Absurdo.

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Ya habían pasado varios años desde aquel día. Lo que parecía ser un paraíso para escapar de los conflictos externos se volvió un cumulo de malicia y polvo para la humanidad.

Nueva Wesschovia, una isla en las cercanías alemanas, durante la segunda guerra funciono como un campo de extensión para el territorio Nazi, un lugar de altos estudios científicos y fuerte entrenamiento militar, un refugio para los poderosos y una ofrenda de trabajo para los pobres, sin embargo, tras la guerra se aislaron completamente, entro en quiebra y los burocráticos no tuvieron otra opción que atrincherarse en una dictadura suprema donde nada entraba ni salía de aquella isla. Las personas normales iban al ejército o a las áreas de trabajo y refinería, aquellos con poder y estatus podían vivir vidas medianamente normales donde sus hijos podían ir a las universidades y escuelas, de las pocas que había en la isla.

Era un día normal de finales de primavera del 48, aquellos dos se frecuentaban siempre al pasar por aquel puente que unía las calles que eran cortadas por el canal. Corrían con prisa, uno de ellos, por su trote diario a las bases del ejército, el otro, por no llegar tarde a sus clases rutinarias. Pero aquel final de primavera parecía no solo significar la llegada del verano, sino el comienzo de un nuevo periodo.

Fueron dos cortos segundos, aquel puente peatonal, cerrado totalmente a excepción de unas pequeñas ventanas de cristal, fue quizás un golpe de suerte para ambos, justo al momento de cruzarse de forma habitual, sin saludarse y fijos en sus objetivos, ya que para aquel momento no eran más que desconocidos, al momento de llegar de forma coordinada al inicio de las escaleras para salir a la calle, se detuvieron por un leve sonido, algo particular, el sonido de uno de los cristales rompiéndose, por aquellos pocos segundos, voltearon a ver de qué se trataba, al momento de solo lograr ver, un objeto pequeño golpetear el suelo y revotar levemente, al momento fue estúpido y absurdo verlo.

— ¿Una simple Mauser C96?

Fue lo que se preguntaron al verla, una pistola algo descontinuado había caído de forma tan insólita. Algo acompaño el sonido del arma al cabo de un solo pestañeo que se hizo esperar, aquel fuerte estallido ensordeció todo, arrastrando los momentos y recuerdos de todos.

— ¿La erupción del volcán? —Pregunto uno de los niños presentes.

—Exactamente, —le respondí de forma amable— la erupción del volcán. Tras ella, la isla quedo devastada y se volvió la ley de quien tuviera armas.

— ¿Y qué paso con los dos chicos? —Pregunto otro de los niños.

Nos encontrábamos sentados sobre escombros acomodados para poder sentarse, en medio del aire libre y con nuestras capas de ropa para el frio del otoño, era mi deber, para el grupo al que pertenecía, de enseñar a los niños algo de historia y sobre la vida, ya habían pasado mucho tiempo desde la explosión, en aquel entonces solo era un joven de 17 años que llegaba tarde a la universidad, ahora ya voy a mis 25.

—Bueno, no tuvieron de otra que trabajar juntos para sobrevivir, uno agarrado aquella chatarra de pistola y el otro ya tenía una que otra cosa encima.

— ¿Es como esa que cargas en tu cintura? ¿Tú eres uno de esos chicos? —Dijo uno de los niños, señalando la C96 que colgaba de mi cinturón.

—Nah, la historia es falsa niño, esto es un recuerdo de mi abuelo... —Mentí.

El pequeño grupo de niños empezó a murmurar entre ellos, sacando sus teorías de la historia que les había contado. Mientras sacaba una leve risa, una voz interrumpió mi pequeña clase.

Dominadores de mundos: 4 elementos. Arco de los elementos falsos.Where stories live. Discover now