Mia solo estaba cansada así que apenas hicimos una cuadra de recorrido, ella se quedó completamente dormida en su silla del auto.
Tuvimos una pequeña parada gracias a una de las trillizas, eran las 9 y tenian hambre, asi que paramos con Damon en una tienda de comidas a unas cuadras de la casa de Thory la hermana de Damon.
-Aún no entiendo por que no puedes vivir con Thory hasta que consigas un departamento-dije mirando de reojo a Damon.
Este muy entretenido con su celular hizo una mueca y un pequeño puchero, debo admitir que se veia bastante tierno con su cabello hacia adelante.
-Paris, si molesto dime he ire a un hotel, no tengo ningun problema- dijo apagando el celular y cruzando sus brazos.
-No molestas, solo no entiendo porque no quieres estar con tu hermana- dije doblando a la izquierda, faltan algunas cuadras para llegar a la casa.
-Quiero pasar tiempo contigo, necesito estar con vos, aparte ella esta enojada conmigo- dijo abriendo la puerta una vez que frene.
-Esta bien- dije rodando los ojos- Solo no es muy grande asi que tendrás que dormir en mi habitación, tengo una habitación de huéspedes pero la convertí en mi habitación de costura- dije ayudando a las trillizas.
Con mi torpeza abrí suavemente la puerta mientras cargaba a Mia, Damon me ayudó a entrar las maletas y las mochilas de las niñas, mis dos princesas que al parecer no estaban nada cansadas pero si con mucha hambre corrieron hasta su habitación para ponerse cómodas y salieron de la misma luego de unos minutos con unas pantuflas super tiernas de ositos.
Damon dejo las cosas en la sala con un poco de dificultad, volvió a salir hasta el auto para buscar la cena mientras yo iba a la habitación de mis niñas a dejar a Mia, cuando la deposite en su cama Mia no despertó pero si balbuceaba un montón de cosas que no le llegue a entender, la tape con su mantita preferida color celeste y prendí una lámpara de gatitos que había junto a su cama.
Con mucho cuidado cerré la puerta de su habitación un poco para no despertarla con el ruido de la sala, entre al baño a lavarme un poco las manos y intentar procesar todo, también pase por mi habitación para ponerme una sudadera ya que hacia un poco de frío y ponerme un poco más cómoda.
Cuando llegue a la sala había un muy confundido Damon, una Alaska muy pegajosa y una Ana llorando a mares.
-Bien- dije rodando los ojos -Porque hay tanto desastre, solo fui a dejar a Mia a su cama y ya volvieron loco a Damon- dije en un tono nada amigable.
El llanto de Ana paro, pero algunas traviesas lágrimas rodaban por su pequeña carita.
Alaska corrió por su vida hacia el baño a limpiar el desastre de sus pequeñas manos.
Y Damon solo se quedó ahí, estático en el mismo lugar en el que estaba hace unos minutos, quería decir algo pero las palabras no salían de su boca.
Quizás comprar esa cantidad de golosinas hace días en el super no fue una buena inversión, camine lentamente hacia donde estaba Alaska hace unos momentos y vi el desastre que había provocado la pequeña castaña ojos verdes. En ese momento lo único que pude hacer es formar una gran "o" con mi boca y mirar a la puerta del baño.
Alaska tenía miedo de salir de la pequeña habitación donde estaba, había hecho una travesura que no estaba para nada bien, pero no iba a reclamarle mucho.
Mire a la pequeña Ana y me le acerque. Con sus pequeños brazitos hizo señales para que la cargará, hice lo que mi pequeña ordenó mientras le pasaba una mano por enfrente de la cara de Damon, intentando que este de una u otra forma pudiera reaccionar.
-Fue terrible- expresó mientras miraba la escena del crimen -Sentí que nunca acabaría- explico horrorizado mirándome con mucho terror en sus ojos.
Luego de ello me dirigí en silencio hacia el baño, dos toques en la puerta bastaron para que esta se abriera de par en par mostrando a una Alaska muy avergonzada con la cabeza gacha.
-Pe-perdón mami- se disculpo mientras las lágrimas corrían por su carita -es que Ana quería un dulce y tardaste mucho- su voz era un poco torpe y se trababa con algunas palabras.
-Cariño- dije mientras el corazón me daba un vuelco de amor por la disculpa de la pequeña -No llores cielo- dije mientras me agachaba con cuidado para abrazar a la pequeña que tenia en frente.
Luego de lavar sus caritas y lavar sus manitos también me ayudaron a limpiar el desastre que habían ocasionado ambas.
Damon mientras estaba sirviendo la cena, preguntando y investigando donde estaba todo en la casa.
-Mañana quiero ir a hacer las compras- dijo muy animado -Necesitas algo?- pregunto en un tono muy dulce.
-Podemos ir juntos si quieres- dije mientras terminaba de ayudar a mis niñas para empezar a cenar.
