nos volveremos a encontrar

capítulo 2

Placer carnal, ese bendito placer, es unos de los mejores que jamás se sentirán igual, pero si a ese placer le agregar, un amor profundo y sincero, el resultado es una hermosa entrega de dos personas, dos personas que no solo están entregando sus cuerpos si no que entrelazan sus espíritus y sus almas siempre se buscaran; de todo esos sentimientos de sinceridad y entrega, llego un hermoso milagro.

Un niño bendecido por los dioses y tocados con los rayos del sol, ese hermosos fruto de la entrega verdadera de una vikinga y un romano.

Su amor no fue igual a ningún otro, no, el de ellos fue único, ellos al estar separados por el idioma y cultura se les dificultaba comunicarse, pero ese lazo irrompible que ambos tenían les impedía rendirse, lucharon por entenderse y estar juntos de todas las maneras posibles, como ningún idioma los ayudaba ellos crearon el suyo, asgardiano, parecerá imposible y casi mítico, pero los mismos dioses le regalaron su lenguaje sagrado para poder comunicarse, ellos al ser bendecidos y cuidados por los dioses no hubo inconveniente para que ellos se pudieran enamorar.

Pero como saben, no todos siempre están felices, con la felicidad de otros,

Al parecer la princesa guerrera no era suficiente para nuestro futuro emperador, pero él no estaba de acuerdo, su princesa superaba con creses a cualquier noble, ya que aquellas son solo adorno y su princesa, ella era real, y todos lo supieron, cuando unos espías de Grecia trataron de asesinar al cesar, pero no lograron ni acercarse cuando la princesa ya estaba frente a ellos con su fiel hacha, obviamente la subestimaron, ya que para ellos solo era una hermosa y frágil joven envuelta en un delicado vestido de seda blanco, con un porte de realeza, una enorme hacha.

Los guardias estaban inmovilizados, al parecer ese plan llevaba años en el horno, con los guardias inmovilizados era la oportunidad perfecta para matar a la familia real ya que al heredero guerrero le suministraron un tranquilizante para que sea fácil de asesinar.

Claro que nadie conto, que a la princesa frigga, no le gustaría que a su esposos, lo dañaran y más si no es ella quien lo haga*.

Aproximadamente 50 hombres rodeaban a la pequeña princesa, algunos de ellos sonreían maliciosos, y otros solo la miraban con burla, toda risa murió cuando uno de ellos trato de tocarla, pero su mano fue brutalmente amputada por el hacha de la chica, todos miraron horrorizados como ella soltaba una risa psicópata al ser manchada de la sangre de su enemigo, eso parece haber desencadenado algo en ella ya que rápidamente se abalanzo a los ahora enojados hombres, algunos miraban horrorizados como ella disfrutaba apuñalando y destripando a sus enemigos y otros miraban sorprendidos ya que mientras ella hacia toda esa masacre parecía flotar por encima de toda esa inmundicia, ella parecía una delicada bailarina al arrancar una cabeza.

Pero solo una persona la miraba con infinito amor, ya que sabía que sin importar que ella lucharía incluso más que el para protegerlos el uno al otro.

Cuando toda esa matanza termino allí estaba ella en el centro, con el vestido antes blanco ahora de un completo carmesí, esta se encontraba encima de él que parecía ser el líder ya que lo asfixiaba mientras hablaba un idioma que absolutamente nadie conocía, a excepción de uno, está ya frustrada al ver que no la entendía hablo el idioma de su esposo.

—donde está el antídoto para mi esposo, si no me lo das, morirás de la manera más horrorosa que puedas imaginarte inmundo gusano

El acento de ella era brusco pero aun así claro, todos miraban con miedo ya que nunca había dicho nada, algunas criadas estaban petrificadas ya que habían hablado mal de ella, frente a la misma ya que pensaban que no las entendía.

Por otra parte para el emperador no paso por alto el hecho de que le había dicho esposo a su hijo, no es que encontraba mal a la chica, solo es que ellos ya tenían una tradición, pero al parecer su hijo la había roto, pero eso ya quedaba en el pasado lo único que quedaba era adaptare y buscar la mejor cara del asunto.