CAPITULO 1 LLEGADA AL PARAISO

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Siento mi cabeza pesada. Mi boca seca. Por más que me esfuerzo no puedo abrir los ojos. Mi cuello tiene pinchazos tan fuertes. Me retumba un sonido en los oídos, oigo un murmullo a lo lejos. Siento que el cansancio me pesa.

Vuelvo a despertar. Puedo entre abrir los ojos, pero los cierros debido a la claridad, siento que me los quema, así que me los tapo con las manos, espero unos minutos y la voy sacando de a poco para acostumbrarme a la luz.

Una vez me acostumbro a la claridad, observó el lugar donde me encuentro.

Es una celda de dos por dos, estoy acostada sobre una cama. Hay un retrete y un lavado es todo blanco y no puedo ver nada.

Golpeo la puerta y hasta que me arden los nudillos y grito para ver si alguien me oye.

Luego de unos minutos siento que alguien se acerca, abre una ventanita en la puerta y asoma una mujer a la que apenas le veo los ojos

Y me dice –tranquila, Señorita en un rato la buscan y le aclaran sus dudas- luego cierra la ventanilla y siento que se aleja sin dejarme derecho a réplica.

Trato de aclarar mi cabeza y empiezo a recordar cómo fue que termine donde sea que estoy.

""Hacía unos tres meses que fallecía mi mama la única familia que tenía en el mundo.

Tuve que abandonar la universidad, porque no podía seguir pagando por mis estudios.

Me desalojaron del departamento donde vivía, por falta de pago. Me despidieron de mi trabajo de camarera, por reducción de personal.

Desesperada me dirigí al departamento de mi novio, para saber si me podía dar una mano. ¡Valla sorpresa me lleve! ...cuando lo encontré en la cama con mi mejor amiga.

¡En qué momento mi vida se convirtió en una telenovela mexicana!

Ya no me quedaban fuerzas ni para discutir, así que de un portazo cerré la puerta sin siquiera enfrentarlos y corrí tanto que perdí la noción hasta de donde estaba.

Llegue a una plaza, pase la noche en un banco. Lloré durante tantas horas que creo que apenas 

Dormí.

Una vez amaneció me dirigí a una estación de servicio, me puse presentable hice mis necesidades.

Luego me dirigí a lo de clara mi ex compañera de trabajo. También la habían despedido por reducción de personal. No éramos intimas, pero como compañeras habíamos congeniados.

Me había invitado muchas veces a su casa, nunca había ido porque no me coincidían los horarios.

Cuando llegue a su departamento, me recibió con la sonrisa de siempre, pero lo remplazo por un ceño fruncido cuando vio me cara

MI PARAISO PRIVADOWhere stories live. Discover now