El solo asintió con su cabeza mientras sus hermosos ojos verdes viajaban de su comida a mis tímidos ojos color avellana, sentí como mi cara empezó empezó tornarse de un color rojizo mientras el solo se reía, sabía que me ponía incómoda que me miraran cuando comía, intenté seguir lo más madura comiendo mi cena mientras las niñas ya habían terminado sus nuggets en forma de dinosaurios.
Un sonido bastante molesto me saco de mi pequeña burbuja viendo a mis niñas terminar de comer sus papas, mis ojos viajaron súper rápido después de que el ruido me sacará de si, mire a Damon con algo de curiosidad pero el me miró con confusión, su celular no era el que sonaba, era el mio que estaba en la pequeña barra en la cocina, me levante de la silla con apuro mientras el pequeño dispositivo seguía sonando sin parar.
Número desconocido, no sabía si contestar o no. Como mi curiosidad me gana atendí.
-Paris!- un grito ahogado me asusto apenas atendí.
-Maldita Taylor, porque cambiaste de número otra vez- dije enfurecida.
-Perdona pequeña, necesitaba escapar de las citas fallidas de mi gran fin de semana- comentó muy chistosa mi mejor amiga.
-Dios santo Taylor, cuando vas a entender que debes dejar de darle tu número a los patanes con los que sales cada fin de semana- dije mientras pasaba una mano por mi rostro.
-Ya lo se- imagine un puchero del otro lado del celular - en fin pequeña, estas en casa con las niñas supongo, te molesta si paso a verte un rato? - no sabía si decirle que si o no, Taylor sabía de Damon, pero el no de ella, como le diría a Taylor que me olvide de avisarle que vino Damon a mi casa, dios quizas sea mala idea pero bueno antes de pensar lo dije.
-Si, estoy en casa con un amigo, ven en taxi y trae un par de vinos, necesito tomar algo- escuche que reventó en carcajadas mientras yo moría de vergüenza porque se que el estaba escuchando toda la conversación.
-En media hora estoy en tu casa pequeña- dijo mi amiga y colgó.
Deje el celular en la barra mientras sentí su cuerpo cerca del mío, basto solo un roce de su cuerpo con el mio para poner mis nervios a flor de piel.
-Lo siento Paris- dijo con su sonrisa encantadora mientras seguía hasta pasar a la cocina para depositar todos los platos que ocupamos.
Solo le devolví la sonrisa mientras gire sobre mi eje para ir por las pequeñas ya eran las 23 y necesitaban dormir, las llevé al baño para lavar sus dientecitos, luego de ello fuimos a su habitación sin hacer mucho ruido por Mia y cada una buscó su pijama para que las ayudará a ponérselos.
Cuando me fije que mis niñas estuvieran ya cómodas y calentitas me dirigí hacia la cocina, Damon Girotti esta en mi cocina y se ve jodidamente perfecto haciendo los quehaceres.
Creo que estuve estática en el pasillo viendolo por 20 minutos descaradamente mientras el pobre limpiaba todo el desastre.
El timbre retumbó por toda la casa y eso hizo que saliera del hechizo de Damon, un poco roja me dirigí hacia la puerta, escuché que se reía por lo bajo mientras moría de vergüenza encontré a una muy descarada Taylor con sus zapatos en la mano como casi siempre llegaba a mi casa, me saludo con dos besos y mientras entraba dije en un susurro
-Damon esta aqui- sus ojos se abrieron a más no poder y ahogo un gritito de felicidad.
Solo le sonreí muy amorosa mientras la hacia pasar.
La noche transcurrió tranquila mientras Taylor interrogaba a Damon con preguntas triviales, trajo mi vino favorito y yo no podia amarla más, Damon me daba una que otra mirada coqueta mientras comía algunas de las golosinas que puse en la mesa para comer algo dulce mientras tomábamos algo de alcohol, se hicieron las 2 y Taylor se disculpo con ambos pero ella tenía que ir a su casa con su hermana, la pasó a recoger Tessa la hermana de Taylor pequeña, recién había cumplido sus 23 años y era una niña tan hermosa , cabello rubio, ojos verdes y un cuerpo de envidia.
Taylor movía su mano de lado a lado mientras Tessa intentaba ponerle el cinturón de seguridad, Damon reía ante tal acto y yo solo me digne a negar mientras también reía.
Después de que el auto de Tessa se fue, me quedé un rato en la vereda de casa respirando el aire de la madrugada fría, Damon se acerco a mi y solo me abrazo, me sentí tan embriagada de su olor a vainilla y canela, que me deje caer en sus brazos, me pego más a el, no se si fue el alcohol en mi sangre o si realmente después de tantos años seguía tan enamorada de él que tenia ganas de besarlo.
Y así fue, su boca buscó la mía y sus besos ya no eran dulces e inocentes, sus besos demostraban que me deseaba y yo también a él.
Extrañe tanto su cuerpo junto al mío, extrañe tanto sus besos y compañía, realmente después de mucho lo sentí como mi hogar.
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El Dolor Que Sus Ojos Sentian
Teen FictionMe encanta que tus ojos reflejen tanto dolor como amor.