirle a Minnie quien sacudió su mano en saludo. YoonGi y yo comenzamos siendo amigos, de aquellos que bromeaban.
Con el dolor y la incomodidad frotándose en el viento llegue a Jisoo, una sonrisa de tristeza fue reflejada en sus labios para luego abrazarme, me había enviado textos disculpándose con muchísimos emoticones insoportables de corazones, le había aceptado sus disculpas, era mi amiga, nunca dejaría de hacerlo a pesar de todo -y una parte porque odiaba los emoticones y deseaba con todas las fuerzas que dejara de usarlos-
—Eres la persona mas linda ¿te lo han dicho?
—Te he perdonado ¿te lo han recordado? —repetí, una risotada salió de nuestros labios, así como una sensación de paz me volvia a inundar, quizás no era tan malo este día. Había escuchado varias veces un dicho muy famoso, mi sonrisa no depende de una persona, mi felicidad nunca dependerá de alguien, así que este día y los próximos, prometo darle un poco de importancia a todo aquello.
Luego de haber tenido diez minutos de descanso por la mañana, el timbre de entrada fue tocado, sin protestar los alumnos (y otros no) entraban a sus secciones, Jisoo era la primera en ingresar, ese día me dijo que iría por un café, me quede en las bancas rogando al cielo que la maestra no llegara y me dijera que tenia menos diez puntos.
Pero llego la peor parte, Yoongi me observó de nuevo, y como si haya leído mi mirada se encontraba camino hacia mi, lucia tan bien hoy, su cabello caía en su frente delicadamente y sus labios permanecían rojizos e brillantes como de costumbres. Y luego de varios segundos, nos encontrábamos cara a cara, con los nervios de punta, conocía tan bien a YoonGi que podía ver en su rostro el nerviosismo.
—Lo siento, por todo.
—¿Podrias dejar de disculparte? —me quejé, desviando mi mirada en busca de Jisoo, rezando que ella leyera mi mente y me sacara de este lío. —Yoongi es tarde, no creo que deberías de estar afuera.
—Aun sigues preocupándote por mi ¿eh? —Yoongi era inseguro, y mi ahora mismo estaba viendo como brillaba ante mi preocupación hacia él. —Ahora mismo no me interesa hablar de mi, ¿qué pasa contigo?
—¿sales con Soyeon? —no pude medir mis palabras, una sonrisa irónica y triunfadora resalto en sus labios, no sabia si este sentimiento era de vergüenza o me daba igual habérselo preguntado así, sin más.
