2

35 6 0
                                    

- ¿Donde estás? -dije revolviendo todas mis cosas.

Estúpida libreta.

- ¡Ajá! -grité y la coordinadora me vio raro, lo cual no me importó.

Cuando la saqué de jalón, todas mis hojas cayeron al piso con demás libros y algunos colores.

-¿por qué hoy? ¡¿por qué?! -susurré.

Mientras recogía mis estúpidas cosas alguien se agachó junto de mi.

- Hola biabors. Deja. Te ayudo ¿me acompañas a ver al profe de Ciencias?

-Lauren, cuántas veces te he dicho que el pobre hombre...

-Ashhh, pero me gusta. Lo entenderás cuando te guste alguien. Maldita sin sentimientos, rata inmunda...

-Evans regresó.

-¿Qué? - dijo soltando de golpe todas las cosas boquiabierta.

- Laure.... ¡UGGGHHH!

- ¡Perdón! ¿como que ya volvió? Debería estar en ese absurdo torneo.

-Eso mismo me pegunto yo. Ven, vamos.

A Lauren no le agradaba mucho Evans. Ella pensaba que él era un chico que necesitaba atención para sentirse importante y que hacía todo lo posible para conseguirlo. Y no hablemos de su ego.

- Porfavor, no se peleen ¿si? 

Y entramos.

- Owens, no está... ah, Lorencia.

- vuelve a decir eso pedazo demier...

- Lauren - la interrumpí- Gracias, Evans. Pero estaba en mi locker.

-Es un placer.

- Pedazo de imbécil -lo retó Lauren.

- ¿Qué dijiste bola de ardilla?

- ¿porque no vas a jugar con tu bat? Déjala.

- Callense los dos- me crucé de brazos - Evans, es tu primer día después de cinco meses, no lo tires. Lauren, bebé, hermosa no seas inmadura todos sabemos que te prefiero a ti.

- ¿QUÉ?

-AJÁ, AHÍ LA TIENES EVANS. ¿QUIEN ES LA BOLA DE ARDILLA AHORA?

mi color favorito eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora